Paysandú, Martes 24 de Enero de 2017
Locales | 18 Ene El Sindicato Único de Policías del Uruguay (SUPU) denunció que los instructores de la Escuela Departamental de Policía se han apartado de los sistemas de enseñanza impuestos desde la Escuela Nacional y aseguran que no se respetan los derechos humanos de los alumnos, quienes son víctimas de abuso de funciones y están amenazados si cuentan sus experiencias ante el sindicato.
Alejandro Álvarez, secretario general del SUPU a nivel nacional explicó a EL TELEGRAFO que tras la elección efectuada “ingresaron 54 alumnos y de ese total, actualmente quedan 52. Desde noviembre hemos recibido denuncias por maltrato físico, aparente abuso de funciones por los instructores, alumnos lesionados por las exigencias físicas, maltrato verbal, discriminación racial y acoso psicológico, principalmente hacia familiares de policías”.
Álvarez sostuvo que “lamentablemente existe resistencia a su ingreso, a pesar de que obtuvieron buenas calificaciones, tienen excelente conducta pero desde el momento de la cita con el psicólogo fueron apartados de los demás”. Según el dirigente, “entre los pasillos se comenta que no dan ingreso a los familiares porque ya conocen la función y pueden resultar manipulados. Entendemos que no es así y existen muchos casos que llegan a la función porque sienten la vocación de ingresar a la fuerza”.
El sindicato elevó el planteo al director de Coordinación Ejecutiva de la Jefatura de Policía de Paysandú, comisario mayor William Pereira. “Ordenaron el traslado de uno de los instructores y esto se agravó” en tanto “tres instructores reunieron a los funcionarios y los amenazaron que no podían dialogar con los dirigentes del sindicato ni plantear lo ocurrido”, añadió.
EL TRABAJO DE LOS INSTRUCTORES
Los instructores argumentaron la existencia de “un trabajo de inteligencia” en la interna policial, para evitar la confianza en el sindicato. Por su parte, Álvarez relató que “obligaron a los alumnos a comprarse el correaje, que no compete porque aún no se recibieron de policías --sino que lo debe brindar el ministerio del Interior-- y algunos no cuentan con el dinero para comprar la vestimenta”.
Paralelamente, reclamaron por la recarga horaria, en tanto cumplen jornadas de 12 horas, “cuando deben hacerse 8. Los hacían entrar a las 5 de la mañana y salían sobre las 16 o 17 horas. Marcan con el reloj biométrico a las 6 y nuevamente lo hacían a las 14 horas, pero se quedaban hasta las 17. Para el sistema trabajaban 8 horas”, explicó el dirigente del SUPU local, Oscar Díaz.
Consultado sobre la existencia de controles de las autoridades integrantes del Comando de la Jefatura de Policía de Paysandú, Roberto Friedrich reconoció que hasta allí “no llegan los reclamos”. “Los mandos medios filtran la información al comando”, sostuvo.
En tal sentido anunciaron que el SUPU hará la denuncia “ante el ministerio de Trabajo, Asuntos Internos del Ministerio del Interior y la Escuela Nacional de Policía”. Álvarez detalló que “en los primeros quince días de ingreso no contaban con un instructor de Educación Física --quien se encontraba en uso de su licencia-- sino que debían correr más de 10 kilómetros diarios y la mayoría se lesionó ante tal exigencia física”.
Enumeró que “las funcionarias lesionadas se encuentran amenazadas de baja, ante las faltas a clases a causa de las lesiones. Tampoco se ajustan los horarios al desayuno y refrigerio y se han registrado desvanecimientos. El programa de la Escuela Nacional de Policía establece los horarios para el desayuno y refrigerio, pero los instructores lo ajustan a los horarios que desean”.
Friedrich consignó que “es una clara violación a los derechos humanos, porque los hacen formar al rayo del sol y allí permanecen una mañana, inclusive tendidos en el piso mientras sostienen un arma descargada en sus brazos. Se han hecho dos grupos, de los cuales uno se encuentra más adelantado y va a un salón con aire acondicionado y el restante concurre a un salón sin ambientación, y además reciben insultos”.
Tampoco cuentan con instalaciones higiénicas adecuadas para la totalidad de los alumnos, en tanto “hay un baño de 2X2 para once mujeres y 42 varones, que tienen cinco o diez minutos para bañarse en dos ducheros”.
En comparación con los entrenamientos efectuados en el pasado, los dirigentes coincidieron en la necesidad de “realizar una capacitación basada en la función policial y el enfrentamiento ante el delito para evitar que cometan errores”. Atraviesa, además, por “la enseñanza de los derechos para que después puedan aplicarlo con otros ciudadanos en la vía pública. De lo contrario, ejercerá abuso de funciones”, concluyeron.
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