El camino de la Sub 20

Deportes | 13 Feb Los dos empates cosechados en sus dos primeras presentaciones abrieron un manto de dudas con respecto a las posibilidades de alcanzar primero el objetivo de clasificar al Mundial, y luego hacerle un giño al título.
Pero la selección uruguaya Sub 20 mantuvo la calma, fue levantando el rendimiento de manera sensible, y terminó coronándose campeona del Sudamericano de la categoría, logrando un torneo que hacía 36 años le era esquivo a la Celeste.
El equipo de Fabián Coito pasó raya tras la primera fase disputada en Ibarra, y fue una tromba en el hexagonal final que tuvo como sede a Quito. Al punto que terminó jugando nueve partidos a lo largo del torneo, de los cuales ganó seis, empató dos y perdió uno; un balance sumamente positivo, que fue coronado con la obtención de los dos objetivos planteados por la selección.
El debut fue complicado y abrió dudas, porque empató sin goles ante Venezuela y bien pudo ceder los tres puntos. El equipo reaccionó luego ante Argentina, en un partido durísimo, pero después de estar tres veces arriba en el tanteador Uruguay recibió sobre el final mismo del partido el gol que le impediría abrazarse a la victoria y terminó igualando 3 a 3.
La altura y el hecho de que se llegó con muy pocos días de anticipación a la ciudad de Ibarra, estuvieron dentro de las explicaciones del cuerpo técnico con respecto a los resultados. Así fue que se tuvo fecha libre y se volvió a la cancha frente a Perú, al que derrotó por 2 a 0 para dar el salto a lo alto del Grupo B.
Y ante Bolivia, Uruguay se impuso con un claro 3 a 0 que le permitió alcanzar la clasificación como primero rumbo al hexagonal final que se llevaría a cabo en Quito, y que es prácticamente un torneo dentro del otro, en el que hay poco margen de error.
El objetivo primario fue siempre quedarse con uno de los cuatro cupos para clasificar al Mundial de Corea del Sur. Y se consiguió de manera anticipada. El primer partido en el hexagonal terminó con goleada por 3 a 0 ante Argentina, y en el siguiente partido se logró un triunfo espectacular: Uruguay le dio vuelta el partido a Brasil en la hora, y le ganó por 2 a 1, para definitivamente pensar en saltar al título.
Si Uruguay derrotaba en su próxima presentación a Colombia, se aseguraba anticipadamente cumplir la primera meta, la de sellar el pasaporte al Mundial. Y se ganó con claridad: 3 a 0.
Con ese primer objetivo alcanzado, estaba claro que todos apostaban al título.
Uruguay debía ganarle a Venezuela en su penúltima presentación para sellar el campeonato, pero los vinotinto, que habían igualado ante los celestes en aquel primer partido, le dieron a los dirigidos por Fabián Coito un duro golpe: ganó por 3 a 0 y le quitó el invicto.
Si bien Uruguay se mantenía arriba en la tabla de posiciones, y tenía todas las posibilidades de quedarse con el título, tenía que imponerse a Ecuador, el dueño de casa.
Pero los celestes se despacharon con un triunfo por 2 a 1 que les permitió cortar una mala racha en cuanto a títulos sudamericanos de la categoría.