Rurales | 07 Nov La presentación de “Resultados del Monitoreo de Empresas Ganaderas: Carpetas Verdes”, a cargo del ingeniero agrónomo Carlos Molina, dejó nuevamente en evidencia el impacto adverso que el clima genera en la producción ganadera del país.
Como se recordará, en el ejercicio 2014-2015 ocurrió un evento climático adverso en el país (déficit hídrico-sequía). Esto afectó de manera muy diferente las distintas zonas ganaderas. Debido a esto, “desde ese ejercicio hemos separado las empresas para el análisis de acuerdo a su ubicación y por tanto al grado de afectación por el mencionado evento”, aclaró el profesional.
En el ejercicio 2015-2016, aunque sin la gravedad de lo ocurrido en el ejercicio pasado, el clima afectó nuevamente la producción ganadera. La afectación fue diferencial de acuerdo a la zona del país nuevamente, siendo el Este-Noreste y Centro más afectado que el Norte y Litoral Norte.
El comportamiento del crecimiento de las pasturas entre ambas zonas fue diferente. Mientras que en el Este, Noreste y Centro el crecimiento prácticamente durante todo el ejercicio fue inferior al de un año promedio; en el Norte y Litoral Norte fue igual e incluso superior al de un año promedio.
Los resultados del monitoreo de empresas ganaderas se realiza con casi 150 empresas y no pretende ser representativo de la ganadería nacional, aunque el análisis histórico permite observar variaciones y compara los diferentes resultados a lo largo de los años.

CICLO COMPLETO
En cuanto a las empresas con ciclo completo en el Norte y Litoral Norte del país, para tener una aproximación al tamaño de las empresas, la superficie promedio de éstas es de 1.770 hectáreas, con un índice Coneat promedio de 78. La estabilidad en los últimos años en la superficie explotada y en el índice Coneat es una característica en estos predios monitoreados.
El área con mejoramientos forrajeros en este ejercicio nuevamente se mantiene prácticamente sin cambios respecto al ejercicio pasado. El área ocupada por mejoramientos forrajeros es del orden del 6,5% de la superficie total.
La asignación de los recursos forrajeros (dotación), medida en UG/ha (Unidades Ganaderas por hectárea), presenta cambios respecto al ejercicio pasado. La dotación vacuna crece 1%, alcanzando valores de 0,64 UG/ha, mientras que la ovina se reduce nuevamente 12% y se ubica en 0,07 UG/ha.
Para este ejercicio los niveles de extracción crecen respecto al ejercicio pasado. El crecimiento respecto al ejercicio anterior es de 3%, situándose en 36%. Por su parte, la tasa de marcación vacuna luego de la reducción sufrida en el ejercicio pasado, crece 1% en esta oportunidad, alcanzando muy buenos valores de 82%. Es de destacar que estos predios venían mostrando crecimiento en los niveles de marcación de manera ininterrumpida desde el ejercicio pos-sequía 2008-2009, con excepción del ejercicio 2014-2015 únicamente.
Por su parte, la productividad vacuna, medida en kilos de carne producida por hectárea, se ubica en 92 kilos/ha, mostrando un crecimiento de 8% respecto al ejercicio pasado. La producción medida a través de la carne equivalente alcanza los 110 kilos por hectárea.
Por tercer año consecutivo, y luego de 11 años de crecimiento (interrumpido sólo en 2008-2009), los precios recibidos por los vacunos descienden nuevamente. Los precios registran una caída del orden del 9% respecto al precio promedio recibido en 2014-2015.
Los precios recibidos por los productores por los lanares también descienden, lo hacen 11% respecto al ejercicio pasado. Por su parte, el precio de la lana tiene comportamiento diferente de acuerdo a su finura, mientras que las lanas más gruesas crecen 5%, las de mayor finura lo hacen 2% respecto al 2014- 2015. Para este ejercicio, el Producto Bruto desciende 7%, ubicándose en U$S 146 por hectárea. En la composición del Producto Bruto continúa teniendo un peso muy importante los vacunos, en el orden del 80% del Producto Bruto total. Cabe mencionar que la actividad agrícola en estos predios prácticamente ha desaparecido en este ejercicio. El descenso del Producto Bruto encuentra explicación por una parte en la caída del precio de los vacunos, a pesar de la mejoría en los kilos producidos y por otra en la reducción de la productividad ovina (menos carne y menos lana) combinada con la caída del valor de los lanares, a pesar de la leve mejoría verificada por el de la lana.
