Paysandú, Miércoles 14 de Diciembre de 2016

OPINIÓN

SOLICITADA

Locales | 11 Dic DE LA FICCIÓN A LA REALIDAD
Si ante la oportunidad, uno tiene la capacidad de aprovecharlo, viajar resulta una de las mejores formas de aprender. En este sentido, cuando uno camina por las calles de Londres, se encuentra con contenedores de residuos que no solo están fabricados a prueba de bombas, sino que cuentan con una pantalla LCD donde los vecinos además de leer las últimas noticias, pueden ver también los datos bursátiles o la información del tráfico. Si uno se adentra en el Reino Unido y llega hasta la ciudad romana de Eboracum, fundada en el año 71 d.C., o la anglosajona de Eoferwic, o la vikinga de Jórvík, o lo que es lo mismo y quizás les suene más conocido; la ciudad de York, se encuentra con que luego de haber padecido las invasiones bárbaras y tener sepultada bajo la catedral actual, la fortaleza romana construida por la IXª legión romana, los vecinos del siglo XXI clasifican residuos, lo cual evidencia un interés por el cuidado ambiental, que lleva al visitante a pensar que Constantino el Grande no fue proclamado emperador allí al santo botón, sino todo lo contrario. Si luego de este paseo ambientalmente tan instructivo uno viaja hasta Italia, más precisamente en la isla de Murano, se encuentra a unos señores muy ingeniosos que, aún viviendo en el agua, se han apañado muy bien para desarrollar un sistema de gestión de residuos notable, que incluye por supuesto la clasificación de los mismos en origen y su recolección diferencial por los canales de la ciudad, en una embarcación equipada con grúa. En caso de seguir hasta Groningen en Holanda, ciudad de ciclistas y universitarios, la gestión de residuos te deja sin palabras: estos señores han incorporado contenedores inteligentes, totalmente robotizados, que piden el documento de identidad al vecino cuando éste va a deshacerse de sus residuos (de lo contrario no se abren) y tras cartón, con un sistema subterráneo de clasificación de residuos, distingue entre desperdicios y envases reciclables, y calcula la factura que debe pagar cada usuario por el servicio, siendo los residuos reciclables gratuitos y el resto pago, con el agregado de que el exceso de peso se cobra extra. Finalmente, si uno quiere conocer el lujo del desierto, puede trasladarse hasta Abu Dabi, donde seguramente tendrá un final de viaje maravilloso, con lo último en tecnología para mobiliario urbano de gestión de residuos. Si bien este viaje no lo hice, un amigo que sí pudo hacerlo me contó con detalles que ahí, si uno sale a caminar para estirar las piernas después del vuelo, se encontrará con los contenedores inteligentes de 60 metros cúbicos que, dotados de un sistema global de comunicaciones, incluyen sensores de llenado, tarjeta de usuario y servicios como Wi-Fi y puntos de recarga para coches eléctricos.
Cuando uno sale a caminar por Paysandú, no se encuentra con el Big Ben, ni Westminster, ni con las murallas de los romanos y mucho menos con hoteles 5 estrellas en medio de un oasis en el desierto, pero sí puede encontrarse con contenedores de residuos en las esquinas, que si bien no le piden la cédula, ni le calculan lo que tiene que pagar por lo que deposita en ellos, le ofrecen la posibilidad de disponer sus residuos en un solo lugar, las 24 horas del día, los 365 días del año, como en cualquier parte del mundo desarrollado; contando además con un moderno sistema de camiones recolectores compactadores de carga trasera, que permiten al funcionario municipal encargado de la recolección, desarrollar su trabajo de manera mucho más segura, cómoda, eficiente y efectiva. Además, por si esto fuera poco, también se puede encontrar fundamentalmente en grandes superficies comerciales, estaciones de servicio y centros educativos, con unas herramientas muy simpáticas que se llaman Centros de Entrega Voluntaria (CEV), donde si uno se toma la molestia de clasificar sus desperdicios en casa, puede disponer los residuos reciclables (que no van al contenedor de la esquina). En definitiva y salvando las distancias que aún nos separan del mundo desarrollado, en Paysandú se pueden clasificar residuos en origen, disponerlos de manera diferenciada (reciclables en los CEV y no reciclables en los contendores celestes de la esquina) y que los recojan y dispongan de manera diferenciada también, disponiendo los no reciclables en el relleno sanitario y los reciclables en los dos puntos de clasificación donde trabajan clasificadores que realizan la clasificación final y proceden a valorizar dichos residuos, incorporándolos al proceso industrial de reciclado. En ocasiones anteriores, recorrer el primer mundo y ver sus adelantos e innovaciones que dejaban en evidencia nuestro atraso, me resultaba un tanto molesto. La última vez en cambio, si bien no podía decir que estábamos al mismo nivel de adelanto en materia de herramientas de gestión de residuos, sí pude ver que al menos estamos en el mismo camino en materia de políticas y sistemas de gestión y que las herramientas que Paysandú incorporó a partir del año 2012, son un primer paso hacia ese desarrollo. La implementación del nuevo sistema de gestión integral de residuos sólidos urbanos (Girsu) para Paysandú, Quebracho y Guichón, representa sin dudas, una de las innovaciones más importantes de los últimos tiempos en nuestro solar y nos coloca en el camino del progreso. Según Philip K. Dick, “la ciencia ficción no es una ópera espacial, aunque muchas veces ocurre en el espacio y no es una historia del futuro, aunque muchas veces se sitúa en el futuro”, sino que más bien “es una historia en la que la trama está ocasionada por alguna forma de innovación” y se trata de “la explicación narrativa del potencial de esa innovación”. Esta innovación, la gran mayoría de las veces es una innovación tecnológica, pero puede ser también política, o social. En 2011, la elaboración del proyecto de Girsu constituyó lo que en términos de Philip K. Dick, vendría a ser la narración de la innovación y que constituyó de hecho, casi una historia de ciencia ficción, que a algunos les costó creer, entender y asimilar. A partir de 2012, la narración de la innovación fue superada y comenzó a hacerse verdaderamente, concretándola en los hechos. El mundo entero es como es y Paysandú era como era. Hicimos esta cosa diferente y ahora, juntos podemos pensar e imaginar cuan diferente será Paysandú en el futuro, a partir de esta innovación. La ciencia ficción quedó atrás y la innovación está aquí para su desarrollo en múltiples concreciones. Como vemos, el mundo ofrece varias opciones…
Lic. Martín Appratto Mathisson


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