Rurales | 24 Nov Para luchar contra la presencia de la garrapata en la producción ganadera, se decidió instrumentar un sistema de fármaco-vigilancia que funcionará con una aplicación de celular, para tener un registro del consumo, la comercialización y a qué establecimientos van los distintos tipos de productos como parte del proceso de certificación.
La comisión interinstitucional de extensión para el control de la garrapata y tristeza parasitaria realizó un taller de cierre para evaluar el plan de sensibilización y extensión que inició en 2016 y trazar el camino para 2017.
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Tabaré Aguerre, participó del cierre de la actividad, donde anunció nuevas medidas para el uso y control de los productos veterinarios. Dijo que los problemas con el etión son la punta del iceberg y que fueron tomadas una serie de medidas para atacarlo. “Todos debemos seguir trabajando fuerte por la inocuidad de los alimentos”, afirmó. Anunció que el sistema de fármaco-vigilancia será obligatorio, empezará con garrapaticidas e incorporará en breve los antibióticos. Según explicó, el tema con el etión puso sobre la mesa la necesidad de realizar una campaña, que en su primera fase concluyó con la realización de “un ciclo de algo más de veinte charlas” en todo el país.
Al mismo tiempo, esta problemática impulsó la decisión de realizar un mapeo nacional de la situación de la garrapata, más allá de las encuestas, formularios y charlas que se realizaron. Actualmente un equipo técnico trabaja en la coordinación del sangrado del 50% de las hembras que se envían a faena en el país, por causa de la brucelosis, para constatar, además, la presencia de antígenos y a partir de allí concretar un “un mapeo eficiente” con respecto al tema.

SISTEMA
“Si tenemos a todos los productores y a todos los vendedores registrados, ¿cómo puede ser que en el país de la información ganadera no sepamos dónde van los específicos veterinarios cuando se comercializan?”, dijo Aguerre.
El jerarca ministerial explicó que la aplicación electrónica para llevar adelante el control ya se encuentra pronta y que “en el correr de esta semana estará la normativa que obligará a su utilización”. Aguerre espera que el sistema se pueda poner en práctica a partir del 1º de diciembre.
El sistema vigilará, en primera instancia, la comercialización de garrapaticidas. Mencionó que el productor puede comprar este producto en cinco o más veterinarias diferentes y “eso no queda registrado en ningún lado”. Este nuevo sistema permitirá a las autoridades sanitarias llevar adelante un control de la ubicación de estos productos una vez que sean comercializados.
Los datos irán a una base de datos que nos permitirá hacer un rastreo de cuántos kilos de ingrediente activo por animal en el rodeo se está manejando. Con este nuevo sistema se podrá saber, además, si el productor usa o no productos y si realiza o no rotación. “Cuando crucemos la información con el mapa de la presencia de garrapata, empezaremos a generar lo que tiene que ser un sistema de información que no solamente nos permitirá resolver los problemas después que ocurren, sino anticiparnos”.

ANTIBIÓTICOS
La siguiente fase de este sistema será el control de la comercialización de antibióticos. Según Aguerre, “no podemos pensar que porque hay una receta de un profesional, está controlado el uso de un antibiótico; yo quiero saber adónde van los antibióticos”.
Recordó que en la Conferencia de las Naciones Unidas realizada en setiembre de este año, el tema central fue “la problemática de resistencia a los antibióticos”. Explicó que este es “un tema que sensibiliza al mundo, es un tema de ética, pero también de oportunidad comercial porque hay segmentos importantes de los mercados más exigentes que tienen requisitos y preferencias hoy como norma privada; en cualquier momento harán una norma de exigencia de acceso a mercados”.
Aguerre dijo que si bien aún no está pronto, nuestro país necesita “un marco normativo que establezca claramente la importancia y gravedad que puede tener cualquier acción u omisión que ponga en riesgo el estatus sanitario de un país que se proyecta al mundo como un proveedor de alimentos confiables”. Afirmó tener “la firme convicción y decisión” para llevarlo adelante.