Locales | 15 Ene Debajo de la caseta de los guardavidas, en el Balneario Municipal, descansa un triciclo con flotadores con capacidad para una persona. No se trata de un vehículo para divertimento de los responsables de la seguridad de las playas. Es un implemento para que los discapacitados cuenten con la opción de bañarse en el río Uruguay y que la Intendencia tenía desde hacía cinco años, pero aún no lo había podido implementar.
Guillermo Parada, estudiante de Piriápolis que cursará su último año en Educación Física en la ciudad, y Javier Samurio, jugador de waterpolo, son dos guardavidas que custodian las costas del Balneario Municipal en esta temporada (que finaliza el 31 de marzo). Contaron a EL TELEGRAFO que, luego de un lustro de no utilizar el triciclo --estaba guardado en el galpón de la Intendencia--, pudieron hacerlo tras realizar un curso especial para ello, junto con técnicos que vinieron de Salto.
“Aparte de las clases sobre el servicio de guardavida, de primeros auxilios y de rescate, también nos enseñaron sobre la utilización de la silla. Nos resultó sencillo, no tiene mucha ciencia”, aseguró Parada. El triciclo está destinado para “personas con discapacidad, que no pueden ingresar al agua por sus propios medios; tiene dos amarres, una para la caja toráxica y otra al nivel de los hombros, más chaleco salvavidas. Se ingresa al agua con uno o dos guardavidas, y un familiar. Se está el tiempo que quiera el interesado”, explicó. Los guardavidas dijeron que la experiencia puede resultar muy gratificante, por las “emociones” que transmite el que utiliza el triciclo. “Son experiencias inolvidables. A veces son personas que no pueden dialogar o gente de Paysandú que hace muchos años que vive acá y que nunca había podido entrar a su río. Imaginate también los familiares, que antes no tenían la posibilidad de traer al río a un hijo y ahora sí pueden compartir un rato en el agua con él. Y se logra con un simple instrumento que puede ser llevado a todos lados”, afirmó Parada.

TRANQUILOS
Con respecto al trabajo en sí de guardavida, los muchachos aseguraron que hasta el momento ha estado tranquilo en el Balneario Municipal, “sin ningún caso grave de rescate”. Dijeron que la prevención de las boyas los ha ayudado mucho para que los bañistas no se adentren demasiado en el río. “Trabajamos con los compañeros de Prefectura, que nos ayudan mucho, en especial con el buen uso de la bicicleta, de que los perros respeten su zona asignada y de la utilización de la pelota en el agua. Es un plus muy importante; nos permite focalizarnos en las personas en el agua”, comentó Parada. El joven fernandino aseguró que la temporada es buena, con mucha presencia de público --en especial los fines de semana--, en donde la playa se ha mostrado mejorada, más organizada, más limpia y con más cartelería. “Cuando no se puede ingresar al agua porque está contaminada, se avisa. Cuando hemos colocado la bandera roja, con el río tranquilo, hemos pasado a explicar persona por persona el por qué. Mucha gente no sabía. No se trataba del clima, sino de la situación del agua”, señaló.
Días pasados, la Intendencia recomendó, con base en muestras de agua de las playas, no tomar baños recreativos en esos espacios. De los análisis realizados por la Dirección de Higiene del Departamento de Servicios, surgió que los valores de coliformes superaban los estándares establecidos por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) para habilitar el uso del agua para baños. El fenómeno se adjudicó a las intensas precipitaciones registradas el fin de semana anterior. En la actualidad, las playas están habilitadas.
Parada indicó que trabajan en coordinación de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) para establecer, cada mañana y cada tarde, el estado del agua del río. También destacó las bolsas para basura que se dispusieron a lo largo de toda la playa, con la división de residuos orgánicos e inorgánicos. “Ojalá el público se acostumbre a esto y pueda llevarlo al hogar”, opinó.