Paysandú, Domingo 13 de Noviembre de 2016
Rurales | 11 Nov Con la presencia de productores y técnicos de diferentes puntos del país, se desarrolló en la víspera en la colonia Juan Gutiérrez, la Mesa de Ganadería de Campo Natural, presentando en un taller nueva información sobre las pasturas naturales del basalto.
En diálogo con EL TELEGRAFO, el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira Machín indicó que se realizó un proyecto de investigación “liderado por la Facultad de Ciencias en el cual participamos activamente, determinándose cuáles son los diferentes estados que tienen las pasturas naturales del basalto, tanto en el basalto profundo como en los superficiales”.
“Describimos cada estado, midiéndose la altura de la pastura, diferentes estratos, como ser si tiene o no caraguatá, si tiene mio mio”, señaló. Se cuantificó en el basalto “cuántas hectáreas hay en cada estado, para saber más respecto a la conservación de las pasturas naturales y que los productores intervengan en el taller diciendo si identifican esos estados en sus campos, y cuál es el estado más deseable al que se pretende llegar cuando se maneja un campo de basalto”.
Para el profesional, “es una información muy novedosa, para lo cual se realizó un sorteo en donde se tuvieron que hacer los relevamientos botánicos, y se estará presentando por primera vez esa información”. Luego, la Mesa de Ganadería de Campo Natural sesionó en régimen ampliado, como lo hace normalmente.
“El Plan Agropecuario tiene un convenio con la Universidad de Buenos Aires, mediante el cual accedemos a los datos de las tasas de crecimiento de varios predios en forma mensual, entre los que se encuentran varios predios de la propia Colonia Juan Gutiérrez”, recordó el técnico sanducero. Actualmente se monitorean cerca de las 100.000 hectáreas que involucran a más de 90 establecimientos, con un total de cerca de 800 potreros. “Esto nos permite tener una visión más amplia de qué está pasando o pasó, con las tasas de crecimiento del ejercicio”, dijo.
Pereira aclaró que de julio 2015 a junio 2016, los resultados arrojan que hay dos áreas claramente diferenciadas: “Hay un gradiente que va desde el noroeste del país, involucrando mayormente a los predios de basalto, hacia el sureste del país”.
Mientras “más nos aproximamos al sureste, involucrando el área agroecológica de las colinas del Este y las Sierras del Este se presentan determinadas características. El invierno del año pasado fue muy deficitario con tasas de crecimiento bastante por debajo del promedio de los últimos 15 años. La primavera también fue deficitaria, porque le costó arrancar enormemente”. Si bien posteriormente se registraron picos de crecimiento de forraje por encima de lo normal –fundamentalmente en los meses de verano--, “fueron cortos y de no mucha magnitud”, aclaró Pereira.
Respecto a los suelos de basalto, dijo que “la crisis invernal no fue tan severa y la primavera fue prácticamente normal, y en el verano –diciembre-enero-- hubo picos de crecimiento muy por encima de lo normal, lo que permitió entrar en este invierno con pasto”.
PRODUCCIÓN CON LA CONSERVACIÓN
La bióloga Alice Altesor, integrante de la Mesa de Campo Natural por la Facultad de Ciencias, indicó que “uno de los principales objetivos es ver la posibilidad de hacer compatible la producción con la conservación de los pastizales, que son el bioma de nuestro país, y están siendo amenazados por el cambio del uso del suelo, a otros usos, como es el avance de la agricultura y la forestación”.
Recordó que al principio de la actividad de la mesa “había escasa interacción entre las instituciones. Hoy por ejemplo, el proyecto en el que estuvimos trabajando con técnicos y productores se refiere a la evaluación de los atributos de la vegetación para determinar o caracterizar los estados de condición del pastizal, a nivel de todo el país”.
Técnicos de cuatro instituciones --Facultad de Ciencias, Facultad de Agronomía, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y el Plan Agropecuario-- son los que participan del proyecto “y salimos juntos al campo como no sucedía antes”, aclaró. En las mesas ampliadas como se realizó ayer, “participan los productores y se discuten los nuevos aportes, con la visión de otras miradas”, explicó la profesional. Toda la cuesta basáltica es una zona en donde “los porcentajes de pastizales naturales continúan manteniéndose muy alto; no como en otras zonas en donde el avance de la agricultura ha sido mucho mayor”. Citó el caso de la cuenca sedimentaria o en la Sierra del Este con la forestación, o en la zona del Cristalino con la agricultura”.
TALLER
En el taller cumplido en la víspera, “lo primero que hicimos fue una caracterización de qué tipos de pastizales tenemos. Fue un trabajo de muchos años en donde hacíamos censos con una lista de todas las especies presentes en un sitio”.
Después, a través de un análisis estadístico, encontramos dos tipos de pastizales en el basalto. Uno que le llamamos pastizales densos, que están ubicados sobre suelos medios y profundos, y un segundo tipo que le llamamos pastizales ralos, que están ubicados sobre suelos predominantemente superficiales”.
Con esto se logró hacer un mapeo y saber la ubicación en el espacio de los dos tipos de pastizales. Al explicar en qué condición están cada tipo de pastizal, señaló que “esto requirió mucho trabajo de campo, coordinado por estas cuatro instituciones, y ayer se discutió con los productores y técnicos, esos estados que nosotros caracterizamos”.
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