Locales | 03 Nov En Paysandú también se recordó el Día de los Muertos. Aunque ya no se aprecian tantos puestos de venta de flores, ni de otros productos que había hace no tantos años, y sin la aglomeración de personas, el martes y especialmente ayer, miles de personas recorrieron el Cementerio Central en la ciudad, los espacios mortuorios privados y los cementerios del interior del departamento.
La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de los Muertos, es una celebración cristiana que tiene lugar el 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación.
La tradición de asistir a los cementerios para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción. Asimismo, se limpian las tumbas y panteones, se colocan flores --mayormente plásticas, aunque aun se usan naturales, sin colocarlas en agua-- y se renuevan algunos accesorios. La Iglesia Católica indica que fue San Odilón en el 980, abad del Monasterio de Cluny, en el sur de Francia, quien añadió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada Conmemoración de los Fieles Difuntos.
En Paysandú, el mismo martes 1º de mañana se apreció un gran movimiento en el Cementerio Central, aunque el lugar debió ser apresuradamente cerrado al mediodía, después que el Instituto Nacional de Meteorología (Inumet) estableciera la alerta roja.
En la mañana de ayer, también miles de personas llegaron hasta la tumba de sus seres queridos, dedicando unos minutos a su recuerdo. Al mediodía la concurrencia disminuyó y durante la tarde se mantuvo un flujo constante pero menor de visitantes.