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Paysandú, Lunes 23 de Enero de 2017

Hacia una revolución conceptual

Opinion | 22 Ene "Los siete jueces letrados de Paysandú pasaron a integrar Juzgados de Frontera y podrán comunicarse directamente y de manera oficial con sus pares de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, según la acordada Nº 7885 de la Suprema Corte de Justicia".
"De esta manera, los siete juzgados que entienden en las materias Penal, Aduana, Adolescentes, Familia, Civil y Laboral podrán comunicarse por correo electrónico con los juzgados de las vecinas provincias sin utilizar el trámite tradicional de exhorto, que debía ser por escrito, enviado a Montevideo, de allí a Buenos Aires y, por fin, al Juzgado fronterizo destinado", informábamos recientemente.
Se trata de un excelente paso en el marco de los deseos de integración que se han manifestado de uno y otro lado del Río Uruguay.
En un momento en que el turismo desde Argentina hacia nuestro país es particularmente intenso no se han registrado mayores problemas en el cruce por el Puente "Gral. Artigas". Ampliación de los servicios, digitalización identificadora y otras medidas lograron que las grandes colas de años anteriores no se formaran.
También debemos recordar que "tras gestiones realizadas por la cónsul argentina en Paysandú, Carola del Río, y las de los intendentes de Paysandú, Guillermo Caraballo, y de Colón, Mariano Rebord, el Ministerio de Economía y Finanzas, como jerarca de la Dirección Nacional de Aduanas, resolvió que los residentes en la provincia de Entre Ríos con autos empadronados allí, podrían ingresar a trabajar en Uruguay, tanto por los pasos de Paysandú, Salto y Fray Bentos, conduciendo sus vehículos.
La burocracia se ha "humanizado" un poco y eso es positivo pero dista mucho de ser lo que debería: es decir una zona "liberada" en el buen sentido de la palabra, una región sin fronteras con una obra material que favorezca esa integración en lugar de actuar como impedimento.
Hace mil años, los habitantes de esta región iban de un lado a otro. Cazaban, recolectaban, peleaban o se amaban aquí, allá y acullá. Guenoas, bohanes, charrúas, yaros, minuanes y muchos otros grupos cuya denominación no ha perdurado, se desplazaban y movían sus viviendas a veces cada pocos días, en otras oportunidades por períodos mayores y si llegaban a las costas del Río de los Pájaros Pintados simplemente aprovechaban los regalos que les brindaba y lo cruzaban por los llamados "pasos" o con sus rústicos elementos flotantes.
Hace unos doscientos años Francisco Ramírez, que sería caudillo entrerriano, venía a Casa Blanca para acordar el inicio de un movimiento de liberación de la dominación española. Muy poco después Artigas instalaba su Cuartel General en la Villa de la Purificación, en costa oriental, y no dudaba en pasar muchas noches del otro lado del río con la madre de dos de sus hijos, Melchora Cuenca, como tampoco dudó para convocar un congreso de los Pueblos Libres en Arroyo de la China (Concepción del Uruguay).
Nos fuimos modernizando, aparecieron los límites, las aduanas, leyes diferentes, pero los habitantes de esta región continuaron con su fraterna relación. Embarcaciones de todo porte surcaban el río hacía todos los puertos. Si hasta el primer correo aéreo internacional del mundo se realizó entre Concepción del Uruguay y Paysandú.
Y, un día, un brillante diplomático amigo lanzó la primera idea: construir un puente que nos uniera aún más entre Paysandú y Concepción del Uruguay.
Ciudadanos de Paysandú, Colón y Concepción hicieron suya la iniciativa. Formaron un comité que discutió, trabajó, gestionó, reclamó, hasta que finalmente se construyó un puente (en realidad fueron dos) para facilitar la integración.
Pero claro: soñadores bienintencionados como eran no sospecharon que esa dama de largos y poderosos tentáculos, la burocracia, aliada con la avidez recaudatoria de todos los gobiernos, establecerían un campo minado que sólo se puede sortear con un sinfín de trámites y un disparatado volumen de dinero.
No es que "todo tiempo pasado fue mejor", es que, en este caso, por lo menos, las cosas son así ya que, como lo hemos relatado ya en otras oportunidades, el hoy llamado Puente Internacional Gral. Artigas solamente por unas pocas horas, literalmente, funcionó como lo soñaron sus impulsores es decir sin ninguna traba y sin ningún costo. Luego, inmediatamente, vinieron los trámites, los "papeles" y el peaje. Peaje que se dijo era para financiar la obra que, como sabemos, hace más de veinte años se terminó de pagar.
Hace algunos días, el Intendente de Colón Mariano Rebord afirmó que "estamos más desintegrados que cuando estaban la lancha y la balsa"
"El valor del peaje para cruzar desde o hacia Argentina fue criticado por el intendente de Colón, Mariano Rebord, quien afirmó a EL TELEGRAFO que 'alguna vez se va a conseguir' que baje el precio que se cobra para pasar por el puente binacional General Artigas".
"Se lo planteé a los flamantes integrantes de la CARU, porque por ejemplo si se cobra 50 pesos (argentinos) el peaje --no deja de ser caro, pero es mucho más barato que ahora-- y si el colonense supiera que con 100 pesos viene a Paysandú y vuelve a Colón, la gente cruzaría muchas veces más. Pero en la CARU hablan de la superestructura y la única superestructura que vemos es la cantidad de gente que tiene la CARU, que es lo que se ha incrementado este tiempo, y el valor del peaje. Pero hay que seguir, alguna vez se va a conseguir".
Muchísima razón le asiste al gobernante colonense y plantea temas que deberían ser prioritarios cuando se cumpla necesaria reunión tripartita, prolegómeno del hermanamiento formal que, según se ha anunciado, llevarán a cabo los Intendentes de Colón, Concepción del Uruguay y Paysandú y esperemos que de ese encuentro surjan resoluciones firmes y no voluntarismos, planteos formales y no postergaciones "para mañana".
Veamos: la Comisión Administradora del Río Uruguay es una excelente idea, un organismo ejemplar en su formalidad que ha sido estudiado, como ejemplo, desde los más remotos lugares donde se dan situaciones similares donde dos o más naciones comparten cauces. Pero debe recordarse que la CARU está integrada por delegados gubernamentales de ambos países y, en consecuencia, debe ser sostenida por los respectivos gobiernos y no es de recibo el hecho de que sean dos de los puentes los que deban financiar su actividad y mucho menos que sean quienes deban pagar cifras considerablemente más altas que en cualquier otro lugar.
Teniendo en cuenta lo que se paga en los peajes internos de nuestros países, el costo para el tránsito internacional debería ser similar, es decir unos 80 pesos uruguayos y no tener costo para el tránsito vecinal.
Y con los demás trámites, lo lógico sería "correr las fronteras" para que Migración y Aduanas actúen de la región integrada o, por lo menos, que se vuelva a poner en práctica el "documento vecinal" oportunamente abortado porque "los sistemas no eran compatibles" en esta época donde los chinos fabrican los celulares estadounidenses y un niño de 8 años recibe sus calificaciones "on line".
Hay mucho más para hacer pero, en pocas palabras, debemos "hermanarnos" hoy mismo y hacer las cosas en serio, sin más preámbulos para cambiar el concepto oficial de controlar y cobrar, sobre todo cobrar.


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