Locales | 25 Jul “Queda oficialmente inaugurado el Café del Teatro, a disfrutarlo, es de ustedes”, dijo Federico Nicolini a las 20.38 de anoche, al cerrar el acto inaugural en el cual hablaron el propio Nicolini (concesionario junto a Andrés Artemov), Walter Belvisi, presidente de la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez, Mario Díaz, secretario general de la Intendencia Departamental de Paysandú, y Mario Bandera, alcalde de Quebracho.
“Espero que este café vuelva a ser el crisol de encuentros que otrora fuera”, dijo Walter Belvisi, quien elogió además “el esfuerzo de estos emprendedores que no dudaron ante los riesgos”.
“Para nosotros ha sido un enorme desafío, que hemos tomado con gusto, y estamos muy felices por la satisfacción personal de haber alcanzado esto que para nosotros es un enorme logro”, indicó Federico Nicolini.
“Hace dos semanas que asumimos la Intendencia y hace algunos días vinimos con el intendente Caraballo a ver este espacio realmente emblemático. Ha sido recuperado y es nuevamente un servicio que Paysandú puede volver a disfrutar”, expresó Mario Díaz. “Desde nuestro lugar comprometemos el fortalecimiento de la política cultural, pues ese es uno de nuestros objetivos. Los privados nos van a encontrar trabajando codo a codo porque ese será el espíritu de este gobierno departamental. Gracias y suerte, que el éxito de ustedes será el de todos”, agregó.
“Tuve el tremendo honor de participar en la firma de la concesión y ahora estoy aquí como alcalde de Quebracho, lo que para mí es una enorme alegría. El Café del Teatro significa mucho para mí. Recuerdo muy claramente que en 1992, cuando me recibí de escribano público, en una de esas mesas ahí contra la pared tomé mi primer café como escribano”, dijo Mario Bandera. “Descuento el éxito, estoy seguro que los acompañará”, agregó.
El Café del Teatro Original Brewery está ambientado como un café parisino, y junto a la barra como un pub londinense con las típicas mesas altas. En tanto en el piso superior, se ha instalado un área VIP, para entre ocho y doce personas. En las paredes, recuerdos de grandes artistas, así como pantallas en las que se puede disfrutar de grandes recitales. Un pequeño escenario para recitales en vivo y el piano, afinado, listo para ser el centro de las tertulias de los sanduceros.