Paysandú, Domingo 23 de Abril de 2017
Opinion | 23 Abr En abril hay dos fechas internacionales a favor de los niños. Dos momentos donde se los recuerda especialmente y que hacen énfasis en lo vulnerable en que muchas veces se encuentran. Dos fechas que sirven para alertar que todavía se abusa de ellos y que los gobiernos, en ocasiones, hacen poco o miran para otro lado. Los niños son el futuro de nuestras sociedades y merecen la mejor y mayor atención. Es así que el pasado 16 de abril se celebró el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil y el próximo 25 de abril se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil.
El Día Mundial contra la Esclavitud Infantil nació en honor a la memoria del niño pakistaní Iqbal Masih, que empezó a trabajar a los cuatro años de edad y fue asesinado el 16 de abril de 1995, con 12 años de edad.
Según informó El País de Madrid, el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) determinó como víctimas de explotación infantil a todos aquellos menores que son sometidos al matrimonio, a los que se los utiliza como jinetes de camellos, a los niños soldados, esclavos sexuales y los que trabajan en condiciones duras y peligrosas (sector rural, industria, servicio doméstico, servicios y trabajo en la calle).
A su vez, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicó que hoy en día, 168 millones de niños son víctimas de trabajo infantil en el mundo, de los cuales 85 millones sufren las peores formas de trabajo.
El País español también citó datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), donde se muestra que en 2013 la población infantil ocupaba la tercera parte de las víctimas de trata de personas en el mundo. El 20% son niñas y el 8% varones. Esta cifra preocupante aumentó notoriamente desde 2004 a 2013 pasando de un 13% a un 20%.
El 60% de los niños que sufre explotación corresponden a regiones como África subsahariana y América Central y el Caribe. Las mujeres son más propensas a los matrimonios forzados y a la esclavitud sexual, mientras los varones suelen estar en sectores de trabajo forzoso, por ejemplo, el sector de la agricultura.
La responsable para temas a nivel global de la oenegé Save the Children, Amparo Medina, opinó que la explotación infantil es “una realidad poco visibilizada; pero el no saber no puede venir motivado por el ‘prefiero no saber’, por lo que es indispensable que las políticas públicas incluyan campañas dirigidas a sensibilizar en este sentido”.
Al mismo tiempo, se explicó que para disminuir este problema es fundamental la educación. Joaquín Nieto, director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo para España (OIT), afirmó a El País de Madrid que “el desarrollo de políticas de acceso a la educación es una de las mejores formas de combatir el trabajo infantil, porque donde hay un maestro es porque existe una escuela a la que deben asistir los niños y las niñas de ese entorno”. De tal forma, se podría controlar más y evitar situaciones de explotación infantil.
Por otra parte, Nieto dijo que es fundamental no solo preocuparse por combatir la esclavitud infantil en los países que se ve de manera visible y clara, sino que hay que provocar un cambio desde toda la sociedad en la educación de los hijos.
En tanto, el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil ha venido para fomentar los derechos de los niños a nivel mundial, así como para concientizar más a nivel global sobre las consecuencias del maltrato en infantes.
El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye entre las formas de maltrato infantil.
El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que pueden durar toda la vida. A pesar de las encuestas nacionales recientes en varios países de ingresos bajos y medianos, faltan todavía datos acerca de la situación actual en esas naciones.
Aproximadamente, un 20% de las mujeres y un 5% a 10% de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia, mientras que un 23% de las personas de ambos sexos refieren maltratos físicos cuando eran niños. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico (también llamado maltrato emocional) y víctimas de desatención. Se calcula que cada año mueren por homicidio 34.000 menores de 15 años.
El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener consecuencias a largo plazo. El maltrato causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas de conducta, físicos y mentales.
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