Paysandú, Viernes 05 de Mayo de 2017
Locales | 04 May “Estamos observando cómo se cierran empresas en todo el país. Hay varias con muchas dificultades, como es el caso de la citrícola Caputto en Salto. Tenemos prevista una entrevista con el gremio y la dirección de la empresa, y debemos agregar lo ocurrido con Fanapel en Colonia, el Molino Dolores, por mencionar las más conocidas, pero hay también cantidad de emprendimientos vinculados con la industria láctea y el sector productivo de los cereales. Hay muchos problemas”, dijo a EL TELEGRAFO el senador nacionalista Jorge Larrañaga, en el marco de la entrevista durante su reciente visita a Paysandú.
Observó que “no es suficiente que se nos diga que la situación económica de alguna manera sigue con un menor crecimiento económico, pero se sigue creciendo. No es suficiente porque esos parámetros de crecimiento no le están llegando al grueso de la población, y los uruguayos siguen teniendo enormes dificultades para conseguir trabajo para nuestros muchachos; trabajo calificado, que es peor todavía”.
“El nuestro es un país caro, carísimo, el Estado es un enorme socio costoso y de un sueldo de 40.000 pesos van 20.000 de aportes patronales y obreros a la seguridad social. El Estado es socio en lo que se lleva de una parte importante de cada fuente de trabajo, lo que es prácticamente insostenible, porque se vuelve con su afán recaudador contrario al desarrollo de la inversión y la generación de fuentes de trabajo”, amplió.
Según el senador, “a la vez, no hay políticas que contrarresten, por ejemplo, el fenómeno de la doble oficina de las empresas del Interior, que tienen que tener una oficina en su lugar de radicación y otra en Montevideo”, acotó. Señaló que “ahora tenemos un proyecto de ley, que veremos qué andamiento puede tener, precisamente para mejorar las leyes de desarrollo de la inversión, de manera tal de poder ayudar al pequeño y mediano empresario; esa red económica, social y humana que hay en el país, que hace ingresar al país aún en más dificultades, sobre todo en el Interior”.
Recordó que la emigración campo-ciudad durante décadas “termina alumbrando los asentamientos marginales, que no se eliminan, que siguen intactos”, porque “no se ha eliminado ese núcleo de pobreza dura que sigue siendo conveniente para políticas que no son de salida de la pobreza, sino de ingreso sin salida de la pobreza”.
“ENTRE LOS DE ARRIBA Y LOS DE ABAJO”
Durante la reciente interpelación al Senado a la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, le dijo que “este no es un problema de izquierda ni de derecha, acá el problema no es de progresistas o conservadores, acá el problema es de los de arriba y los de abajo. Los de arriba se arreglan solos, y los de abajo se joroban. La izquierda hizo discursos por los de abajo, pero se olvidaron de ellos a la hora de las políticas educativas. Si uno mira todos los parámetros estadísticos, resulta que los hijos de los más pobres en Uruguay son los que tienen menos posibilidades desde el punto de vista educativo”.
“Esa brecha, esa inequidad, es cada vez más grande, es cada vez más difícil de superar, y ahí está el enorme fracaso que tiene este gobierno, que yo le llamo fracaso educativo, un fracaso caro y muy malo para la educación pública del país”, sentenció el líder nacionalista.
Reconoció que “se está invirtiendo mucho más en educación, hay algunos planes que han funcionado, quizás la infraestructura edilicia vinculada con los centros educativos es mayor, tal vez ha habido un incipiente proceso de descentralización a nivel de la UTEC, pero los números de los resultados macro de egreso de secundaria, de los procesos de aprendizaje de nuestros muchachos, es decepcionante. Tenemos un alto porcentaje de jóvenes de entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan, que no tienen oportunidades, que no tienen esperanzas, porque no es lo mismo la oportunidad de un muchacho preparado que de quien no lo está”.
El legislador evaluó que “la educación como instrumento de igualación en Uruguay ya no lo es más, porque los hijos de los uruguayos que tienen recursos económicos tienen mucho más posibilidades de acceder a la educación terciaria y de terminarla, que los hijos de los uruguayos de menores ingresos”.
Agregó que estos elementos con resultados malos se registran pese a que se promueve de grado a “quienes no están preparados. Todo esto pese al esfuerzo enorme de los maestros y los profesores, que son la columna que sigue sosteniendo la educación uruguaya”. Señaló la incidencia de “tener una política educativa que da resultados desalentadores, sin defensa de la autonomía de los centros educativos, porque no es lo mismo un centro educativo en Paysandú que en un barrio carenciado de Montevideo o en alguna localidad del Interior, como Guichón, Gallinal o Lorenzo Geyres”.
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