Opinion | 12 Ene La elección de una carrera es un asunto complicado, tanto para el joven que tiene que tomar la decisión como para su familia, ya que cada día hay más opciones aunque muchas carreras aún tienen cupos, exámenes de ingreso y hasta sorteos, por lo que no siempre se puede acceder en un primer intento.
Además, hay factores económicos y culturales que inciden al momento de la elección, dado que --fundamentalmente para quienes vivimos en el Interior-- cursar determinadas carreras aún implica un traslado hacia la capital del país u otros departamentos, con las consecuentes erogaciones económicas que ello supone, por alojamiento, alimentación, transporte y materiales de estudio.
Felizmente, hay cada vez más oportunidades de cursar en el Interior mayor variedad de estudios terciarios y universitarios, que, además de ampliar el acceso, favorecen la permanencia y disminuyen la deserción puesto que no siempre la inscripción --y hasta el inicio-- de una carrera implica un egreso.
Lo ideal sería no equivocarse en la elección profesional no solo por la frustración personal que implica, sino por el costo social de dicha situación, ya que en nuestro país bastante aporta la sociedad en general para tener carreras terciarias y universitarias gratuitas.
Ahora bien, en muchos cosas --porque hay otros claramente vocacionales-- tomar una decisión sobre cuál carrera elegir no es un asunto fácil. Lo ideal sería realizar una investigación exhaustiva que habilite la elección, averiguar cuáles son las carreras y ocupaciones con más oportunidad y con mayores posibilidades de futuro, cuáles se dictan en la región y cómo se relacionan o no con el gusto o los intereses y las aptitudes personales, la calidad académica de las instituciones en las que se piensa estudiar, los planes de estudio, entre otros aspectos de importancia.
En este sentido, es evidente que contar con información veraz, de calidad y oportuna resulta fundamental para la toma de decisiones en cualquier aspecto de la vida personal o laboral, por lo que se constituye en un insumo de primer orden y de gran trascendencia hacia el futuro.
No obstante, la realidad indica que existen carencias y brechas informativas respecto de los temas referidos a las opciones y elecciones de estudios superiores: los jóvenes no siempre tienen acceso, no siempre encuentran y no siempre les ofrecen la información que necesitan en este momento crucial de sus vidas.
La pregunta es ¿cómo brindarles esa información? ¿Hacia dónde y cómo enfocar esos esfuerzos? Indudablemente, en un escenario tecnológico y digital en el que, al menos en nuestros países, gran parte de la población cuenta con un teléfono celular en la mano o el bolsillo, es imposible no pensar en ese medio y sus distintas herramientas para difundir la información. Aún así, estas herramientas no son totalmente efectivas y la gestión activa de la información –por ejemplo estableciendo espacios de consulta para acompañar el proceso de decisión-- resultan fundamentales aunque no siempre posibles de concretar por los costos que conllevan.
En un reciente artículo, Matías Busso, experto del Banco Interamericano de Desarrollo en mercado laboral, educación y productividad, relató un experimento realizado en Chile para comprobar cuán efectivo podía ser enviar mensajes más personalizados a los jóvenes estudiantes que debían decidir qué carrera estudiar. Ese país tiene un sitio web gubernamental que brinda datos clave sobre opciones de carreras, pero el experimento pretendía dar un paso más y enviar al estudiante mensajes personalizados con información sobre carreras, instituciones, ayuda financiera y retornos laborales.
"Solo alrededor de 50% de los destinatarios abrieron nuestros emails, (…) pero confirmamos que los mensajes individualizados pueden hacer la diferencia. Nuestros emails no tuvieron mucho impacto en las decisiones de los estudiantes de asistir a la universidad. Tampoco cambiaron la preferencia de los estudiantes por las escuelas tradicionales de mayor estatus. Pero sí afectaron las elecciones dentro del universo menos selectivo de institutos profesionales y escuelas técnicas y vocacionales, donde terminan estudiando muchos jóvenes pobres y donde los estándares y los retornos son mucho menos consistentes. Dentro de este grupo, nuestros emails tendieron a alentar a los estudiantes a inclinarse por instituciones de mayor calidad que las de sus preferencias iniciales. Los llevaron a optar por escuelas con menores salarios promedio y posibilidades de empleo al graduarse, pero con programas más baratos y cortos. Y los alejaron de instituciones con fines de lucro; en cambio, 8% de los estudiantes eligieron instituciones profesionales y 1% escuelas vocacionales o técnicas", explicó.
En Uruguay, las universidades privadas suelen tener abundante información en línea y también instituciones como la Universidad de la República y la UTEC cuyos sitios web cuentan con abundante información sobre las carreras que ofrecen en sus distintas sedes, planes de estudios y sistemas de becas, existiendo además sitios web específicos de las becas que ofrecen el Fondo de Solidaridad y Bienestar Universitario, con información clave para acceder a estos servicios. En un paso más, bienvenido y necesario aunque no generalizado a sus sedes de todo el país, la Universidad habilitó para los meses de enero y febrero --en Montevideo-- los denominados Espacios de Orientación y Consulta para apoyar el tránsito hacia la enseñanza terciaria y la elección de la carrera abordando el trabajo con la información sobre la oferta educativa y sistema de becas.
No obstante, estas no son las únicas ofertas educativas terciarias existentes. Interesantes oportunidades de estudio de carreras técnicas y tecnológicas, como las del Consejo Técnico Profesional - UTU y sus Institutos Tecnológicos Superiores tienen insuficiente difusión y carencias de información en sitios web inadecuados, poco amigables y que ofrecen una mala experiencia al usuario. Como se demostró en Chile, contar con esa información en forma adecuada y oportuna puede ayudar, especialmente a los estudiantes pobres y no informados que están a punto de tomar una de las decisiones más importantes y costosas de sus vidas, a la vez que colaboraría para abrir la cancha de oportunidades a jóvenes que el país necesita capacitar en varias áreas de la actividad nacional. También en esto, la información puede ayudar a acortar la brecha.