Policiales | 13 Ene En una profesión tan sacrificada como la del canillita, quedarse sin las herramientas de trabajo lo hace aún más. Eso le ocurrió a Enrique Chaparro, de 62 años, quien --cuando se encontraba repartiendo los diarios a sus clientes-- sufrió el robo de su motocicleta, una Zanella ZB matrícula IBW 916. Como si se tratase de una jornada oscura para los canillas, el hecho se suscitó el mismo día en que su colega, Juan Eugui, fue atacado por dos perros pitbull, también cuando estaba cumpliendo con el reparto.
De acuerdo con lo narrado a EL TELEGRAFO por Chaparro, el robo se registró en Instrucciones del año XIII y Cerrito. “Fue en cuestión de segundos, porque me bajé de la motocicleta y entré a dejar un diario a un cliente de la cuadra. Cuando volví, la moto, que había dejado en marcha, ya no estaba”, indicó.
Además del birrodado, herramienta indispensable para cumplir con su trabajo, que le demanda un recorrido diario de 20 kilómetros, le hurtaron “un paraguas, un equipo de lluvia, un par de ojotas que llevaba para cambiarse, 14 diarios que me habían quedado sin vender, todos los documentos, desde cédula, credencial, libreta de propiedad de la moto, libreta de conducir, el recibo de patente al día; herramientas y demás”, agregó. El hurto ocurrió próximo a las 10.30 y la denuncia fue cerca del mediodía “porque compré de mi bolsillo los diarios que me faltaban para llevarles a mis clientes. A la gente hay que cumplirle”, mencionó Chaparro.
En tanto, el canillita, conocido por estar desde hace años en la puerta del Centralizado de Comepa donde --además de su labor-- ofrece atenciones con las personas que más lo necesitan, ya sea ayudando a que desciendan de los autos las personas mayores o abriéndoles la puerta, solicita que quien haya visto la motocicleta y tenga datos certeros de dónde recuperarla se comunique al teléfono 47220753 o al celular 092344891. “Entregaré una recompensa porque de verdad con la edad que tengo no puedo hacer todo el recorrido de mi reparto en bicicleta. Creo que todavía queda gente buena que entenderá que es una herramienta vital para mí”, mencionó. A pesar de su desesperación, Chaparro dijo que confía en la solidaridad de los sanduceros “y que alguien va a poder darme alguna pista certera”.