Paysandú, Miércoles 18 de Enero de 2017
Locales | 12 Ene ¿QUIÉN CUIDA A LA FAMILIA?
No me gusta ponerme muy crítico, pero… se habla mucho de que faltan valores, de que hay que recuperarlos. También se dice que falla “la familia”. Y todo esto lo comparto. La violencia, la desilusión y la desesperanza que existe en la sociedad se debe, pienso, a la pobreza espiritual (y no la material), ocasionada, en gran parte, por la falta de un hogar estable y de vínculos personales y afectivos fuertes.
Pero más allá de esto, lo que quería hacer notar es que desde el Estado no se cuida, protege ni fomenta a la familia. Se está teniendo un comportamiento omiso e incoherente.
Nuestra Constitución Nacional, en pocas palabras expresa mucho (art. 40): “La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad”.
Y no veo que se vele por su estabilidad moral. La familia se basa sobre el matrimonio y a éste se lo vació de contenido. Ya no se sabe qué es, ni cuál es su rol, ni para qué está. Y se legisla en temas de familia para donde va el viento, sin brújula.
Se ha dado un gran espacio a la mentalidad individualista que impera, donde prima el “que cada uno haga lo que quiera”. Y al que se comporta así hay que comprenderlo, respetarlo y aprobarle una ley que lo ampare en su deseo, porque si no se hace esto, se es injusto y discriminador. Se ha dado carta de ciudadanía al capricho. Pero, ¿y el resto de las personas?, ¿la sociedad? ¿Se piensa en las consecuencias? No se piensa en la sociedad en su conjunto, en el orden social, en los hijos, en los demás vínculos familiares. Y se ven las normas de antaño con una mirada sobradora e irónica, sin analizarlas debidamente. Y guste o no, vivimos en sociedad y en función de ella debemos orientar nuestra conducta: no podemos vivir como individuos aislados porque no estamos aislados.
¿Se fomentan los vínculos familiares estables? ¿No son acaso necesarios para la estabilidad emocional de los hijos? Decía también que no hay coherencia, porque se establecen normas sin una finalidad clara. Se quiere tener familias fuertes, pero no se ponen los medios para ello, sino que se hace lo que la daña.
Tampoco se vela por la estabilidad material, pues no hay mecanismos o instrumentos serios pensados para las familias. Porque no podemos decir que lo del “núcleo familiar” sea la panacea.
¿Cuánto se habla de la familia en los discursos de los gobernantes y de quienes representan al Estado? ¿Cuántos puntos del Presupuesto Nacional refieren a la familia o se orientan a cumplir el mandato antes mencionado? Es hora de que pensemos en serio qué queremos. Si queremos que la familia sea el sostén de nuestra sociedad, debemos hacer algo. Hay que cuidar, proteger y fomentar de verdad a la familia. Es la base de la sociedad. Si no lo hacemos, no nos quejemos.
Dr. Juan Diego Inthamoussu
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