Deportes | 16 Ene Tras el partido estaba molesto. Caliente, desencajado. Pero con el paso de las horas el técnico de Paysandú, Sergio Esquibel, bajó los decibeles.
“¿Sabés que pasa? No quiero que nada suene a excusa. Pero estos partidos no son comunes ahora. Parece premeditado. Ellos salieron a no dejarnos jugar. Quizás no jugamos a nada, aunque la intención de ellos era clara. Y salvo esas jugadas finales, no llegaron. Pero hubo cuatro incidencias de expulsión directa”, dijo el entrenador sanducero.
“Sacamos cosas positivas. Vimos jugadores, lo que es importante porque tenemos poco fútbol. Y la conlusión es que nos sorprendieron con la manera de buscar el partido, con vehemencia y un árbitro totalmente permisivo. Pero lo importante es que trajimos un punto y no recibimos goles”, agregó.
Esquibel insistió en que era difícil encontrarle la receta a un partido así. “Es difícil para el jugador cuando sabe que primero se lo busca a él y luego a la pelota. Es muy complicado. Antes se jugaba más fuerte, pero no desleal; y son cosas distintas. El único que tiene que cortar eso es el árbitro”, aseguró. En lo táctico, el entrenador no quedó conforme del todo. “Estaba equivocado en algunas cosas y hay que arreglar algo. En lo técnico-táctico pensé que estaba entendido y tal vez no. Eso me corresponde y tengo que solucionarlo”.
Con alguna duda por los golpeados (Patritti es la mayor interrognate), hoy la Blanca volverá a trabajar pensando en Guichón, al que enfrentará el miércoles.