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Paysandú, Domingo 06 de Noviembre de 2016

“Vela al socialismo” que quemó U$S 65 millones

Opinion | 01 Nov La creación y financiación de las denominadas empresas autogestionadas por los trabajadores fue un caballito de batalla del gobierno que encabezó José Mujica, un aporte testimonial que fue catalogado por el exmandatario como una vela prendida al socialismo en pleno Siglo XXI.
El eje de creación de estas empresas durante el gobierno anterior fue el Fondo de Desarrollo (Fondes), que ha tenido como leit motiv de su gestión el otorgamiento de préstamos a empresas de gestión cooperativa por los trabajadores, para lo cual ha dispuesto de recursos provistos por un porcentaje de las ganancias del Banco de la República (BROU), mecanismo este que según ha trascendido, fue resultado de una transacción entre el mujiquismo y el astorismo para no destinar directamente fondos del BROU a créditos de fondo perdido.
Durante el gobierno de Mujica, el Fondes prestó U$S 43 millones a cinco empresas autogestionadas por sus trabajadores a pesar de que los informes técnicos eran negativos y sugerían fuertes debilidades de los proyectos, según se desprende de los informes de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), a los que accedió El País.
En la OPP se formularon advertencias sobre los préstamos concedidos a Alas Uruguay (U$S 15 millones), Envidrio (U$S 10,5 millones), Funsacoop (U$S 6 millones), Pressur (U$S 6 millones) y Cotrapay (U$S 5,9 millones); el más lapidario de los cuales es el de Dyrus, cuyo nombre comercial es Alas Uruguay, hoy con las operaciones suspendidas por falta de rentabilidad debido a la escasa venta de pasajes. “Se derivan importantes debilidades y amenazas”, concluía el informe elevado a la gerencia de la Unidad Técnica.
Según se informa, de la proyección de los cinco primeros meses de funcionamiento ya se estimaban “desfasajes mensuales de U$S 0,5 millones a U$S 1,5 millones”. En tanto, en la segunda parte del año se reflejaba una “estacionalidad” que agregaba nuevos desfasajes “en los meses ocho y nueve” de aproximadamente U$S 4 millones.
“Quedan latentes riesgos importantes, derivados justamente de la combinación de factores negativos, por los que han resultado inviables muchas empresas del sector. Con una escala muy restringida (tres aviones alquilados) y en una región con algunos años de una macroeconomía en declive por delante, se requiere un posterior justificativo de la razonabilidad del proyecto”, señalaba el segundo informe de la gerencia de la unidad técnica del Fondes.
Además se advertía que en América del sur ya comenzaba el “aterrizaje” de las aerolíneas de bajo costo generando “no solo la guerra de precios”, sino también de frecuencias y horarios. “Son condición necesaria las estrategias de bajo costo, lo que no es claro es que sea condición suficiente, dadas las ineficiencias a escala”, agregaban.
Otros emprendimientos a cargo de dinero del Fondes que se han beneficiado son el de la imprenta Pressur, que no es muy diferente al de Alas Uruguay. En 2013, la cooperativa había recibido U$S 6 millones del Fondes, tuvo dificultades y no funcionó desde febrero de 2014. En marzo de 2015, el Banco República informó que tenía intención de rematar su maquinaria.
Los informes técnicos sobre Pressur indicaban varias dificultades, y por ejemplo se relataba que “los vínculos de la gerencia con el sindicato eran por momentos conflictivos”. Al momento de otorgar el préstamo, se daba cuenta que “la empresa estaba pasando por una transición difícil hace meses, debido fundamentalmente a las dificultades de exportación con Argentina”.
“Por tanto, se puede decir que no solo la empresa no sería capaz de sostener una situación mínimamente adversa respecto a sus acreedores, sino que además en sus proyecciones se presenta un calendario de cancelación de sus pasivos que no es viable”, relataba la Unidad Técnica del Fondes.
En el mismo sentido se orientaban los informes sobre la viabilidad de Funsacoop (ex Funsa), empresa dedicada a la producción de neumáticos que recibió en junio de 2012 un préstamo de U$S 3.546.500 de parte del Fondes, y en febrero de 2014 se concedió uno nuevo por U$S 2,5 millones, lo que totaliza U$S 6 millones concedidos por el fondo.
A su vez la cooperativa Envidrio recibió un total de U$S 10,5 millones del Fondes en tres préstamos (U$S 5,5 millones en 2012, U$S 3,5 millones en 2013 y U$S 1,5 millones en 2014). El análisis técnico, para el otorgamiento del primero señalaba que aunque el proyecto era “viable y sustentable” representaba “una carga excesiva para la empresa y por tanto no aseguraba el repago de deuda”.
En tanto, la cooperativa Cotrapay (ex Paylana), que cerró en agosto de 2016, recibió del Fondes un total de U$S 5.966.000, de los cuales U$S 3.650.000 fueron en 2012 y U$S 1.800.000 y otros U$S 516.000 en 2014. En el primer informe de la unidad técnica ya se indicaba que “la competencia con buenos préstamos y calidad de productos” eran “los puntos críticos”. Asimismo, en el último informe de la Unidad Técnica se indicaba que aunque se había logrado entrar en mercados como Brasil y Perú, “los pedidos estaban lejos de los mínimos que se desea llegar”.
Pese a las observaciones sobre inviabilidad, en todos los casos la Junta de Dirección del Fondes (dependiente de Presidencia) recomendó el otorgamiento de los préstamos.
Días atrás, el diputado frenteamplista Gonzalo Mujica informó que no estaba dispuesto a pasar por alto que el organismo prestó U$S 70 millones, de los cuales U$S 65 millones fueron a pérdida. “¿Una institución debuta con estas pérdidas y no vamos a investigar nada?”, preguntó.
Difícil, ante el perfil voluntarista que se dio al fondo durante la administración del expresidente José Mujica, con preeminencia de la ideología por sobre la buena administración de los recursos, con la clara concepción de obtener réditos políticos. Ello explica que sin efectuar mayores estudios sobre la viabilidad de los emprendimientos se haya apoyado iniciativas condenadas al fracaso, que significaron que se volcaran millones de dólares en proyectos con escasa o nula sustentabilidad, que beneficiaron efímeramente a unos pocos y que a la vez debiera mantenerse luego una y otra vez a trabajadores en el Seguro por Desempleo más allá de todos los plazos legales.
No puede extrañar por lo tanto que las más de las veces se vaya a un fracaso seguro por falta de capital, de mercado, de tecnología, de capacitación, de visión empresarial sobre la orientación de la demanda, y las consecuencias están a la vista. A cargo del bolsillo de todos los uruguayos.


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