Paysandú, Martes 28 de Febrero de 2017
Rurales | 24 Feb La estancia Amona, de la familia Médicci, hizo posible días atrás al grupo CREA Queguay Chico Soto conocer el avance del trabajo en pasturas que lleva adelante este establecimiento del departamento de Paysandú, pero fundamentalmente conocer “cómo la gimnasia CREA permite mostrar claramente los números de los productores”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Donald Chalkling.
El asesor del grupo fundado en 1972 y que reúne básicamente a productores del basalto del eje de ruta 26, manifestó que “como todo grupo, tiene ciclos y en el CREA hemos tenido un recambio generacional. Pero hoy estamos en un buen momento con nuevos integrantes, que determinan una complementariedad de experiencia y gente joven muy interesante, que hace al funcionamiento del grupo CREA”. Lo integran productores de distintos establecimientos, que “nos unimos para ver situaciones de campo, evaluando y discutiendo cuáles son las diferentes estrategias para llevar adelante”.
El hecho de tener jóvenes y personas con experiencia “nos permite obtener muy buenos resultados. Si tuviéramos solo gente con experiencia, se tendría ciertos preconceptos, y la gente joven viene y rompe esos paradigmas, cuestiona cosas y eso es lo rico de trabajar en grupo, que es la base del CREA”, precisó el profesional sanducero.
Aunque ya sin los originales de su fundación, hoy la componen ocho integrantes, empresas básicamente de productores del basalto en Paysandú y Salto, en el eje de ruta 26, vecinos del CREA de Paso del Parque, “y con una experiencia importante de lo que denominamos 'la gimnasia CREA', que significa abrir la casa de uno y mostrar sus números y cómo piensa, algo que no todos lo pueden hacer, y dentro del CREA es lo habitual”.
El cerno de la actividad y el funcionamiento del CREA se mantiene, que es básicamente “discutir situaciones puntuales, que puede pasar desde el manejo de una pradera como se apreció en la jornada, como ser el análisis de la estrategia de empresas”, explicó Chalkling. Una vez al año “nos juntamos todas las empresas para discutir la parte de gestión o de resultados económicos, en particular y en conjunto del grupo, porque a veces se compara con otros grupos, y con la información a nivel nacional que dispone Fucrea”.
Varias cosas han cambiado respecto a los años anteriores, “fundamentalmente por la facilidad que hoy se tiene para el procesamiento de la información. Hoy tenemos programas informáticos que nos permiten una capacidad de análisis, e información de hechos pasados”, sostuvo. Actualmente se está proyectando distintos escenarios “para ver en cada empresa qué vamos a hacer. En base a la experiencia adquirida, el perfil del productor y los escenarios que uno ve, discutimos con mucha mejor base a lo que se hacía en otros tiempos”.
De todas maneras, “hace muchos que estamos en esto de analizar los números de los productores, y es sabido que cuando un productor no está del todo bien, no le gusta mostrar los números. De ahí la importancia de tener la gimnasia CREA y los que están ya la tienen”, reconoció.
“Por eso que mostrar un año malo es al revés”, dijo Chalkling. “Es en donde más le sirve al grupo. Y a veces la gente que no está acostumbrada a este tipo de trabajo, le cuesta abrir la empresa y mostrarla, más allá de que la información se maneja con total confidencialidad”. Entiende que antes los grupos CREA “eran más numerosos porque también había algo de novelería y muchos no entendían qué es lo que se buscaba. Hoy existe mayor compromiso de los integrantes”, y citó que en Argentina los grupos CREA “están muy fuertes”.
DE PELÍCULA
“Si tenemos en cuenta lo que se pronosticaba, este verano ha sido de película”, dijo a EL TELEGRAFO Mario Médicci, anfitrión de la jornada realizada recientemente, y que permitiera que los demás integrantes del grupo CREA Queguay Chico Soto, lo acompañaran.
En la actividad mostró el manejo llevado adelante: “Tratamos de que no se pase demasiado, teniendo el pasto a tierra y que no se encañe demasiado por el hecho de que se ha venido tanto, lo que determina que hay que tener mucho cuidado”. “Tuvimos una pequeña seca en diciembre que nos preocupó, pero enero y febrero ha sido bastante llovedor; después echamos un poco de urea para fomentar la especial Paspalum”, explicó.
Amona es un establecimiento bastante diverso, con partes forestadas en asociación, y otros suelos que son más agrícolas, “pero desde hace algunos años nos hemos comenzado a ir de la agricultura, porque el área no es muy grande, y es esencial para el resto del campo que no es de tanta calidad”.
Médicci estableció que las partes buenas “tienen praderas bien hechas para que en momentos críticos nos den una mano importante”. Actualmente la dotación ganadera oscila en 0,7 a 0,8 Unidades Ganaderas (UG) por hectárea. “Tratamos de convivir y tener acuerdos con la parte forestal, lo que a su vez nos permite obtener pastoreos en forestaciones de ellos, lo que es muy bueno para el sistema ganadero, teniendo en cuenta las épocas críticas en el invierno o verano, y los beneficios de los montes, tanto en el abrigo como en la sombra”, dijo.
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