Rurales | 20 Nov La familia sanducera compuesta por Ramiro Zeni y María del Carmen Grattarola, junto a sus hijos Martín y María Inés, fueron protagonistas de la celebración de los 20 años del Instituto Plan Agropecuario, al contar su experiencia de vida y la relación con la institución durante la jornada realizada en las instalaciones del predio “Santa Bernardina” de la Sociedad Rural de Durazno.
“Esto ha sido un largo camino, que en las grandes cosas no es nada, pero para nosotros son grandes conocimientos”, comentó Zeni a EL TELEGRAFO, junto a “Pelusa” Grattarola y su pequeña nieta Carmela Zeni Tellechea. “Como decía Carlos Reyles, cosas pequeñas para el mundo, pero grandes para mí”, acotó.
Explicó que “tener la oportunidad de venir y expresar algo acá, frente a toda esta gente, es una gran responsabilidad y un reconocimiento muy importante”. Pero para llegar a este punto “tuvimos que pasar muchas cosas”, acotó.
Para la familia con establecimiento en la zona de Santa Blanca, 80 kilómetros al norte de la ciudad de Paysandú, “es toda una vida. Porque el objetivo personal y después con ‘Pelusa’, fue siempre vivir en el campo. Nunca tuvimos campo en la familia, ni había algo que heredar, entonces todo se hacía muy difícil para llegar al campo”.
“Siempre de alguna manera tuve vinculación al campo” y esperaba “la oportunidad de que algún día llegara la posibilidad de vivir en el campo. Esto llegó. Con constancia y siempre con el mismo objetivo, inculcándoselo a los gurises desde chicos”, añadió. Hace unos 16 años “se dio la posibilidad de tener nuestro predio, en donde hoy procuramos salir adelante”, dijo.
El predio es familiar con orientación productiva hacia la cría en el rubro vacuno y de ciclo completo y producción de lana fina en el rubro ovino. La base forrajera es el campo natural, con la incorporación de pequeñas áreas de verdeos anuales invernales. Los suelos corresponden a la Unidad Chapicuy, caracterizándose por su textura arenosa y por su marcada estacionalidad de producción de forraje de fin de primavera y verano. El Índice Coneat promedio es de 102.

UN FOCO
Sostuvo que el Plan Agropecuario siempre les “llamaba la atención. Desde joven concurríamos a las charlas que brindaba la vieja comisión honoraria del Plan Agropecuario y recibíamos la revista”. Siempre alguna vinculación, más allá de no estar en el campo directamente. “Después, al acceder a un predio mediante el Instituto Nacional de Colonización, sin duda que el Plan Agropecuario fue el gran palenque que tuvimos para apoyarnos en él y hacer realidad un montón de sueños”, dijo. Los productores sanduceros han sido partícipes de varios proyectos llevados adelante por la institución, entre ellos el Proyecto Integrando Conocimientos en su segunda edición (PIC2). De las instancias, participó un grupo de productores de la zona, con quienes se promueve la discusión y el intercambio de ideas en relación a las temáticas que se abordan a nivel predial. En esa oportunidad se utilizó la información satelital de crecimiento de pasturas como herramienta para la toma de decisiones a nivel predial; ajuste y validación del modelo de una explotación ganadería extensiva.

OPCIÓN DE VIDA
María del Carmen Grattarola dio su visión como mujer del campo: “Para las mujeres que optamos como opción de vida dedicarnos a lo que nos gusta, el Plan Agropecuario ha colaborado muchísimo en la inserción, siendo un palenque, brindándonos oportunidades, apoyándonos para salir adelante y hacer cosas diferentes”. “Nos dieron un lugar a las mujeres, que siempre quedamos un poco relegadas”, acotó la productora sanducera.