Paysandú, Martes 21 de Marzo de 2017
Locales | 17 Mar “¿Cuál es la razón de coartarle el derecho a seguir su vocación a estudiantes de zonas urbanas?”, se preguntó el diputado (en ejercicio) Mauricio De Benedetti ante el impedimento que impera para estos estudiantes, impedidos de ingresar --si así lo quisieran-- en una escuela agraria.
“Un hijo de productor que asiste a una escuela en un centro poblado porque la distancia es menor que la escuela rural más próxima ¿no tiene derecho a seguir tecnicaturas agronómicas, siendo obligados a asistir al liceo?”, volvió a preguntarse.
“Considero esto una forma de discriminación y me resisto a aceptar volver a la época medieval donde el hijo del herrero debía ser herrero, el hijo del carpintero debía ser carpintero y así sucesivamente”, aseguró. Actualmente, para inscribirse en las escuelas agrarias dependientes de UTU, los alumnos egresados de Primaria, deben serlo de escuelas rurales, no aceptándose las inscripciones de aquellos egresados de escuelas urbanas. “Hechas las consultas del caso, lo confirmamos, pero también consultamos si había cupos y se nos respondió que sí”, indicó quien por estos días ocupa la banca de Walter Verri.
De Benedetti subrayó que es su aspiración vivir en un país “donde cada uno pueda desarrollarse e incluirse acorde con su vocación, gustos e inclinaciones”. Y reclamó “que sean escuchados los estudiantes del interior. Sería conveniente que sea un tema que pase a estudio de la Comisión de Educación y Cultura de esta Cámara” de Representantes.
“REPUDIO LA TÉCNICA
DEL APRIETE”
Por otra parte, el legislador en ejercicio subrayó: “repudio la técnica del apriete que nos retrotrae a las épocas más oscuras de nuestra historia”, al denunciar que habría sido él, como productor rural, víctima de tales prácticas por parte del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Dijo que el 13 de julio del año pasado presentó un pedido de informes “respecto de los controles sanitarios realizados en predios ganaderos, durante los últimos diez años en el departamento de Paysandú”. No obstante, “no solo no fue contestado, sino que además todo me lleva a pensar que mi pedido de informes ha molestado”.
El pedido de informes fue motivado porque “en los últimos años no hubo avances, por el contrario, hubo problemas con la venta de la carne en los mercados del mundo (Estados Unidos devolvió contenedores por uso de Etión y Rusia, por carne en mal estado)”.
Desde la presentación del pedido de informes, “he sufrido lo que no dudo en calificar de aprietes”, del MGAP. “La última muestra de sangre que se le tomó a mi ganado dentro del programa que realiza dicha secretaría de Estado fue en 2015. Eso se debió a que mi predio habría salido sorteado. Pero en 2016 no tuve inconvenientes para vacunar contra la fiebre aftosa. Sin embargo, el 26 de enero de 2017 (pocos días antes de comenzar el período de vacunación febrero 2017) me informaron telefónicamente que mi ganado debía ser vacunado con veterinario. No existió una notificación formal, no se me concedió un plazo para realizar mis descargos y tampoco se me explicó el motivo de Sanidad Animal. Entendí que el tema apuntaba a mi condición de legislador incómodo”. El legislador lamentó la situación y el silencio del MGAP porque “quien cobra un sueldo pago por el pueblo se debe a este y sus representantes”.
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