Opinion | 11 Nov En contra de todos los pronósticos, de políticos, analistas y encuestadores, el martes pasado el magnate republicano Donald Trump venció en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El empresario supo interpretar mejor que la demócrata Hillary Clinton a los votantes, quienes, cansados del establishment, vieron en él una mejor opción. Más allá de sus expresiones xenófobas, misóginas, racistas, pese a sus desubiques constantes y agresividad para enfrentar la opinión ajena, Trump derrotó con claridad a su contrincante. El mundo quedó conmovido. En Uruguay, no ajeno a esta realidad, ya empieza a pensar cómo acomodarse a la era Trump. Algunos piensan en un período de más proteccionismo, al tiempo que expertos privados como el gobierno creen que hay que estar atentos a los cambios en los mercados financieros y comerciales.
Para el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, con Trump como presidente estadounidense las tasas de interés podrían verse afectadas en el corto plazo, al igual que el dólar, variables que tienen impacto en las finanzas uruguayas. “En lo inmediato el tema financiero y monetario es lo principal”, dijo el miércoles en rueda de prensa.
“Está en juego el trabajo de los uruguayos, el volumen de la comercialización de bienes hacia el exterior, los ingresos que el país obtiene por esta vía, los precios de los productos y los servicios que exportamos a Estados Unidos, así como las posibilidades de hacer acuerdos”, señaló el ministro. “Una de las primeras reacciones a corto plazo que Uruguay va a tener que prestar atención en particular es precisamente las decisiones de la Reserva Federal (Fed) y la evolución del dólar, que en Uruguay es tan importante, no necesito fundamentarlo, a los efectos de la sostenibilidad de los equilibrios macroeconómicos”, aseveró.
Durante el conteo de los resultados, las bolsas comenzaron a caer con fuerza, por el efecto del triunfo parcial del multimillonario de bienes raíces. Pero luego, con su discurso de ganador, Trump bajó la pelota al piso y brindó un discurso moderado y conciliador. Los mercados financieros se calmaron y detuvieron el descenso. “Hay que analizar con detención y preocupación en el sentido positivo para examinar los pasos que se dan y las posibilidades de defender los intereses uruguayos de la mejor manera posible”, agregó Astori.
De cualquier modo, y ante el fantasma del proteccionismo, el ministro reconoció que el gobierno debe atender con “preocupación” el futuro de la conducción política estadounidense. “Hay que poner en todo el análisis aspectos de este tipo porque son muchas las características y las consecuencias que están en juego. Uruguay deberá ver ahora qué posibilidades tiene de hacer acuerdos en el marco del TIFA”, el tratado marco de comercio e inversiones con el cual el país se vinculó con Estados Unidos.
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, también hizo referencia a la elección presidencial de Estados Unidos. Le restó dramatismo. En rueda de prensa descartó que el triunfo del republicano puede obstaculizar el último trámite administrativo que está esperando Uruguay para ingresar con carne ovina con hueso a ese mercado.
El excanciller Sergio Abreu dijo a El País que el triunfo de Trump tiene que ver “con la resistencia al sistema”, con el “estancamiento de la clase media y con la recuperación del sueño americano”. Añadió que la región no será una prioridad para Trump. “Los países que pueden potencialmente verse más perjudicados por la acción de Trump son Cuba (podría revisar el acercamiento a ese país dispuesto por el presidente Barack Obama) y México, por sus probables políticas antinmigración”.
Los expertos locales, en tanto, son cautelosos a la ahora de analizar el nuevo panorama. El director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi, dijo a El Observador que sería apresurado “diagnosticar cualquier tipo de impacto en términos comerciales para Uruguay” y subrayó que existirá una distancia entre el Trump agresivo de la campaña y el que se sentará en el salón oval de la Casa Blanca. “Este contexto mundial tan desordenado genera que Uruguay tenga que seguir pensando en avanzar bilateralmente para alcanzar acuerdos con otros países”. En este escenario, “el TLC con China pasa a ser clave”, aseguró.
De acuerdo a Andrés Escardó, analista financiero, no existen razones para pensar que se generarán grandes cambios respecto a la realidad del actual mercado financiero. El dólar, según dijo a El Observador, se debilitará frente a otras monedas más duras como el euro, el franco o el yuan, aunque no de forma inmediata. “En Uruguay vamos a seguir viendo un dólar bajo”, dijo. Otra de las posibles consecuencias es que los capitales no se sientan tan atraídos por Estados Unidos, y que más inversión extranjera directa llegue a economías emergentes. También es probable que Uruguay se beneficie del financiamiento barato que esta situación generará, porque las tasas de interés van a seguir planchadas”, continuó Escardó.
Por lo tanto, así como por las probables políticas que pueda implementar en su país como su actitud hacia fuera, tanto en lo político como económico, hay que mantener la cautela frente a Trump. Como dijo el propio presidente Barack Obama: hay que darle una oportunidad.