Paysandú, Domingo 30 de Abril de 2017
Opinion | 27 Abr La siniestralidad vial sigue siendo la principal causa de muerte para personas comprendidas entre los 15 y 29 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con la finalidad de concienciar a la población sobre los riesgos del tránsito y la necesidad de prevención, Uruguay se suma nuevamente a la campaña “Mayo Amarillo”.
El movimiento del mismo nombre nació en Brasil con el propósito hacer un llamado de atención a la sociedad sobre la siniestralidad vial que año a año deja un alto número de fallecidos y lesionados, y promover acciones multisectoriales, donde se involucren organizaciones públicas y privadas para impulsar este tema en la agenda pública.
El mes fue elegido porque el 11 de mayo de 2011 la Organización de Naciones Unidas (ONU) lanzó la Década de Acción para la Seguridad Vial, y pidió un fuerte compromiso a sus países miembros para sumar esfuerzos de cara al 2020 para poder lograr la reducción de la siniestralidad vial, trabajando multidisciplinariamente desde la salud, educación y transporte, entre otros.
En 2015 se consolidó el Mayo Amarillo en todo el mundo, con innumerables acciones y adhesiones en más de 20 países, y la participación masiva de toda la sociedad: ciudadanos, empresas, entidades, organismos públicos y privados, unidos en pro de un tránsito más seguro.
En Uruguay, el tránsito no es un tema menor. Como consecuencia de 21.243 siniestros de tránsito ocurridos en 2016 en todo el país, resultaron lesionadas un total de 27.267 personas, lo que implica un promedio diario de 75 personas incluyendo heridos de cualquier entidad y fallecidos.
En tanto, el año pasado fallecieron 446 personas en accidentes de tránsito, lo que representa un 1,6% del total de lesionados registrados, según el Informe de Siniestralidad Vial 2016 difundido por a la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev).
Se mantiene lo visto en años anteriores en cuanto a que la mayoría de los fallecidos se registran en siniestros que ocurren en ciudades y caminos departamentales: los fallecidos en rutas nacionales representan el 48,2% (215) del total y el restante 51,8% (231) fallecieron en ciudades y caminos departamentales.
En lo que respecta a edades, existe una fuerte concentración en los jóvenes, entre los 15 y los 29 años, que representan el 39,9% del total de lesionados. En tanto, el viernes es el día en el que se concentra la mayor cantidad de heridos leves y graves, superando el 16% (4.070), seguido por el sábado con el 15,2% (3.778); ambos valores superan la media mensual. Si sumáramos los heridos leves y graves registrados los días jueves, viernes y sábados, se alcanza el 45,6% (11.368).
Y, por supuesto, los motociclistas son los principales afectados. Del total de fallecidos en el país, un 46% circulaba en una moto cuando ocurrió el siniestro (204 motociclistas fallecidos en 2016), manteniéndose la relevancia de estos usuarios en la mortalidad en el tránsito aunque se conserva una tendencia decreciente si lo comparamos con años anteriores. Ubicado en segundo lugar en el modo de transporte en el que circulaban las personas que resultaron fallecidas figuran los autos y camionetas, con el 29%, seguidos por los peatones (17%).
El uso o no de los implementos de seguridad es relevante para disminuir la mortalidad en accidentes de tránsito. Tomando el caso de los motociclistas fallecidos, únicamente el 56% utilizaba el casco de protección al momento del siniestro y solo 21,1% utilizaba la vestimenta de alta visibilidad al momento del impacto. De forma complementaria, solo el 20% utilizaba ambos elementos de seguridad al ocurrir el siniestro.
A pesar de lo anteriormente señalado, en comparación con 2015, las estadísticas de 2016 muestran un descenso en la cantidad total de siniestros de tránsito del 8,7% (2.024 siniestros menos), en la cantidad de heridos leves y graves del 9,4% (2.789 menos) y de fallecidos 11,9% (60 menos) resultantes de dichos siniestros.
Un descenso de casi 12% en fallecidos y de un 9,5% del total de lesionados hace que Uruguay sea de los pocos países que cumpliría con la meta del Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011–2020 establecido por Naciones Unidas. Como señala la Unasev, esto no significa que estemos bien, tan solo mejor. Es necesario continuar profundizando en el trabajo que se realiza, hay que buscar más apoyos institucionales, continuar con la fiscalización y promover buenas prácticas individuales.
El Mayo Amarillo tiene ese espíritu: poner el tema sobre la mesa y llamar la atención sobre los índices de fallecidos, heridos y lesionados permanentes como consecuencia del tránsito con la intención de movilizar a la sociedad para que se involucre en acciones concretas que difundan este asunto y promuevan la adopción de conductas preventivas.
El año pasado, Uruguay se sumó primera vez esta iniciativa, con una muy alta adhesión a nivel de todo el país con el desarrollo de jornadas de capacitación, simulacros de atención sanitaria, campañas a favor de dar a conocer el peso de las cifras de víctimas como consecuencia de la siniestralidad vial y diversas formas de concitar la atención, como cubrir a edificios oficiales y monumentos de la tonalidad del mes.
Actualmente, distintas organizaciones del departamento y el país preparan diferentes actividades para exponer a la población la magnitud del problema, promover la reflexión y el cambio de actitudes para disminuir la cantidad de accidentes de tránsito.
En los próximos días en las redes sociales, como espacios virtuales de participación y expresión, comenzará a circular el hashtag #MayoAmarillo, un simple llamado de atención que nos invita a pensar nuestro rol y nuestra actitud en el tránsito. Porque si no nace de la responsabilidad individual con la vida propia y ajena, será difícil avanzar.
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