Paysandú, Lunes 10 de Abril de 2017
Locales | 08 Abr La tarde estaba soleada. Parece una redacción escolar, pero realmente era así, en Esperanza, en la plazoleta Mevir, junto al salón. Bajo unos árboles, en rueda, unos quince vecinos conversaban y miraban hacia el camino que lleva a ruta 90. Esperaban. Y se los notaba felices.
Hasta allí llegó un equipo de EL TELEGRAFO guiado más por eso que algunos llaman olfato periodístico que por la certeza de lo que iba a ocurrir. No fue necesario esperar mucho. Unos minutos apenas, antes que se viera a un camión que en la caja traía --eso se podía apreciar de manera inequívoca-- juegos de los que se instalan en una estación saludable. Un vecino levantó una llave mecánica a modo de saludo.
Comenzaba un nuevo capítulo en la historia curiosa, casi irreal, de la estación saludable de Esperanza, instalada el 23 de marzo y quitada en la noche de ese mismo día, por orden del alcalde Ramiro Ayende, quien sostuvo que se basaba en una orden judicial. Esos juegos saludables siguen todavía en un galpón del Municipio de Porvenir.
Pero en la plazoleta Mevir en la tarde de ayer fueron colocados otros seis juegos, del mismo tipo que los originales, enviados por la Intendencia Departamental de Paysandú a préstamo. Personal de Vialidad los colocó, apretando las tuercas en los tornillos, en medio de la algarabía de un grupo de niños que no podía esperar para subirse a ellos. Como lo habían hecho el 23 de marzo pasado.
En el lugar se hicieron presentes Liliana Geninazza, directora de Descentralización, Marcelo Romero, subdirector general de Obras y Gastón Giles, de la Unidad Diálogo con el Vecino. En una movida de ajedrez propia de un jugador que quiere dar rápidamente el jaque mate, la intendencia adquirió a través de la Dirección de Vialidad un set de seis juegos para una estación saludable --respetando el tipo elegido por los vecinos ganadores del Presupuesto Participativo 2015-- a una empresa montevideana, y ayer llegaron, junto con otro set con destino a Chapicuy. No fueron entregados de manera definitiva, desde que la intendencia sostiene que se los entregó en préstamo, mientras se dirime en la justicia la cuestión de la pertinencia del alcalde al retirar el anterior set y de su pretensión de instalarlo en la avenida. De hecho, ayer mismo, personal del municipio trabajaba en ese lugar, armando una glorieta, en preparación de lo que de acuerdo al municipio será el espacio donde se colocarán los juegos que retirara de la plazoleta Mevir.
“En la intendencia nos enfocamos en el núcleo del problema”, dijo a EL TELEGRAFO el intendente Guillermo Caraballo. “Nos parece razonable que la justicia se tome el tiempo que acostumbra, esto es algunos meses, para tomar una determinación sobre este caso. Entendimos que la gente de Esperanza no podía seguir esperando todo ese tiempo por algo que se habían ganado en buena ley”, agregó.
“Así que decidimos destinar en préstamo seis juegos saludables de igual modelo a los elegidos por ellos, en carácter de préstamo. Desde nuestro punto de vista entendemos que hay razonable probabilidad que por orden judicial los juegos sean devueltos a los vecinos que pagaron por ellos en el marco del Presupuesto Participativo. Si eso ocurre, esos juegos que hoy están en poder del Municipio de Porvenir serán instalados en otra locación donde tenemos planeada otra estación saludable”, agregó.
Lejos de denuncias, juzgados y decisiones judiciales, el grupo de niños de Esperanza que vio llegar los juegos, disfrutó de otro Día de Reyes. Sabían qué juego iba en qué base y con sus manos pequeñas ayudaron a quitar el papel con que venían envueltos los juegos. El tiempo parecía no pasar nunca para su impaciencia de ver los juegos debidamente colocados y así poder disfrutarlos.
Recostados al alambrado, había también dos personas que miraban atentamente, prácticamente sin que nadie tomara en cuenta su presencia. Uno era un funcionario de la Dirección de Tránsito y otro el escribano Ramiro Rodríguez. Es que esta vez los juegos fueron grabados con una identificación y el escribano público certificó que los juegos así inscriptos correspondían a los entregados por la intendencia en préstamo a los vecinos. ¿Por qué ese proceder?, fue la pregunta lógica al intendente. “Para certificar la propiedad, simplemente eso”, dijo, seguramente sabiendo que no era tan simple. Como no es simple una jugada de ajedrez con pretensión de jaque mate.
Hubo aplausos y mucha alegría entre los vecinos. Mostraban esa clásica expresión de triunfo, levantando las manos al aplaudir. Aunque no lo decían, los adultos tampoco podían esperar para usar la estación saludable. Al atardecer llegaron dos profesores de educación física para entrenarlos en el uso adecuado de cada juego, para ser usado con fines de gimnasia. Para los más pequeños, eso no era de su interés. Solo se trataba de disfrutar, de subir y bajar, de dar vueltas, solo se trataba de eso, de querer jugar.
En Esperanza, los niños disfrutan de los juegos, lo mismo que los adultos, en la plazoleta de Mevir. Empero, la partida no ha concluido. Puede darse el caso que se habilite además la estación saludable en la avenida de Esperanza. Al menos si el alcalde prosigue con su intención.
Y aún queda el llamado a sala de la Junta Departamental. Por los datos que se tienen, el edil que llevará adelante la discusión en sala será Mauro Valiente y la sesión tendrá lugar el miércoles 26 de abril. Asimismo, las denuncias de la intendencia y de los vecinos siguen su curso en la justicia. Lo mismo que la denuncia de Ayende.
Como sea, en esa tarde soleada llegó. Pocos la esperaban, pero “otra” estación saludable arribó al mismo lugar donde “la original” fue retirada, durante el reinado de la Luna, en Esperanza, esa localidad tan tranquila, de vecinos que se conocen de toda la vida, y donde de pronto resulta difícil encontrar consenso.
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