Paysandú, Martes 24 de Enero de 2017
Rurales | 22 Ene A 22 días de la implementación del dressing máximo de faena impuesto por el Poder Ejecutivo, se han generado diversas discusiones en la cadena cárnica con relación al aumento del rendimiento del ganado. Hay diferencias entre plantas, lo que, para el ingeniero agrónomo Gonzalo Indarte, llevará a que deba terminar el pago en tercera balanza. Para el director de la firma Indarte y Cía., esto “tampoco va a cambiar demasiado lo que sucede, porque es un tema de matemáticas. Se hace la cuenta de cuánto va a ser el dressing promedio, si va a pagar menos en tercera o cuarta balanza”.
Entiende que será la forma de que el producto “reciba más de lo que recibe en cuarta balanza. El precio, a la postre, se pone más del lado de la oferta que de la demanda; en algún momento está para el lado del productor y en otro para el lado de la industria”, acotó.
El empresario sanducero, en declaraciones a EL TELEGRAFO, manifestó que “cuando se pase a tercera balanza, comenzaremos a hablar de otros temas de mayor importancia en la producción ganadera” y aclaró que “ha estado arriba de la mesa en todas las conversaciones, pero creo que es más publicitario que otra cosa. También sostengo que hay otros temas mucho más importantes”.
Desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el actual titular en forma interina, ingeniero agrónomo Enzo Benech, dijo que si bien es consciente de que las gremiales estaban reclamando determinadas formas de pago, “no podemos meternos en negocios entre privados, sino que tenemos la responsabilidad de marcar reglas de juego lo más claras posible”.
Sostuvo que “los productores e industrias tienen que tener la capacidad de sentarse en la mesa y discutir los problemas” y agregó que “todos trabajamos para ganar plata, pero llega un momento que el interés general tiene que estar por arriba del particular” porque, en definitiva, “el productor necesita de la industria y viceversa”.
En cuanto a las empresas, Indarte explicó que “tenemos relacionamientos a largo plazo con la industria, en esos contratos productores-industria. Tenemos aceitado que el productor se dedique a producir y la industria a vender, premiando por el producto y que lo pueda tener en fecha”. Y puntualizó que después de estar “más de 20 años al frente de la empresa, ha sido la mejor forma de trabajar y no es imposible hacerlo”.
COSTOS
El costo que tiene hoy la producción en el país “debe ser un tema de los que se deben discutir y dejar de hablar sobre si el pago es en la tercera o cuarta balanza”, razonó el empresario.
“Hoy en día para competir con los países de la región se nos hace muy difícil, teniendo en cuenta los costos internos. En nuestro país, se da la paradoja de que comienza a servir un sistema que produzca menos gastando nada, lo que hace muy mal al país”, reflexionó.
Dejó en claro que el productor “siempre quiere ir para adelante, producir más y hacer cosas buenas, pero el costo país lo impide, a pesar de que tampoco es un tema nuevo”.
Por el lado de los valores de venta de los productos, sostiene que es “muy difícil moverlos nosotros, porque somos tomadores de precios, pero sí trabajar por el lado de los costos”, dijo.
EXPORTACIÓN EN PIE
La cadena que siempre estuvo relegada en el sector ganadero fue el de la cría, “pero con los valores del ternero, como tuvo el año pasado, pasó a ser la vedette”, precisó el ingeniero Indarte, con referencia al tema de la exportación en pie en el país.
“Somos el país de los 15 minutos, porque un negocio muy ajustado como el de la cría, con la exportación de ganado en pie, pasó a ser mejor que los otros”, subrayó. Para el consignatario habría que intentar buscar un equilibrio en esto, “ya que si continúa esta tendencia, los de cría, recría y, por supuesto, la industria van a tener problemas de futuro, porque se van acumulando”. Más de 280.000 vacunos fueron exportados el año pasado y la mayoría de los ejemplares fueron terneros. “Si tenemos en cuenta que Uruguay produce aproximadamente 1.000.000 de terneros, estamos hablando de un 28 a 30 por ciento que se coloca en el exterior, que son los terneros que faltarán en el futuro”.
Para Indarte, lo ideal sería que “no se vendieran y siguieran en la cadena y fueran elaborados en la industria, dejando tanto impositivamente como en mano de obra dentro del país”. Además, explica que esto se va acumulando. “Si ese 28 a 30 por ciento vuelve a salir este año, va a ser un problema de tres años para adelante y para solucionarlo, es de largo plazo”. De todas maneras, sostiene que “no hay que cerrarla a la exportación, pero se debe buscar alguna alternativa media a lo que está sucediendo”.
SE ESTÁ MOVIENDO EL ÁRBOL
Para definir lo que puede acontecer durante el presente año, Indarte utilizó una frase “de un viejo amigo”, que dijo: “se está moviendo el árbol”, en alusión a cambios que deben ser analizados por sectores de la producción.
