Paysandú, Domingo 30 de Octubre de 2016
Opinion | 27 Oct El Ministerio de Salud Pública inició una nueva campaña de lucha contra enfermedades trasmitidas por el mosquito Aedes Aegypti, la cual involucra al Ministerio de Turismo y las intendencias departamentales.
El dengue es la enfermedad viral más importante trasmitida por mosquitos, tratándose de una de las enfermedades emergentes en nuestra región debido a la tropicalización del clima hacia el Sur del hemisferio, entre otras causas como los desplazamientos de personas hacia y desde destinos donde constituyen realidades con las cuales hay que lidiar en el día a día.
De acuerdo a lo informado por el ministro de Salud, Jorge Basso, en Uruguay se registraron en lo que va del 2016 dos casos importados de dengue en visitantes asiáticos y cuatro de zika en centroamericanos, todos con evolución clínica favorable.
La nueva campaña de comunicación y prevención liderada por el MSP incluye folletos en pasos de frontera y consultas sobre sintomatología y se produce avanzada ya la primavera y a puertas de una nueva temporada estival en la que miles de personas se desplazarán desde países vecinos hacia Uruguay como destino turístico y desde nuestro país a otras zonas donde el vector está presente, como es el caso de Brasil.
Hay que tener en cuenta además que si bien en invierno el mosquito disminuye su presencia a causa del frío, sus larvas son muy resistentes y se mantienen latentes en los criaderos y en días primaverales, como los que se han registrado últimamente, reaparecen y pasamos a convivir con nuevas generaciones del vector. Por este motivo, las autoridades realizaron un nuevo llamado a la población a actuar con celeridad y a estar atenta para eliminar posibles microclimas propicios para el desarrollo del Aedes Aegypti, como neumáticos en desuso, platos de macetas y floreros.
Basso, quien se congratuló por las acciones interinstitucionales que se llevaron a cabo en el último verano para contener el brote de casos autóctonos que rondó la veintena, destacó una vez más la importancia de coordinar iniciativas con los distintos actores.
En este sentido, es bienvenido que se haya convocado al Ministerio de Turismo y al Congreso de Intendentes para ser parte de las acciones iniciales de la nueva campaña. Entre los aportes de esos organismos, se destaca la distribución de materiales informativos (folletos) a los visitantes en los pasos de frontera y en centros de información turística. Asimismo, se incluirán preguntas en la ficha de ingreso al país de migraciones, como para conocer si la persona cursa alguna sintomatología relacionada a estas enfermedades, lo que se espera permita realizar un seguimiento de la persona durante su estancia en el país. También se anunció que próximamente se pondrá a disposición de la población un número telefónico para consultas.
La participación del Ministerio de Turismo y las Intendencias, que se suman a las desarrolladas desde hace varios años por el Ministerio de Salud Pública, contribuyen a situar la campaña contra estas enfermedades en el ámbito de las políticas públicas lo cual es importante para el involucramiento de la población local sin perder de vista que para fines de este año habrán pasado tres millones de visitantes por Uruguay y que un gran contingente de turistas visitará distintas zonas del país --especialmente las playas del Este, Montevideo y el litoral termal-- en los primeros tres meses del 2017.
Medidas en apariencia sencillas pero que no siempre se tienen en cuenta, como contar con ventanas con mosquiteros o sin apertura en los hoteles y alojamientos para turistas, son importantes a la hora de luchar contra el mosquito.
El compromiso del Ministerio de Turismo en esta tarea de información y prevención resulta fundamental desde el punto de vista sanitario y también económico ya que no se puede desconocer que parte importante del ingreso de divisas al país llega por esta vía y que convertirnos en un país con riesgo de dengue autóctono afectará notablemente nuestra imagen como destino turístico.
En lo que respecta a las intendencias, por su cercanía con la población local, su acción resulta fundamental en materia de prevención y fumigación de zonas puntuales.
No obstante, debemos tener en cuenta que se trata de una herramienta a utilizarse con criterio cuyo impacto es muy relativo y circunstancial sobre el mosquito: afecta solamente al mosquito que está volando pero no tiene efectos sobre las larvas y los huevos. Además, la excesiva fumigación puede generar mosquitos resistentes a los insecticidas, lo que ya ha ocurrido en otros países que aplicaron este sistema en forma sistemática.
Teniendo en cuenta que tampoco hay vacunas para el dengue ni remedios que lo curen, la única carta que tenemos para jugar contra una eventual epidemia es la prevención. Según los especialistas, nuestra única oportunidad es el control integrado del mosquito, mediante la participación comunitaria y una mínima dependencia en los insecticidas químicos.
Con otras enfermedades puede ser diferente, pero con el dengue la batalla está perdida de antemano si no se cuenta con el apoyo de la población para, por lo menos, impedir que se vuelva otra epidemia dentro del territorio nacional. Esto sitúa la pelota nuevamente en la cancha de la población en general y a ese partido lo jugamos todos.
Lamentablemente, la experiencia indica que no estamos haciendo lo que deberíamos y, en general, nos ocupamos de limpiar nuestras casas y predios de objetos que puedan acumular agua cuando la amenaza de dengue nos pone en alerta roja. Y aún en esa circunstancia, las personas que realizan encuestas domiciliarias buscando larvas de Aedes Aegypti han tenido problemas para ingresar a las viviendas y hacer su trabajo, además del hecho que una gran cantidad de familias no colabora con la limpieza de sus fondos y patios.
Además del dengue, los casos registrados de zika importado en pacientes provenientes de América Central, constituyen un nuevo llamado de atención sobre nuestras prácticas cotidianas así como en relación a la necesidad de prevención.
La manera más eficaz de controlar los mosquitos portadores de estas enfermedades es integrar los métodos de control de vectores clásicos con la participación comprometida a nivel individual y comunitario en la eliminación de los sitios donde puedan reproducirse. Lo que hay que hacer ya lo sabemos todos, resta ponerlo en práctica con efectividad y compromiso.
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