Policiales | 20 Nov “Podría haberme matado”. Esa es la frase que repite una empleada de un almacén de la zona Este que, en la tarde del viernes, vivió un violento asalto. La mujer, hermana de la propietaria del comercio, narró a EL TELEGRAFO lo ocurrido cuando un malhechor, con el rostro cubierto, se apersonó y le apuntó varias veces con un arma de fuego.
A las 14.50, la señora y su sobrina (mayor de edad) estaban acondicionando mercadería para poder cerrar la reja de la puerta principal y ordenar, como hacen cada tarde. “Atendemos de corrido pero siempre después de las 14, como queda más tranquilo, cerramos la reja y aprovechamos a lavar el piso y ordenar. Seguimos atendiendo pero a reja cerrada. Justo ese día, no sé por qué, nos demoramos en cerrarla”, comenzó su relato. Pasados 22 segundos de la hora señalada, según se puede apreciar a través del registro fílmico al que EL TELEGRAFO tuvo acceso, un muchacho ingresó al comercio, ubicado en Juncal e Industrias, y comenzó la pesadilla de la señora.

ENCAPUCHADO Y ARMADO
“Apareció y manoteó la caja. Cuando me le acerqué me dijo que me quedara quieta o me quemaba (disparar, en el lenguaje delictivo). Me apuntó, vi el arma y le hice frente. No pensé nada, hoy todos me dicen que fue una locura, pero en el momento lo enfrenté. Forcejeó conmigo porque yo quería evitar que se llevara el cajón con la plata y él me seguía mostrando el arma”, mencionó.
“Tenía la cabeza cubierta por una especie de buzo, porque se le veían las costuras”. Era bastante alto, agregó, y por la contextura física que se aprecia en las imágenes aparenta ser una persona menor de 40 años. “Forcejeé porque no quería que me robara. Es el trabajo de mi hermana y ella trabaja todo el día luchándola para que vengan y te saquen así lo que hacés, te da mucha impotencia”.
“Mi sobrina --que quedó rígida atrás del mostrador--, me dijo que él me decía 'dame el cajón' y yo le gritaba que no. Eso no lo recuerdo. Después cuando le cinché el cajón, él lo agarró de abajo y se cayó. Ahí manoteó la plata que pudo, serían tres mil pesos, y salió hacia Industrias, donde tenía una bicicleta. En ese momento lo corrí por Industrias una cuarta cuadra, a los gritos. Se le cayó la plata del jogging que tenía y cuando se fue a bajar de la bici para agarrarla, vio que yo lo seguía. Sacó el arma y me dijo 'volvete porque te quemo', apuntándome de nuevo. Me lo dijo tan convencido que quedé en blanco, me dio miedo y me volví con un ataque de nervios”.
“Todo el tiempo me amenazó con el arma. La policía me preguntaba qué color de ojos tenía y si le vi algún tatuaje, pero en el momento que pasé no pude registrar nada”, indicó.
Luego del hecho, se dio aviso a la Policía a través del 911. En primera instancia, arribó un móvil de la Unidad de Respuesta Móvil y de la Seccional Primera, los que efectuaron varias recorridas por la zona pero no lograron ver a nadie con las características del malviviente, por lo que se presume que sea de la zona.
Por su parte, la señora contó que este es el segundo robo a mano armada que sufren en lo que va del año. “La vez anterior fueron dos que andaban en moto. Uno se bajó y le colocó un revólver en la frente a una chica que trabajaba acá mientras la pedía que le entregara la plata. Ella dejó de trabajar por miedo a que le pasara algo. Esto así ya no da para más”, mencionó.