CAMPO DE RECRÍA DE TIERRAS COLORADAS

Rurales | 07 May Cuando las dificultades de un rubro generan inconvenientes en la rentabilidad del negocio, la apuesta a incluir el pastoreo de ganado de carne logra el aporte necesario para mejorar los números, tal como acontece en el Campo de Recría de Tierras Coloradas, en el departamento de Paysandú.
“Tenemos un compromiso importante de las gremiales de productores del departamento, quienes están trabajando más en el tema”, señaló a EL TELEGRAFO el médico veterinario Carlos Pepe, responsable de su funcionamiento desde el 1º de junio de 2007, por lo que se apresta a cumplir 20 años en su actividad. Las gremiales siempre estuvieron atentas a lo que se hace en Tierras Coloradas: “se le dio un giro al trabajo en el predio. Se tomaron novillos a pastoreo, debido a que con el problema general de la lechería uruguaya, el año pasado disminuyó la cantidad de vaquillonas, y el Instituto Nacional de Colonización nos autorizó a ingresar novillos de carne, lo que complementa la dotación y la carga animal, además de permitir afrontar el presupuesto, que es la preocupación que siempre tenemos”.
“Cuando recibimos el campo de recría, tenía 8 potreros y ahora tiene más de 40”, sostiene Pepe. “Se le hicieron más de 38.000 metros de alambrado eléctrico para las subdivisiones con que se cuenta. Había cuatro montes de sombra y ahora son 19. Había dos tajamares, y hoy son ocho.” Actualmente se cuenta con 153 hectáreas de sorgo en el convenio con Copagran “y después de que se levante la cosecha, habrá algún área para realizar más praderas, que serían 40 hectáreas más de las existentes actualmente”, dijo.
En el tema forestal, recordó que se trabaja en un convenio con UPM. “Si bien está algo demorado por un montón de razones, estimamos que para otoño del año próximo –si no es la primavera de este año-- cerca de 200 hectáreas repartidas en varios potreros nos permitirán mejorar la sombra en los potreros.”
En lo estrictamente relacionado con el sector lechero, “se están preparando los lotes de vaquillonas para la inseminación. Y en vistas del acuerdo que hicimos con Copagran en el tema agrícola, se han producido diferentes cambios en el campo”, explicó. “El porcentaje que nos quedó lo aprovechamos con sorgo de grano húmedo para suplementar. A esto se suman 35 hectáreas de pradera en donde están los animales más chicos de tamaño. Después de la cosecha, comenzó la suplementación con sorgo”, puntualizó.
“Hicimos un prelote de inseminación con algunos animales, procurando achicar el tiempo de estadía en el campo, lo que permitiría hacer una reciclada más rápida y en menos tiempo, para que produzcan más rápidamente en los tambos”, afirmó. De todas maneras, fue claro al precisar que el esquema del campo de recría “sigue siendo el mismo que se desarrolla desde su inicio. Ingresa la ternera desde los diferentes tambos de la región y sale como vaquillona preñada”.
La única diferencia “es que, de acuerdo con el tipo de suelos, hay campos más rápidos en la recría y otros más lentos. Nosotros estamos en una zona ganadera de basalto, en donde el proceso era lento”. El profesional manifestó que “se pretende mayor intensificación, con la suplementación, praderas y demás. En el caso de aquellas vaquillonas que no se preñan, después de dos inseminaciones se va igual, porque son animales problema”, dijo. Y sobre el particular, fue aún más preciso: “El porcentaje de preñez histórico en este campo es entre 85 y 87 por ciento, por lo que el ganado vacío no es mucho. Incluso en algún momento se han ido –previa autorización del productor-- algunos animales a frigorífico, que son animales que engordan y se van quedando”.