Deportes | 24 Nov Nacional y Peñarol siguen entrenando para jugar el clásico por el Uruguayo Especial, el domingo desde las 17, en el Estadio Centenario, con el arbitraje de Leodán González, Richard Trinidad y Marcelo De León.
Pero el partido prácticamente ha pasado a segundo plano gracias a la violencia y a las idas y vueltas entre los clubes y la Policía, que llevó a que se confirmara plenamente que no se habilitará, por primera vez en la historia clásica, la Tribuna Olímpica.
Tricolores y carboneros acordaron que, si el Ministerio del Interior no daba marcha atrás en la postura de no tener Policía adentro del escenario, no habilitarían la citada tribuna. Y finalmente así será.
El Ministerio afirmó en la víspera, a través de un comunicado, que “los organizadores optaron por la peor solución”.
La cartera de Estado recordó que las dos instituciones protagonistas del clásico decidieron que sus hinchas no compartieran la tribuna pese a saber que “se conoce y se aplica desde hace tiempo” la medida del no ingreso de Policía a los escenarios.
Igual, asegura que planteó posibilidades a los dirigentes, pero los clubes no las aceptaron: desde establecer un pulmón cubierto por guardia privada, hasta que fuera para solo la hinchada local (la de Peñarol), o para familias con hijos, y hasta invitar a escolares. Pero no hubo caso.
El Ministerio aclaró que su actuación ha sido acordada con la AUF y la Intergremial, “reclamando a los organizadores de los encuentros la cuota parte de responsabilidad que les corresponde”.
Lo cierto es que el domingo la Olímpica, la denominada “tribuna de la familia” (aunque hace rato no lo es), estará vacía. Ni unos, ni otros. Y menos juntos.
Y los energúmenos de siempre, que siguen siendo pocos, siguen ganando una batalla que se complica.