Nuevamente en este ejercicio, los costos vuelven a reducirse. Luego de la reducción del ejercicio pasado de 8%, en este ejercicio el descenso es del 2,5%. El costo de producción alcanza los 77 dólares por hectárea (sin incluir pagos por arrendamientos e intereses de deuda).
El Ingreso de Capital (Producto Bruto – costos económicos de producción) se reduce respecto al ejercicio pasado, alcanzando valores de 69 dólares por héctárea. En tanto el Ingreso Neto (Ingreso de Capital-pago por arrendamientos-pago por intereses), que difiere del Ingreso de Capital en que se consideran dentro de los costos los pagos por arrendamientos y por intereses de deuda (lógicamente en caso que existan realmente), se reduce respecto al ejercicio pasado 17%, llegando a valores de 43 dólares por hectárea.

EMPRESAS CRIADORAS
Las empresas criadoras vacunas del Norte y Litoral Norte participantes del monitoreo explotan una superficie de 715 hectáreas con un índice Coneat promedio de 72. Estas variables no presentan cambios de importancia en este ejercicio respecto al ejercicio pasado. La dotación vacuna en estos predios es el mayor componente de la dotación total. Y no presenta cambios respecto al ejercicio pasado y se ubica en 0,54 UG/ha. Por su parte, la dotación lanar vuelve a reducirse en este ejercicio. La misma se reduce 16%, llegando a 0,21 UG/ha. La dotación total es de 0,78 UG/ha, reduciéndose 4% respecto a 2014- 2015. La marcación en vacunos, luego de varios ejercicios de crecimiento, se reduce levemente en este ejercicio. La marcación alcanza valores de 79%; luego de haber alcanzado 80% en 2014-2015. Estos niveles logrados son, sin duda, de destaque. Por su parte, las vacas entoradas por hectárea vuelven a crecer. El crecimiento es de 3% y llegan a valores de 0,31 vaca entorada/ha. La productividad total de estas empresas, medida en kilos producidos por hectárea crece 3%, llegando a 95 kilos de carne equivalente por hectárea. La productividad en vacunos retoma la senda de crecimiento. La misma crece 9,5%, alcanzado valores de 70 kilos por hectárea. Por su parte, la productividad en carne del rubro ovino en estos predios alcanza los 13 kilos de carne por hectárea, reduciéndose 7% respecto a 2014-2015. La producción de lana se reduce 17%, logrando 4,7 kilos por hectárea. La productividad ovina se reduce por segundo año consecutivo.
En este ejercicio, al igual que para los predios ciclo completo, los precios vacunos descendieron. Aunque el descenso promedio fue de escasa significación, menor al 1% respecto al ejercicio pasado, luego de una larga serie de años de crecimiento. El precio promedio por kilo de carne vacuna (peso en pie) llegó a valores de U$S 1,57 por kilo. Por el contrario, en el caso de los ovinos, el precio de la carne sufre un crecimiento en este ejercicio y crece 11% respecto al ejercicio anterior, llegando a valores de U$S 1,50 por kilo.
Mientras que el precio de las lanas más gruesas se incrementa 1,5%, las más finas descienden en su valor 6%, respecto al ejercicio 2014-2015. Frente al crecimiento de la productividad vacuna y la leve baja de sus precios, el descenso de la productividad ovina y el crecimiento de los precios ovinos (excepto las lanas de mayor finura), el Producto Bruto de estos predios desciende. El Producto Bruto para este ejercicio alcanza valores de 139 dólares por hectárea. Este valor representa un descenso del 8% respecto al ejercicio pasado.
También en estos predios los costos presentan un comportamiento descendente. En este ejercicio los costos de producción se reducen 9% respecto a 2014- 2015, y llegan a valores de 97 dólares por hectárea. Desde el ejercicio 2001-2002 y hasta 2013-2014 se habían multiplicado por 3,7 veces.
El resultado final de estos predios, medido a través del Ingreso de Capital desciende 4,5%, mientras que el Ingreso Neto (arrendatarios) lo hace 9,5%, logrando valores de 42 y 19 dólares por hectárea, respectivamente.