Paysandú, Sábado 28 de Enero de 2017
Rurales | 27 Ene En busca de que brinde información precisa al agricultor y asesores, para que monitoree sus chacras y prevenga daños severos, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) apunta a que el Sistema de Alerta a Roya Asiática de la Soja (Saras) se convierta, una vez más, en la herramienta que permita la aplicación racional de químicos sobre el cultivo.
El Saras es una herramienta en línea (a través de Internet y en la página del INIA) que integra toda la información disponible sobre la enfermedad en Uruguay y en el mundo, mantiene actualizados a productores y técnicos sobre nuevos focos reportados, el nivel de riesgo meteorológico de infección y las recomendaciones de manejo. La investigadora principal del INIA, Silvina Stewart; el presidente del instituto, Álvaro Roel y el asistente de investigación de INIA, Marcelo Rodríguez, presentaron este programa y mostraron su potencial.
La roya asiática es una enfermedad causada por un hongo que se trasmite por el aire, pero precisa condiciones ambientales favorables para su propagación. La enfermedad fue reportada sobre la soja uruguaya por primera vez en 2004 y generalmente ingresa desde Brasil. De inmediato se ve en departamentos como Cerro Largo, Rivera y Treinta y Tres; no están medidos certeramente los daños económicos en Uruguay, pero en Argentina se habla de mermas de 20% y en Brasil de bajas en los rendimientos de alrededor del 30%. Por eso es fundamental un diagnóstico temprano.
La roya asiática o entra muy temprano a Uruguay (en enero) o muy tarde (en marzo). El año pasado, la roya entró temprano, pero después la sequía y las altas temperaturas no la dejaron evolucionar ni ser tan agresiva.
Álvaro Roel manifestó en la conferencia que “la zafra de soja de este año es emblemática para el INIA, pues por primera vez hay sembrados tres tipos de variedades comerciales a través del programa de mejoramiento genético”.
“Es ejemplo de calidad científica con cercanía al productor, conocimiento profesional y tecnológica en una zafra especial de la soja para el INIA, porque por primera vez hay tres tipos de cultivos diferenciales bajo el programa de mejoramiento genético articulado por productores privados”, destacó.
Stewart, investigadora de INIA, agregó que la roya asiática se trasmite por el hongo biotrófico Phakopsora pachyrhizi Sidow, que ingresa entre enero y marzo al país por el aire vía la frontera con Brasil, especialmente por Rivera y Cerro Largo, y afecta el rendimiento del producto con pequeñas manchas amarronadas en la hoja.
“Cuanto antes ingrese, es mejor para atacarlo”, alentó la especialista. “Es importante que se manden muestras a los laboratorios, porque es casi invisible al ojo humano”, aseguró, para luego acotar que “no hacer la fumigación en forma sistemática es clave, sino hacerla solo cuando el nivel de riesgo es alto”.
SARAS
El Saras cuenta con un mapa de dispersión que muestra la localización y número de focos reportados por los laboratorios que colaboran y permite ver la evolución de la dispersión durante la zafra de soja.
También tiene una opción de registro de usuarios, que posibilita a productores y técnicos registrar sus chacras por localidad en el sistema y recibir una alerta en sus correos electrónicos, cuando se reporte un foco que se encuentre ubicado a menos de 100 kilómetros de distancia de sus cultivos. De esa manera, sabrán cuándo comenzar a intensificar sus muestreos y estarán atentos a la evolución de la enfermedad.
Cuando el usuario ha detectado la enfermedad en sus cultivos, el sistema ayuda con la toma de la decisión de aplicación de un fungicida, mediante un mapa de riesgo de infección que muestra tres niveles: uno bajo, otro intermedio y el resto alto, de acuerdo con el pronóstico. Este es generado por un modelo empírico que utiliza pronósticos de variables meteorológicas comunes (temperatura, humedad relativa, precipitación y nubosidad) obtenidos del Modelo de Predicción Global (GFS, por sus siglas en inglés).
Los responsables de los laboratorios registrados pueden acceder a reportar nuevos focos, seleccionando esa opción, ingresando los datos solicitados y su clave particular de acceso.
CUIDADO
Silvina Stewart explicó que “los síntomas o signos de la enfermedad son prácticamente imperceptibles al ojo humano. Cuando empieza en el cultivo, no se ve tan fácil”. Por eso consideró que contar con un sistema de alerta con base en el diagnóstico de casos en los laboratorios, mediante las muestras enviadas por productores y asesores, es fundamental en cada zafra.
En la soja, la roya “no se parece a otras royas que tienen un color rojo o anaranjado, que llaman la atención y se ven en el campo. Además se encuentra en la parte inferior del cultivo y se confunde con otras enfermedades”. La experta de INIA remarcó que “el diagnóstico temprano es fundamental para poder controlarla a tiempo. Después que empezó a subir en el cultivo, es casi imposible detenerla”. Agregó que “las medidas de control pasan por un diagnóstico temprano”.
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