Deportes | 28 Dic La guerra desatada por Peñarol ante el Ejecutivo de la AUF tuvo su primera víctima: Rafael Fernández dejó definitivamente la vicepresidencia.
Fernández, que llegó a su cargo nombrado por su club, Peñarol, aceptó el pedido de los carboneros para renunciar a su cargo, aunque primero había pedido 60 días de licencia para meditar la situación.
Ayer, a través de Facebook, el dirigente confirmó su alejamiento. Pese a los "cientos de llamados de apoyo y de no abandonar, pienso que la institucionalidad, el fútbol uruguayo y mi querido Peñarol están por encima de todo", señaló.
Fernández dejó constancia que en sus 27 meses como vicepresidente de la AUF brindó "todo nuestro permanente apoyo y permanente esfuerzo", así como que "han transcurrido en los últimos tiempos situaciones contractuales nuevas que nos han llevado a tomar decisiones, que seguramente no son del agrado de todos. Las voté y las seguiría votando".
El dirigente dijo sentirse "fuerte y con muchas ganas de seguir trabajando, pero hay planteamientos políticos que debemos asumir", al tiempo que afirmó que "seguiremos desde el lugar que sea trabajando para el fútbol".
Hace algunas semanas, cuando Peñarol le pidió la renuncia dado que el club le quitaba la confianza al Ejecutivo, Fernández dejó constancia que la solicitud se debía a que "Peñarol quiere voltear a este Ejecutivo".
Ayer, tras conocerse la carta de renuncia, Fernández dijo a diferentes medios capitalinos que los roces comenzaron luego de que él votara a favor de la oferta de Nike por vestir a las selecciones nacionales, lo que obligó a Tenfield a igualar la millonaria oferta haciendo uso de su derecho establecido en el contrato vigente. "El quiebre se dio cuando voté por Nike, desde allí no me quisieron más en el Ejecutivo. De los cinco (integrantes del Ejecutivo), el primero en firmar fui yo", señaló a Sport 890.
Peñarol quiere en el Ejecutivo al consejero Edgar Welker o a su delegado Fernando Goldie.