Paysandú, Sábado 14 de Enero de 2017

Rutas desbordadas en el Este del país debido al intenso tránsito durante el retorno por el fin de semana largo

Nacionales | 09 Ene Las rutas que convergen hacia Montevideo registraron un intenso tránsito en la víspera, en el marco del operativo retorno del fin de semana largo. El vocero de Policía Caminera, Fernando Caballero, explicó que el movimiento en el peaje de Pando fue intenso, así como en los demás ubicados en otras rutas entre la capital del país y departamentos del Este.
En Rocha, por ejemplo, las barreras del peaje tuvieron que ser levantadas tras generarse una cola de vehículos que superó los 500 metros, informó Subrayado. Para toda la jornada fue movilizada la totalidad de los inspectores de Policía de Tránsito, unos 250 efectivos, que están distribuidos principalmente en las rutas Interbalnearia, 9 y 8.
Además hasta anoche regía una advertencia amarilla para todo el país por tormentas intensas, por lo que se exhortaba a extremar la precaución al conducir. Precisamente el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) actualizó su alerta amarilla hasta las 22 del domingo por tormentas intensas e indicaba que una masa de aire cálida húmeda e inestable afecta al país, por lo cual es probable que se generen tormentas aisladas, algunas puntualmente intensas. También se podrán presentar fenómenos como actividad eléctrica, rachas de viento entre 60-75 km/h que ocasionalmente pueden ser superiores, probables granizadas y precipitaciones puntualmente abundantes (20-30 mm en cortos períodos de tiempo).

