Policiales | 21 Feb El tubo y el cuerpo de lo que pareciera ser un lanzacohetes de carga manual fue encontrado por un comerciante salteño en el cesto de residuos de su local, en plena zona céntrica, lo que motivó el estudio de la Brigada de Explosivos del Servicio de Material y Armamento del Ejército Nacional.
Según publicó el portal Salto al Día, luego de abrir su establecimiento, el señor notó que en el canasto de la basura se encontraba el artefacto, de aproximadamente 80 centímetros de largo, de color verde y azul. Él se encargó de manipularlo e ingresarlo a su local. Ante la duda, el hombre se comunicó de forma urgente con el Batallón de Infantería Nº 7 de Salto, que derivó el llamado a la mencionada brigada, cuyo personal concurrió al lugar para retirado.

CONFIRMAN HALLAZGO
Desde la unidad militar local se confirmó a diario Cambio el hallazgo del explosivo y se indicó que se trata de un aparato de procedencia norteamericana, fabricado hace algunos años. El Ejército Nacional emitió un comunicado donde establece: “un ciudadano se comunicó con la unidad para informar que tenía en su poder una artefacto militar que había encontrado en un depósito de basura fuera de su casa. A la hora 8.20 concurre personal especialista del Batallón I. Nº 7 y del E.D.A.T. que constató que se trataba de una granada antigua, lanzacohete de 3,5 pulgadas de ejercicio, de procedencia norteamericana, que poseía su motor consumido y sin espoleta, lo que no representaba peligro alguno”.
La Unidad indicó que se activó una investigación con el propósito de establecer en qué circunstancias llegó el artefacto de guerra a una bolsa de residuos. Asimismo, no se descarta que se trate de alguna pieza conservada por un coleccionista.

TRÁGICO ANTECEDENTE
Junio de 1992 quedó grabado en la memoria de los salteños –y también los sanduceros, que se enteraron a través de la crónica de EL TELEGRAFO– cuando una tragedia sin precedentes se suscitó en un predio cercano al aeropuerto de Salto, ubicado al sur de la ciudad.
Tres adolescentes, menores de 15 años, perdieron la vida al manipular un artefacto que habían hallado en un campo cercano a la desembocadura de del río Daymán en el Uruguay. El periodista de diario Cambio, Ricardo Vispo, narró a EL TELEGRAFO lo vivido hace 24 años. “Los tres adolescentes estaban recorriendo un predio en busca de miel y hallaron un artefacto, una especie de mortero que empezaron a manipular. Intentaron abrirlo haciéndole presión con una herramienta que llevaban y en determinado momento se activó y estalló”, contó. Los cuerpos de los jóvenes estallaron y sus pedazos quedaron diseminados varios metros a la redonda, una escena dantesca a la que jamás --policías, personal médico y judicial afectado al caso y periodistas-- se habían enfrentado.
El hecho, que causó estupor, tuvo con los años un giro inesperado. Las investigaciones permitieron descubrir que en ese predio se realizaban entrenamientos militares y que, por negligencia, no se levantó el explosivo al finalizar las maniobras. Familiares de los tres jóvenes fallecidos iniciaron acciones legales y ganaron un millonario juicio contra el Estado.