OPINIÓN

Locales | 30 Abr NOCHE MÁGICA
Miércoles 12, son las 21.16 minutos. Las luces del templo se apagan, oscuridad... De pronto un foco ilumina la imagen de la Virgen María, allá en el altar. En la penumbra, en medio de un silencio conmovedor, nos envuelve una voz increíble, en todo su esplendor, “Ave María”, “Gracia plena”. Católicos y no católicos sienten erizar su piel, mientras un raro sentimiento invade todo su ser... La figura de la soprano Luz del Alba Rubio envuelta en vestido blanco, despliega todo su don del canto lírico, impactando derecho a nuestro corazón.
Al final, el aplauso sin tiempo en esa inmensa caja de resonancia que es nuestra Basílica, premia tamaña entrega y virtuosismo. No nos hemos recuperado, cuando desde el fondo, y por el centro de la nave surge el sonido del tamboril. ¿Estaré soñando? No, son tres lonjas de La Covacha. Se imaginan el sonido, el ritmo, el color... Y entonces el “Ave María” se renueva en la mágica voz de esa mujer, que demuestra un dominio absoluto de su registro de voz. Justo en agudos increíbles, lleno de matices.
Y arranca la orquesta dirigida por un pianista de excepción, y aún a oscuras, la basílica se llena de luz. Y siguen luego las canciones, una tras otra, casi sin intermitencias: “Gracias a la vida”, “Amar amando”, “Pájaro campana”, con increíble dominio del fraseo, y la colocación justa de la voz. Aplausos, aplausos y más aplausos.
Un homenaje a Brasil a cargo de la orquesta. Luego, más canto lírico, y más aplausos. De pronto, la figura grande en su humildad: la sanducera Teresita Godoy. “Cantar yo, después de esto es casi un sacrilegio”, fue lo que más o menos expresó, y recogió aplauso cerrado de alrededor de las 600 almas que allí estaban. En lo suyo, excelente. Dominio absoluto del bandoneón y aterciopelada voz. “Igual que baldosa floja, salpico si alguien me pone el pie”. ¿Qué tal? Aplausos y más aplausos. Interviene luego Fernando Pírez. A puro tango, y para mí que me encanta este ritmo, el tiempo se iba demasiado veloz. Y suena “Uno”, “Tinta Roja”, “Por una cabeza”, “Volver” y más. ¿Terminó? No. Vuelve la soprano y llegan los románticos a dúo con el cantor “El día que me quieras”. Una maravilla. Y al final “La Cumparsita”. La soprano caminando, bailando, cantando, derrochando simpatía, a lo largo del pasillo central, la orquesta, las lonjas, el bandoneón... y todas las voces, porque todos cantamos y aplaudimos a rabiar.
¿Quién dijo que en Paysandú no se pueden hacer este tipo de espectáculos? ¿Quién dijo que en Paysandú a la gente no le gusta pagar entrada? ¡Que viva la cultura en su mayor expresión! ¡Que viva el esfuerzo de sanduceros que confían en los sanduceros! ¡Gracias al Padre Daniel por abrir las puertas de nuestro máximo templo para esta manifestación cultural! ¡Gracias a la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez por esta noche mágica, tan llena de emoción!
Y me fui, crucé la plaza sin evitar cantar bien bajito: “Si supieras que aún dentro de mi alma, conservo aquel cariño que tuve para ti”. Mis amigas se reían, y yo… Feliz, feliz.
Ayiyú Baptista Buidid