Paysandú, Jueves 22 de Diciembre de 2016
Locales | 22 Dic En el homenaje tributado en la Junta Departamental al general Líber Seregni ante el centenario de su nacimiento, el edil Julio Retamoza, del Frente Amplio, hizo un resumen completo de su vida personal, militar y política. Al comienzo, afirmó que “se ha convertido en un referente indiscutible para comprender e interpretar un tramo importante de la historia uruguaya. Desde su destacada como militar, su papel fundamental en la fundación del FA, su condición de preso emblemático en la dictadura, su papel decisivo y también controvertido en la transición hacia la democracia. Sus aportes ciudadanos indiscutidos desde la presidencia del FA y también después al abandonarla en 1996, Seregni emergió como una de las grandes personalidades contemporáneas de nuestro país y sin duda es un referente para la izquierda uruguaya, especialmente para el Frente Amplio, pero por su trayectoria cívica, más allá de banderías políticas, ya pertenece al patrimonio nacional”. Sobre su persona, señaló: “Hijo de José Seregni, modesto empleado administrativo, y de Ema Mosquera, su abuelo David había sido anarquista, mientras que su padre adhirió al proyecto político liderado por José Batlle y Ordoñez sin tener una militancia activa”.
Luego de una detallada descripción de la carrera militar concluida al renunciar como Jefe de la División de Ejército II durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco, sostuvo el edil que Seregni “asumió compromisos sabiendo qué costo podía pagar, como efectivamente le sucedió: cárcel y tortura de la que nunca quiso hablar. Su coraje cívico, tranquilo y maduro, lo llevó a compromisos incómodos que le valieron ser tildado como traidor por el ejército, que no le perdonó su vocación constitucionalista y su apertura ideológica; fue calumniado en dictadura y en democracia. Enfrentó situaciones difíciles dentro de su propia fuerza política cuando, en el error o en el acierto, defendió posiciones no siempre aceptadas por todos. Le correspondió el papel fundamental de hacer transitar a la izquierda uruguaya desde cultura de la resistencia a una fuerza política con efectiva vocación de gobierno, orientada a incidir en las grandes decisiones del proceso político nacional”.
CONVERTIDO EN REFERENTE
El edil Ignacio Ifer, del Partido Nacional, sostuvo que “desde su primer paso (en política) y hasta su muerte, Seregni se fue transformando en un referente de ver el mundo y el país, logrando el apoyo de amplios sectores de la población y, cerca del final de sus días, el respeto y los elogios de sus opositores”.
Tras referir a su formación y aportes como militar, recordó que “pidió su pase a retiro en noviembre de 1968 (por discrepancias con el presidente Jorge Pacheco Areco), que le fue concedido en abril de 1969”. Luego de haber sido encarcelado durante la dictadura, “fue liberado el 19 de marzo de 1984 y ese mismo día, ante una multitud que fue hasta su casa, pronunció un discurso histórico, llamando a redoblar la lucha sin odio ni resentimiento. Apoyó la participación del FA en las negociaciones con la dictadura que cristalizar en el Pacto del Club Naval. Nuestro partido no concurrió, en el entendido de que existían dos alternativas al respecto: quienes entendían que para salir primero debían entrar y quienes creíamos en que el país se merecía 'salir saliendo y a bandera desplegada con toda libertad', como decía Wilson (Ferreira Aldunate). Igualmente se abrieron las puertas para la realización de elecciones en noviembre de ese año, pero tanto a él como a Ferreira Aldunate, junto a militantes opositores al régimen, se les impidió presentarse a cargos electivos. Al decir de Wilson, 'yo no quiero ser candidato si al general Seregni no lo dejan ser, no queremos resultar vencedores de una contienda electoral donde se señale con la punta de una espada o con el taco de una bota quiénes pueden ser candidatos y quiénes no”.
DECIDIDAMENTE A FAVOR
En su intervención, el edil Didier Bernardoni, del Partido Colorado, dijo que Líber Seregni “jugó a favor decididamente de reencauzar institucionalmente y en paz a la República. Oficial del arma de artillería, cumplió con el ejército una larga y brillante trayectoria, culminada como jefe de división en 1969 y comenzó una carrera política que lo llevó a lograr la unificación de los partidos de izquierda, que en 1971 irrumpió en el escenario nacional”.
Más adelante, recordó que “estábamos en nuestra época de estudiante manifestando en la avenida 18 de Julio de Montevideo, en marzo de 1984, cuando una y otra vez se anunciaba la noticia de que el general iba a ser liberado. Con mi hermano y un amigo lo escuchamos desde el balcón de su casa, llenando la esperanza del corazón a los frenteamplistas y de emoción en aquellos ciudadanos que, como nosotros, sin compartir su ideología política percibíamos en sus palabras, y especialmente en su actitud, grandeza espiritual. Olvidando sus diez años de cárcel, tomó un megáfono y dijo que 'la gran preocupación en este momento para transitar efectivamente los caminos hacia la recuperación de la democracia es la pacificación de los espíritus, la pacificación nacional. Y en ese proceso, el general Seregni fue un decidido partidario de alcanzar una salida institucional por la vía del acuerdo y encauzando a su partido en el diálogo político”.
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