Paysandú, Viernes 17 de Marzo de 2017
Rurales | 17 Mar En el acto de clausura de la iniciativa Tambo y Energía, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, manifestó que en eficiencia energética, “lo que paga es la perseverancia y por eso este proceso fue exitoso”, al explicar el emprendimiento que posibilitó auditar 538 establecimientos en distintas partes de Uruguay desde octubre de 2013.
En total, 292 productores lecheros invirtieron U$S 1.400.000 para implementar 394 medidas de ahorro de electricidad. “Nuestro papel fue suministrar energía e información detallada de cada cliente, lo cual permitió brindar pautas a los equipos en el terreno para identificar oportunidades de mejora”, destacó Casaravilla en el cierre del proyecto Tambo y Energía, de promoción a la mejora de la eficiencia energética y uso de energía renovable, implementado en el marco de un convenio entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la cooperativa de productores lecheros Conaprole.
Esta iniciativa se desarrolló con dos componentes básicos, eficiencia energética y gestión de efluentes. Casaravilla asumió que el desafío se refirió a gestión de efluentes para promover la competitividad de los tambos como sistemas productivos que trabajen en forma sustentable y minimizar el impacto para el ambiente y la sociedad. En ese marco, la eficiencia es primordial para las empresas y es distintivo para Uruguay, pues la mejor energía es la que no se consume, apuntó. Entre octubre de 2013 y febrero pasado fueron auditados 538 establecimientos lecheros, 46% de los cuales son tambos de mediana escala. Por la auditoría realizada se recomendaron en promedio diez medidas para ahorrar y, por tanto, disminuir los costos de energía eléctrica. En total, 292 productores invirtieron 1,4 millones de dólares para implementar 394 medidas de eficiencia energética.
Las recomendaciones abarcan la reducción del costo energético sin impacto directo en el consumo y medidas para la conservación de la energía que buscan reducir efectivamente dicho consumo. También se adoptaron medidas en seguridad de la instalación eléctrica, en especial en el tablero, llave diferencial y puesta a tierra, y se capacitaron 50 técnicos asesores de productores lecheros.
“Lo que mejor resulta en el país es el boca a boca, por lo que si estos 500 productores informan a otros, se puede abarcar a los 4.000 tambos existentes hoy en Uruguay”, acotó el titular de la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE).
Casaravilla mencionó como ejemplo el Plan Solar, implementado por la empresa estatal para instalar colectores solares para calentar agua, como un particular cambio cultural de la sociedad para hacer uso responsable de la energía. Señaló que el desafío es que el transporte en general en Uruguay se pase a la electricidad y deje de lado el combustible de origen fósil. “No es porque UTE quiera vender energía eléctrica, sino que es porque, al hacer cuentas de soberanía energética y de fuentes renovables, la lógica demuestra que la evolución llevará a eso porque protege el ambiente y es la mejor alternativa al combustible fósil”, aseguró.
“En Uruguay, desde el punto de vista eléctrico, el problema está resuelto. Cuando se termine el petróleo y con la biomasa que tenemos, podemos tener ese combustible de respaldo para seguir operando el sistema con fuerte componente de energía renovable”, agregó Casaravilla.
GESTIÓN DE EFLUENTES
En 2016, el proyecto comenzó a abordar la gestión de efluentes, como otra dimensión fundamental para promover la competitividad de los tambos como sistemas productivos que trabajen en forma sustentable, minimizando el impacto para el ambiente y la sociedad.
Un equipo multidisciplinario diagnosticó el desempeño ambiental en 40 tambos de diferente porte, elaborando proyectos de ingeniería conforme a la normativa ambiental vigente y que demandan inversiones ajustadas a la dimensión económica de cada emprendimiento. En base a ello, se definió un grupo de paquetes tecnológicos que facilitan la adopción de soluciones para gestión de efluentes de tambo, de acuerdo a los nuevos marcos conceptuales y regulatorios. Asimismo, se capacitó a 50 técnicos asesores de productores lecheros y se realizó la validación de diferentes tecnologías de impermeabilización de lagunas de efluentes y sistemas de aplicación a terreno. El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Tabaré Aguerre, recordó el concepto de economía circular donde los desechos se transforman en materia prima de otra función o productos. Así como transformar un pasivo ambiental en un activo energético, y el valor de los efluentes como biofertilizantes.
“Para la gestión de efluentes hoy hay normativa. Siempre digo que demoramos mucho tiempo en discutir cuál era el método”, dijo y recordó un viaje que realizó junto a Conaprole en 2011 donde vieron cómo era el método. “Hoy eso está laudado”, aseguró. Indicó que los problemas de la Cuenca del Santa Lucía vienen de muchos años atrás por las técnicas de laboreo usadas. Así, recordó los apoyos del MGAP para el tratamiento de efluentes en los tambos de la zona. El director del proyecto, Gabriel Oleggini (Conaprole) y el equipo técnico de éste, coordinado por el ingeniero Pablo Darscht, presentaron los principales resultados obtenidos y las acciones realizadas desde el 2012.
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