Ramón Silvera

Deportes | 28 Nov No paraba de caminar. Iba y venía junto a la línea lateral. Un rezongo aquí, un aliento allá, viviendo el partido a pleno. “Los nervios te llevan sabés, teníamos que hacer un esfuerzo tremendo”, la respuesta de Ramón Silvera, el director técnico del Huracán campeón, una vez que ya Ramiro Ayende junto a Nelson Manzor entregaran al capitán de Huracán, Oscar Bassadone, el trofeo de campeón. “Son los nervios, las ganas de darle una alegría a la gente de Huracán y a todos esos gurises que hacen tanto sacrificios.”
Fue un partido en el que Huracán jugó de buena manera. “Huracán es un cuadro inteligente, arriba tiene mucha velocidad, muy buen pie y a nosotros defendiéndonos a veces nos favorece, salimos rápido de atrás, metemos el contragolpes, nos dejan espacios y es donde más rendimos”.
Fue muy importante la ubicación que le dio a Trennskenchu por el medio del ataque. “Lo veníamos cuidando para este partido. No lo habíamos puesto de titular en otros partidos porque necesitábamos otra cosa. Hoy se daba para ubicarlo allí arriba en el medio, sabiendo que Martínez y Echeveste son grandes jugadores pero que carecen un poquito de velocidad, y cuando se diera el juego se nos iban a dar los espacios, que fue lo que felizmente sucedió”. Y agregó: “Me siento muy contento, por el triunfo, el título, la respuesta notables de los jugadores y el haber podido darle esta alegría a la gente de Huracán”. “Chapatín"