DEMIAN ÁLVAREZ

Deportes | 01 Jun Aguada la corrió de atrás, y mañana se juega todo por el todo ante Hebraica Macabi: uno de los dos será el campeón de la Liga Uruguaya de Básquetbol.
Los aguateros dieron vuelta todos los pronósticos. Estaban abajo por 2 a 0 en la definición, pero lo cierto es que forzaron a un séptimo partido. "Estamos cansados, ya llevamos 10 meses de temporada y estamos en el objetivo que queríamos, que era llegar a una séptima final. Y queda un partido, en el que se resumirá todo el trabajo del año. Hay mucho sacrificio, así que habrá nerviosismo de parte de los dos equipos y el que cometa menos errores se llevará el partido", dijo a EL TELEGRAFO Demian Álvarez, uno de los jugadores claves en esta remontada espectacular de Aguada.
"Pero el día de la final se borra todo ese cansancio. Esta definición ha sido desgastante física y sicológicamente, no ha sido fácil porque la hemos venido corriendo desde atrás, sin prácticamente tener un mañana. Y ahora estamos en un 50 y 50 de posibilidades", agregó.
Para el jugador, la llegada a esta instancia se debe a que "hemos tenido pasajes de muy buen básquetbol, salvo esos dos partidos en los que Hebraica nos vapuleó. Pero encontramos las soluciones. Se hace difícil ganarle a Hebraica, pero tenemos que controlar las pérdidas y las corridas de cancha del rival, así como los rebotes ofensivos. No hay que dejarlo que se escape, hay que tener el partido tanto a tanto y ahí poder quebrarlo".
¿Cuál fue la clave de esta remontada de Aguada? "Nos vienen dando por muertos desde las semifinales, pero siempre confiamos en nosotros porque tenemos un grupo bárbaro, y metimos como caballos todo el año", explicó. Y dejó constancia el hecho de "que nos dieran por muertos nos motiva por las características de nuestros jugadores, y más todavía en esta definición".
Y ni que hablar el partido aparte que juega la hinchada. "En Aguada se tiene siempre una linda presión, porque tenés un tsunami de gente siempre. Jugar a estadio lleno es lo que todo jugador sueña: y acá, si jugás bien todo se multiplica y si jugás mal también. No va a entrar nadie en el estadio, y es lo más lindo que puede pasar".