Locales | 18 Ene La vuelta a la vida del antiguo cine Astor, de 18 de Julio y Baltasar Brum, sumó un paso más ayer con la firma de un convenio entre la Intendencia y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) por poco más de 5 millones de pesos, que permitirá la restauración de un local que se encuentra muy deteriorado y con algunas partes semiderruidas en su interior. El comienzo de las obras está previsto para el próximo mes.
En el marco de una convocatoria nacional realizada por el MEC, el proyecto elaborado por el gobierno departamental, de la mano de la Dirección de Promoción y Desarrollo, para transformar al Astor en un centro cultural multidisciplinario, resultó ser el ganador entre 45 iniciativas que se presentaron. Para la firma, se hizo presente el director nacional de Cultura, Sergio Mautone.
“Estamos culminando un ciclo con esta firma del convenio para el reacondicionamiento del viejo cine Astor, con base en un proyecto que presentamos al fondo del MEC de recuperación de infraestructura cultural el año pasado. Estamos en el feliz momento de la firma y de recibir el dinero para comenzar las obras”, indicó Margarita Heinzen, directora de Promoción y Desarrollo, en conferencia de prensa en el Salón Rojo de la Intendencia.
El cheque que recibió ayer la Comuna tiene un monto exacto de 5.063.947 pesos. Está prevista una contrapartida económica de la Intendencia, en especial durante la primera etapa: la demolición de lo que no se va a usar, la limpieza y la parte eléctrica, comentó Heinzen.
El renovado Astor estará dividido en dos espacios, uno pequeño y otro de mayores dimensiones, ambos para presentar diferentes manifestaciones artísticas. “En el primero, se piensa transformarlo en una sala de exposiciones itinerantes. Vamos a empezar por esa parte”. En el más grande, “lo pensamos con características para poder pasar de una obra de teatro a un concierto, que sea móvil. Son espacios neutros que nos dan versatilidad”, explicó Heinzen. Añadió que no descuidarán la fachada de “arquitectura moderna”, que tiene valor patrimonial.
“Paysandú necesita otra sala de teatro. Tenemos el Florencio Sánchez, una hermosa sala que a veces queda grande y no es funcional para algunas manifestaciones de arte contemporáneo, y luego está el auditorio Miguel Ángel Pías (en Casa de Cultura), que es limitado en términos de capacidad. Al mismo tiempo, con el Astor le aportamos a la región un nuevo componente de infraestructura cultural”, dijo Heinzen.
El edificio que hoy se conoce como cine Astor fue la sede de la Sociedad Nacional de Socorros Mutuos de Paysandú, fundada el 14 de junio de 1887. Más tarde, a fines de 1930, de la mano del arquitecto Oscar Garrasino, se levantó el cine con una sala con 440 butacas. Después de varias décadas de actividad, con la llegada de los videoclubes en los años 80, el cine bajó persiana. De los cines de la ciudad que cerraron, el local del Astor fue el único que no pudo sentar cabeza.
Primero en su hall se colocaron máquinas de juego electrónicos y en la década de 1990 se instaló la discoteca “La City”. Luego fue el turno de “La Salsa” y, más adelante, pasaron otros boliches como “Sicosis”, “Space” y “El Templo”. Nada duró mucho tiempo y el Astor fue condenado al abandono. En el último tiempo, apareció una iniciativa ciudadana, el Grupo Astor, que impulsó la recuperación de ese espacio y que solicitó que el antiguo cine sea declarado monumento histórico nacional.

LA CULTURA COMO DESARROLLO
Mautone, el titular de la Dirección Nacional de Cultura, se alegró por que la cultura esté cada vez más asentada en la sociedad y que exista una conciencia del valor central de esta expresión. “En la década de 1950 se hablaba de la cultura como un obstáculo al desarrollo económico. Hoy en día, la consideramos como un fin en sí mismo. Es un factor que permite el desarrollo humano, que es transversal con otras actividades, como la economía, el medio ambiente, la inclusión social”, indicó.
En ese sentido, aseveró que la cultura “precisa sus espacios concretos” y este proyecto de infraestructura, del antiguo cine Astor, le devuelve a Uruguay una posibilidad que se había perdido décadas atrás. “Paysandú lidera la conformación de circuitos (culturales), con una infraestructura que trasciende la propuesta artístico-cultural, que va de la mano de un desarrollo para toda la región, con una perspectiva nacional”, señaló Mautone. “Paysandú se convierte en un punto de referencia, no solo para la región, también para el país y allende la frontera”, insistió. Agregó que la iniciativa del Astor se llevó el mayor fondo dentro del fondo de infraestructura cultural del MEC. “Fue un proyecto sólido votado por unanimidad por los tres miembros del jurado”, contó.
A su tiempo, el intendente Guillermo Caraballo destacó la reacción de la sociedad sanducera --de la mano del Grupo Astor-- que se manifestó para recuperar ese espacio y no destruirlo, para “aumentar la infraestructura cultural”. Además, “se trató de un movimiento ciudadano que puso un límite a la decisión de la administración anterior de darle otro destino al viejo cine Astor”.
“Paysandú tiene mucha infraestructura cultural y esto sirve para que se posicione como el de mayor oferta cultural de la región. Tenemos un anfiteatro para una determinada oferta, un Florencio Sánchez para otra oferta y ahora el Astor, que las va a complementar”, añadió el intendente.
Caraballo destacó la labor de la Dirección de Promoción y Desarrollo por la propuesta “sólida y competitiva” que elaboró para presentar ante el MEC. Confirmó que las obras se iniciarán en febrero, como estaba establecido en el cronograma previo, y que contarán con un convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. “Se cierra una etapa y comienza otra. Esta será una de las cosas más importantes que dejará esta gestión cuando finalice en 2020”.