OPINIÓN

Locales | 30 Abr DISCRIMINADO
Lamentablemente soy una persona que como todos ha tenido equivocaciones, hace 16 años atrás cometí un error que me costó la libertad, durante 6 años y 6 meses fui privado de ella, hasta el año 2007, o sea que hace ya 10 años. Por este motivo, hasta el día de hoy se me sigue juzgando y marginando de la sociedad, pero lo más duro es que se me cierran puertas de trabajo. Actualmente y desde hace 6 años, estoy radicado en Chapicuy. Hace dos meses empezó la construcción de un pequeño hospital aquí, lo que despertó en mí la ilusión de tener trabajo dentro del pueblo, como lugareño. Hablé una y otra vez con el encargado de obra y autoridades de la empresa, siempre se excusaban y me mantenían a la espera pero yo veía que tomaban gente todos los días. Es así que hace una semana me comunicaron que no me darían el trabajo por haber estado privado de libertad 10 años atrás. Imagínense cómo me sentí, ha pasado una década ya y yo sigo cargando la mochila de la discriminación, por errores del pasado. Soy una persona normal, con cuentas para pagar, esposa e hijos y no es justo que se me niegue la posibilidad de trabajar y salir adelante.
Quien sabe cuántos habemos con la misma problemática y en lugar de darnos un impulso para progresar, se nos cierran las puertas y nos discriminan. Me he comunicado con ediles de la Junta de Paysandú, les plantee el problema y quedaron en comunicarse conmigo pero aún no lo han hecho.
No sé si habrá alguna autoridad política que pueda influir en este tipo de inconvenientes, dado que en los informativos hablan y dicen que se ayuda por parte del Gobierno a los presos liberados. Yo, desde este lado, les confieso que hace 10 años que pagué mi error, pero aún así se me sigue apuntando con el dedo y marginando.
Desde ya agradezco al diario la posibilidad que me da de poder difundir esta realidad, ya que yo no uso redes sociales, por lo que se me hace difícil hacer conocer esto que me toca vivir.
Luis A. Mendietta