Con respecto al sector lechero, el más castigado de los últimos años, manifestó que “está comenzando a caminar lentamente y dejaron de perder plata luego de una situación muy comprometida”.
El sector agrícola tuvo un par de años difíciles, pero actualmente atraviesa un panorama “promisorio”, si se tiene en cuenta el estado de la soja --la gran vedette de la agricultura--, “con un estado muy bueno gracias a las lluvias que se han registrado, a pesar de que se vaticinaba un verano seco”. Pero además hay que tener en cuenta la “desgracia” en Argentina que, debido al exceso hídrico y las inundaciones, “tendrá un 10% de su producción de soja, que determina que la oleaginosa se acerque a los 400 dólares, lo que para nuestra agricultura estaría andando bien”.
En cuanto a la ganadería, sostiene que es un negocio de “poca rentabilidad, en donde los números son finos, pero estables”. Se refirió a la estabilidad de los mercados y la cantidad de mercados abiertos --más de 100--, que brindan estabilidad en el mediano y largo plazo.
MÁS EMPRESARIO
Gonzalo Indarte explica que, en los últimos 10 años, “se aceleró un cambio en la mentalidad del productor ganadero, que ahora trabaja más empresarialmente, sobre todo de la mano de empresarios argentinos y de la producción agrícola”. Especificó que la agricultura tiene una dinámica “muy diferente a lo que es la producción ganadera”.
Los cultivos son ciclos de seis meses y rápidos, “donde el empresario debe estar permanentemente tomando decisiones y adaptándose a lo que son los cambios climáticos y de mercados”. Esto específicamente a la producción ganadera “le hizo mucho bien y los productores uruguayos aprendieron de eso, cambiando las tradiciones”, dijo.
Puso además como ejemplo la dinámica que generó la producción de los corrales en esa conjunción con la agricultura que realmente “dinamizó toda la cadena. Se bajó la edad de faena y hubo que darle de comer muy bien a todas las categorías, lo que significó un aumento de la producción”.
Entiende que hoy el productor “consulta más sobre qué tipo de animal pretende la industria y sobre todo conocer la diferenciación de los valores según la calidad”. Destacó que actualmente existen convenios de entrega a las plantas frigoríficas, “productos de acuerdo con el negocio que concretó la industria, lo que ha sido uno de los grandes adelantos de los últimos años, de la mano de los empresarios industriales”.
NEGOCIOS POR CAMPOS
Los negocios por compra y venta de campos “están parados desde hace unos dos años aproximadamente”, dijo Gonzalo Indarte; excepto el año pasado, “tras un blanqueo de capitales impulsado por el presidente de Argentina, Mauricio Macri, que generó mucha actividad en cuanto a tasaciones, porque fue uno de los requerimientos de ese gobierno, al solicitarse tasaciones de los emprendimientos argentinos en Uruguay”.
“Estamos hablando en el entorno de 80.000 millones de dólares de capitales argentinos por el mundo”, precisó el entrevistado. “Esto llevó a que el argentino sacara a luz lo que tenía declarado en Uruguay y le brindó tranquilidad a quien invirtió en nuestro país”. De igual modo, sostuvo que “comenzaron a aparecer interesados puntuales por campos, “pero sin ser el pico de aquel 2007 y 2008, interesados especialmente por campos de condición agrícola”. En cuanto a campos forestales, dijo que “hay movimiento debido a las dos pasteras en funcionamiento y a la tercera que se viene, lo que genera interés por campos en el país”.
Señaló que, en el sector ganadero, el panorama está “algo más quieto”, aunque se ha realizado algún negocio “puntual”, en torno a los 1.800 y 2.000 dólares la hectárea, con referencia a campos de la zona de basalto y en torno a 50 Índice Coneat. Aclaró que esos negocios “estaban en 2.500 a 3.000 dólares la hectárea y hoy aparece algún negocio puntual en los valores citados anteriormente”.
Sobre quiénes son los interesados en los negocios de campo, Indarte recordó que por campos ganadero “son preferentemente uruguayos que pueden tener otro campo cerca. En el sector forestal, son inversores extranjeros que lo toman como negocio para arrendar o plantar haciendo convenio con las forestales. En el sector agrícola, son preferentemente argentinos y algún fondo de inversión que está apareciendo, consultando pero no concretando”.
Manifestó que para los extranjeros, en el caso de los argentinos --por su proximidad--, “tienen en cuenta a Uruguay como un país serio, siendo una de las características fuertes que tenemos y una de las causas de invertir aquí”. Consideró la implementación de los planes de uso y manejo como muy positivos, “porque nuestros campos no resisten a la agricultura continua, lo cual --se aprecia-- se ha cumplido”.
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