Rurales | 19 Dic El retiro de la mesa de negociaciones de las gremiales agropecuarias en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) determinó esta semana que no se llegue a una solución en el convenio salarial para el sector rural. El Poder Ejecutivo entonces decretará el convenio con las condiciones salariales para los sectores de lechería, arroz, ganadería y agricultura.
El director nacional de Trabajo, Juan Castillo, explicó que la delegación de la patronal pretendió introducir en el texto elaborado por el Ejecutivo una cláusula en la que manifestaban su oposición al acuerdo. Castillo indicó que se trataba de una “valoración política”, que las gremiales son libres de realizar cuando quieran, pero no tiene lugar en el marco del convenio salarial.
Ante la negativa del gobierno a incluir esta cláusula en el acta, “se molestaron y se fueron”, expresó Castillo a El Observador. El jerarca agregó que este grupo tiene una “historia complicada” en el ámbito de la negociación.
Los salarios más bajos para las ramas en problemas --por debajo de $ 16.000 nominales-- tendrán un ajuste de 11,81% retroactivo al 1° de julio. Ese porcentaje surge del 5,66% del ajuste por inflación pasada del convenio anterior, 4% del ajuste semestral nominal y 1,75% de aumento real.
En tanto, la segunda franja --entre $ 16.001 y $ 18.700 nominales-- percibirá un aumento de 11,26% debido a que el porcentaje de aumento real es de 1,25%. Finalmente, aquellos salarios que estén por encima de los $ 18.700 percibirán un aumento de 9,89%.
Además, a partir del 1º de enero deberá otorgarse un ajuste semestral de 5,82% para la primera franja, 5,3% para la segunda y de 4% para los mayores a $ 18.700. Desde 2008, los convenios salariales en el agro son sometidos a votación sin el respaldo del sector empleador. Un peón que recién ingresa a trabajar a un establecimiento rural percibe un salario de unos $ 13.500 nominales y una partida de alimentación y vivienda de $ 2.270.
COMUNICADO ARU
La Asociación Rural del Uruguay (ARU) emitió un comunicado en el que acusa al Poder Ejecutivo de vulnerar el principio de autonomía y de libertad en el ámbito del Consejo de Salarios. Según se explica, desde la primera reunión se había dispuesto por unanimidad la no apertura del subgrupo arroz ni de ningún otro y realizar una negociación conjunta, dadas las condiciones generales del sector agropecuario.
No obstante, el Poder Ejecutivo dividió al sector y conformó tres subgrupos: ganadería y agricultura de secano, arroz y tambos. Así estableció aumentos distintos para cada subsector, todo ello sin previa resolución del Consejo de Salarios, sostuvo la ARU.
“Es manifiesto el desconocimiento de la realidad agropecuaria, donde hay infinidad de empresas que realizan actividades mixtas, lo que causará serios problemas para determinar el régimen salarial aplicable. Además se desconoce la realidad del sector con respecto a la clasificación de los sectores”, afirman. El Ejecutivo clasificó a los sectores de la lechería y el arroz como en problemas, mientras que dejó como intermedio a la ganadería y la agricultura.
También se entiende que al incluirse correctivos no acordados entre trabajadores y empleadores, el Poder Ejecutivo “violenta sus propios lineamientos”, porque se había establecido que se aplicarían solo cuando fueran acordados entre las partes. “Si bien los empleadores ofrecimos tales correctivos a los trabajadores en propuestas de negociación, estos las rechazaron, por lo que no existió acuerdo sobre la inclusión del concepto y, en consecuencia, la propuesta oficial colida frontalmente en este aspecto con los lineamientos establecidos por el propio Poder Ejecutivo”, dice la ARU.
La asociación también rechaza lo que entiende es “la interpretación ilegal” dada por el Poder Ejecutivo, con respecto a no considerar como parte integrante del salario de los trabajadores rurales el valor de la alimentación y vivienda al tener en cuenta los salarios sumergidos. La propuesta del Ejecutivo había logrado el visto bueno de la Unión Nacional de Trabajadores Rurales (Unatra) y tiene como base los lineamientos que el gobierno fijó para la sexta ronda, incluidos los ajustes adicionales para los salarios sumergidos.

MEDIDA DE PROTESTA
El presidente de la Federación Rural, Jorge Riani, dijo que la gremial se había retirado de las negociaciones, “si se le puede llamar negociaciones”, como “medida de protesta”.
“No estamos en contra de los porcentajes (de aumento), sino que no se respetaron las negociaciones. Que decrete el Poder Ejecutivo y chau”, dijo el dirigente al programa “Tiempo de cambio” de Radio Rural. Según el empresario, “se habla de salarios sumergidos, pero si le ponés alimentación y vivienda cambia sustancialmente de lo que estamos hablando”. El sector rural tiene alrededor de 90.000 trabajadores dependientes.

NO ES NEGOCIACIÓN
Néstor Cabrera, de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), habló en “Valor agregado” en Carve y expresó que “asistir a una negociación donde no se puede cambiar nada no es negociación”.
Señaló que el Poder Ejecutivo envió una propuesta con la que las gremiales no estaban de acuerdo, porque “hicimos una serie de planteos que contemplaba lo propuesto por ellos más algunos cambios y no fueron tomados en cuenta”. Agregó que “partimos de la base de que en una negociación ceden las partes para llegar al acuerdo”.
El integrante de la ANPL dejó en claro que no están en contra de mantener el poder adquisitivo de los salarios, “queríamos que algunas cosas que planteamos se contemplaran y en realidad, por el Ministerio, no fueron aceptadas”. De igual forma, las gremiales pretendían que “quedara en alta por qué no votamos, cosa que no se nos permitió. Para nosotros era importante expresar por qué votamos en contra”, señaló.
En opinión del productor, “fue muy difícil trabajar, porque no se siguió una línea; en una negociación hay que ir progresando”. En cuanto a la clasificación que dio el Ministerio de sectores en problemas (arroz y lechería) y sectores medios (ganadería y agricultura), indicó que “no sabemos cuáles fueron las bases que tomaron, porque tanto este año como el pasado ningún sector ha crecido, todos están estancados”.