Locales | 19 Dic Las consecuencias de las implantaciones forestales sobre poblaciones cercanas y explotaciones rurales fue motivo de planteo en Cámara del diputado nacionalista por Treinta y Tres, Edgardo Mier. Dijo que semanas atrás participó, conjuntamente con otros dos diputados de su sector, Alianza Nacional, en una reunión promovida por los vecinos de Isla Patrulla, quienes les hicieron llegar sus reclamos, dirigidos al Poder Legislativo, Ejecutivo e intendencias.
El documento expresa la necesidad de los vecinos de que se revea cómo se está autorizando el cultivo forestal, “atendiendo a las distancias mínimas de plantación sobre los centros poblados, puestos policiales y escuelas rurales”.
Señala asimismo que se revea del mismo modo la densidad de los árboles por hectárea, determinándose que las plantaciones deben de ser en un régimen de silvopastoreo.
Subrayó que “los reclamos presentados están fundados con la intención de lograr la prevención sanitaria --contaminación por herbicidas-- de los poblados cercanos, permitir el crecimiento de éstos, evitar los daños ocasionados por incendios y el incremento de especies de animales como zorros, chanchos salvajes, víboras, etcétera”.
“Lograr además que la ganadería y la forestación convivan e interactúen promoviendo el desarrollo de ambas y deteniendo el desplazamiento de habitantes y trabajadores de la campaña que se está viendo por las dificultades y bajos rendimientos que se logran con los actuales sistemas de forestación”.
El representante olimareño sostuvo que “muchas veces una cosa es lo que se legisla y reglamenta desde estos lugares montevideanos y otra es el interés y el sentir de nuestra gente del interior profundo, de nuestra campaña y sus pobladores”.
Entiende además que es de suma importancia “conocer esos lugares, visitarlos, hablar con su gente y después intentar el equilibrio de intereses, responsablemente, con sentido común y con sensibilidad”.
Manifestó asimismo que luego de revisar cuidadosamente las leyes relacionadas con este tema, no encontró que esté regulada la distancia que debe respetar la forestación con los centros poblados y expresó que ese aspecto del ordenamiento territorial hoy está en la órbita de las intendencias.
Evaluó igualmente que “la forestación llegó para quedarse. El sentir de los vecinos de Isla Patrulla seguramente es el de decenas de poblados de nuestro interior. Entendemos que es necesario volver a legislar como país, con seriedad, con responsabilidad, con sentido común, compatibilizando los legítimos intereses de todas las partes, porque la realidad superó el marco regulatorio y ya no se foresta solo en los cerros de piedra, como al principio”.