CEMENTO SEGUIRÍA CON PÉRDIDAS
El directorio de Ancap ya tiene en su poder un bosquejo del informe que había solicitado con alternativas para revertir la deficitaria situación de la división de cementos en el que se identifica una quincena de escenarios posibles, todos bastante desfavorables, según supo El País.
En todas las alternativas se plantea que es muy difícil revertir la situación, aún si se realizara la postergada instalación de un tercer horno en la planta de Paysandú.
La división cerró 2016 con una pérdida de unos U$S 27 millones (algo más de los U$S 25 millones previstos por Ancap cuando en diciembre informaron en el Parlamento sobre la situación y un monto casi idéntico al de 2015) y el sindicato está muy preocupado por la demora en la adopción de medidas para revertir la situación. El dirigente del sindicato de Ancap, Gerardo Rodríguez, dijo a El País que algunos escenarios incluyen las reconversiones de las plantas de Paysandú y Minas, y otros, no. Reconoció que las autoridades de Ancap han informado al sindicato de la situación y que "trabajan muy duro", pero se manifestó muy preocupado por la demora en la toma de decisiones.
En varias hectáreas propiedad de Ancap ubicadas al norte de la ciudad de Paysandú, sobre Avenida de las Américas que une el puente internacional "General Artigas" y la ruta 3, en más de cien contenedores están hace tres años los componentes de un horno que costó decenas de millones de dólares y cuya instalación demandaría más de U$S 100 millones. Rodríguez entiende que debe procederse a su instalación rápidamente porque eso permitiría incrementar la producción de la planta dos veces y media a mediano plazo y abatir sus costos fijos.
El sindicato propone dejar sin efecto las medidas adoptadas durante el gobierno del fallecido presidente Jorge Batlle que derogaron la obligación que tenía el Estado de comprar cemento Ancap para sus obras. También presiona para elevar el Arancel Externo Común para dificultar el ingreso del cemento "Charrúa" que la empresa Cimsa —propiedad de Diego Godín y Diego Lugano— trae desde Turquía, dijo Rodríguez.
Este cemento ya captó al menos el 5% del mercado y afecta fundamentalmente a Ancap, pero también a la Compañía Uruguaya de Cemento Portland, de capitales españoles y que tiene su planta también en Lavalleja. Históricamente, las dos empresas se habían repartido el mercado aproximadamente por mitades.
Para el sindicato, Ancap debe aprovechar que en Uruguay hay abundantes calizas (en particular en el departamento de Paysandú) e intentar proveer a los países del Mercosur. También debería intentar incursionar en el negocio del hormigón premezclado. Rodríguez entiende que "los principales responsables" de la situación fuertemente deficitaria son los gerentes. Y adelantó que el sindicato no acepta ninguna solución que implique el cierre de alguna de las plantas.
Ancap tiene un preacuerdo con Cimsa para estudiar posibilidades de comercialización conjunta. Cimsa asegura que ha invertido U$S 35 millones, tiene un horno en el departamento de Treinta y Tres, y señala que no importa a precios de dumping (o sea, inferiores a los costos de producción).
Rodríguez dijo que el sindicato no se opone a posibles asociaciones siempre que quede establecido que la propiedad de las fábricas seguirá siendo de Ancap. Los diputados sanduceros Nicolás Olivera y Walter Verri coinciden en que probablemente la única salida para las cementeras sea la asociación con algún grupo privado. Verri aseguró que los costos de Ancap son elevadísimos, que hay dificultades en la tarea de molienda y que la producción en Paysandú cerró el año pasado en niveles más bajos que los de 2015.
En la planta de Paysandú, la más grande de las dos que tiene Ancap, trabajan 301 personas, de las cuales 175 integran la plantilla de la empresa pública. En la de Minas de los 245 trabajadores, 138 son empleados de Ancap.
La situación es muy grave desde hace tiempo. Rodríguez reconoció que Ancap ha debido comprarle cemento a su propia competidora española para poder cumplir los compromisos con sus clientes.
Los números de la producción de cemento son desoladores. Entre 2005 y 2009 perdió U$S 60 millones y, entre 2010 y 2014, otros U$S 120 millones, pese a que realizó importantes inversiones. La planta de Paysandú que en 2015 produjo 149.000 toneladas en 2016 no pasó de las 140.000.
La planta de cemento de Ancap en Lavalleja está muy cerca de la ruta 8 y próxima al ingreso sur de la ciudad de Minas. Comenzó a producir en 1956, tres décadas después de que empezase a hacerlo la planta de la Compañía Uruguaya de Cemento Portland (Cementos "Artigas", hoy de capitales españoles) en 1919. Esta empresa cuenta hoy con dos plantas industriales. La de Lavalleja produce el precursor inmediato del cemento (clínker) con el proceso denominado de "vía seca". La empresa cuenta con una planta de molienda y despacho en Sayago, Montevideo, que completa el proceso industrial y comercial del cemento. El clínker llega a esta planta por ferrocarril. Esta empresa privada gana dinero en tanto que la estatal utiliza coque (cuestionado por sus efectos ambientales) y pierde dinero pese a que se invirtieron en ella U$S 140 millones. En 2012 se analizó su cierre, pero luego se decidió invertir en ella para mejorar sus números.
El grupo Ancap intenta revertir la situación atacándola en varios frentes. En diciembre anunció que dejará de fabricar bebidas alcohólicas, aunque le generaba pérdidas relativamente menores. Declaró en concurso preventivo a Carboclor, una empresa petroquímica argentina de la que es accionista mayoritario y que intenta vender. Y no bajó el precio de los combustibles cuando el petróleo estaba bajo y de esta manera se capitalizó, según la oposición, en alrededor de U$S 150 millones. El 1° de enero pasado los combustibles subieron 8%.
Ancap también decidió en diciembre abatir los márgenes de ganancia de los sellos distribuidores y los propietarios de estaciones de servicio. En 2015, Ancap perdió U$S 198 millones, unos U$S 542.000 diarios. Desde 2011, sus pérdidas suman U$S 800 millones. El último año en que Ancap tuvo ganancias fue 2010, cuando tuvo un resultado positivo de U$S 70 millones. La empresa pública es, por su facturación, la más importante del país.


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