Deportes | 30 Ene Lo liquidó rápido. Rapidísimo. Tanto, que a los 8’ Paysandú ya estaba 2 a 0 arriba. Sí, ante un Salto necesitadísimo para no quedar al borde del abismo. Así se iba definiendo, cuando a penas comenzaba, el clásico más añejo del fútbol del Interior.
Fue rápido y casi indoloro para el rival. Primero Patritti paró la pelota en el área y definió pegado al caño derecho del golero salteño. Y cuando Salto intentaba asimilarlo, una mano en el área le permitió a Schneider decretar el segundo gol sanducero, de penal. Pero no sería tan fácil mantener el resultado que, a la postre, le permitió a la Blanca dar el salto a la siguiente fase de esta Copa Nacional de Selecciones, por la Serie B del Regional Norte Litoral.
Es que más allá de un primer tiempo entretenido, en el que Patritti y Schneider hicieron las delicias para los hinchas que en un número de poco más de 2.000 personas se acercó al Estadio Artigas, el complemento fue de dientes apretados, y de correr de atrás la pelota.
Con la diferencia decretada, Paysandú fue más. Creó las mejores situaciones, Almirón y Michelena pisaron el acelerador ante un rival que de a poco comenzó a crear un buen circuito por la izquierda de su ataque, pero sin llegar a inquietar de verdad al arco sanducero. La apuesta naranjera pasaba por tirar desde afuera y, por suerte para los intereses de Paysandú, desviado.
Sobre el final de ese primer período llegó la expulsión de Fabricio Díaz. El técnico Sergio Esquibel dio indicaciones para rearmar el equipo, pero minutos más tarde una dura entrada de Menoni sobre Schneider en el piso, dejó a los dos con 10.
Y, pensando a futuro, el golero suplente Brun fue expulsado cuando terminó la primera parte. El partido cobró temperatura. Y Salto se hizo protagonista en el complemento, en el que mereció al menos el descuento.
La Blanca cedió terreno, perdió velocidad y el vértigo del primer tiempo más allá de alguna corrida. La necesidad del rival llevó a que Paysandú intentara abroquelarse en el fondo, pero más allá de que Salto colaboró para tomar esa postura, el local tomó demasiado riesgo.
Rodríguez, que debutó en el arco sanducero, tuvo un par de buenas intervenciones y la complicidad del ángulo izquierdo de su arco, que despejó a la perfección la pelota enviada de tiro libre.
Paysandú hizo valer esos dos goles que descolocaron a un rival que reaccionó y tuvo a la Blanca a mal traer. Pero los puntos se quedaron en casa, culminando Salto los últimos minutos con nueve jugadores por un golpe en la cabeza sufrido por Laxague.
Y la gente se entusiasmó, disfrutó. Se contagió de un equipo que, con los pies sobre la tierra, sabe que solo dio un paso más.