Deportes | 21 Dic Emocionada a más no poder. Pasaron las horas y la sensación es que todavía no cae más allá de que no deja de exteriorizar la enorme alegría que carga desde que se transformó en campeona mundial juvenil de Laser Radial.
La olímpica Dolores Moreira aprontaba las valijas en Auckland, Nueva Zelanda, contando las horas para volver a Uruguay y recibir el abrazo de la familia. “Estoy por salir al aeropuerto. ¡No sabés la locura que fue meter los premios en la valija con todo lo que tengo!”, dijo a EL TELEGRAFO esta sanducera de oro, que sigue confirmando un presente soñado y prometiendo un futuro mejor.
“No son trofeos, pero son premios grandes. Una plaqueta que es onda Challenger, y el otro es un premio medio raro. ¡Y la medalla!”, detalló como para dejar en claro que la tarea de aprontarse para volver a casa no fue fácil.
“Lola” trae llena la valija. Pero la emoción la trae consigo, a flor de piel.
“¡Estoy recontenta! Ayer (lunes), cuando largué la última regata, empecé bien. Pero la primera ceñida fue muy mala. Nos dio siempre derecha en la zona de regatas, y largamos. Y enseguida todo el viento fue a la izquierda”, contó para dejar en claro lo complicada que fue esa regata, la que le dio el título.
Antes de disputar esa última competencia, la sanducera estaba segunda en la tabla de posiciones, a una unidad de la líder. Pero si bien las cosas se complicaban, “Lola” tuvo una recuperación sorprendente. “Monté 20 o peor, y todas las chicas que no podían ganarme lo venían haciendo. Tenía adelante a la croata, la húngara, la alemana y la italiana. A todas. Y ahí puse el ‘modo recuperar’, comencé a pasar barcos y seguí así hasta la llegada. Fue impresionante porque las pasé a todas, salvo a la italiana que ganó la regata. ¡Pero fue una locura! ¡Un regatón!”, relató.
El quinto puesto en el cierre le permitió transformarse en campeona mundial.
Y fue locura: se tiró al agua en medio de risas, festejó y se emocionó en la entrega de premios.
“Vinieron muchos a felicitarme por la regata, porque recuperé un montón, al punto que no sé cómo hice. Fue impresionante, estoy muy feliz. Y cuando tocaron el Himno durante la premiación, se me puso la piel de gallina”, confesó la velerista, que sigue haciendo historia, y que se emociona cada vez que puede llevar bien alto el nombre de Uruguay. “Garra charrúa”, escribió con marcador en su embarcación durante la competencia.
Después del título no hubo tranquilidad. “Todo el mundo mandándome felicitaciones... Es algo increíble, agradezco mucho y lamento que no me dé el tiempo para contestarles a todos”, dijo.
Ahora “toca volver a Uruguay a pasar un poquito con la familia”, y en enero comenzará a entrenar para la World Cup que se desarrollará en Miami.
“Lola” escribió una página enorme en el deporte uruguayo. Y no se olvidó de su técnico, Luis Chiapparro, que ni viajó con ella en esta ocasión: “Estuve hablando todos los días con el ‘Chato’, sobre todo lo que pasaba, todos los puntos. Estuvo todos los días conmigo espiritualmente”.