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Paysandú, Lunes 05 de Junio de 2017

Mujer obligaba a sus hijas a prácticas sexuales por dinero o comestibles

Policiales | 10 Sep La Justicia resolvió el procesamiento con prisión de la madre de las dos menores que eran explotadas sexualmente a cambio de dinero o comestibles, hecho que llevaba varios años de andamiaje en Paraje Sauce de Buricayupí, al centro norte del departamento. Asimismo, cuatro hombres de entre 36 y 68 años, que actuaban como clientes, y el padre de una de las jóvenes (que estaba al tanto de los actos) resultaron penados por la ley. Ninguno de los imputados contaba con antecedentes penales.
La situación fue descubierta tras una denuncia presentada al Juzgado de Familia en 2014 y su posterior derivación al Juzgado Penal, desde donde se solicitó una investigación policial que estuvo a cargo de personal de la Seccional Octava.
De acuerdo con información extraoficial recabada por EL TELEGRAFO, la explotación tenía lugar desde hace cuatro años y, si bien en la zona se conocía (como un rumor), nadie denunció. El caso fue elevado a la Justicia tras ser advertida una agresión física a una de las menores involucradas cuando concurría a la escuela de la zona. Consultada en esa oportunidad, la niña dijo que su madre la había golpeado por negarse a mantener relaciones con un hombre del pueblo. “Lo que también hacía con otra de sus hijas (hoy mayor de edad), a las que obligaba a tener relaciones sexuales en una pieza contigua a la casa”, confió una fuente.

HOSTIGAMIENTO Y
COMERCIO SEXUAL
“Gracias a una maestra que constató que la niña (la menor de las hermanas) tenía golpes en los brazos, la denuncia fue hecha ante INAU. Se intervino y la madre se puso hostil, pero de algo sirvió, porque después pasó a (Juzgado) de Familia y luego se nos remite a nosotros y actuamos”, indicó a EL TELEGRAFO el juez penal de Segundo Turno doctor Fabricio Cidade.
En aquel entonces --2014-- la menor estaba aún en la escuela. “Lamentablemente esto viene de tiempo atrás y durante ese proceso, que por momentos se estancó, la niña continuó manteniendo relaciones sexuales. Había todo un hostigamiento de su madre de que tenía que conseguir dinero y la única manera era a través del comercio sexual”, agregó el magistrado.
Contando con varios elementos probatorios, la Justicia solicitó a la Seccional Octava --dependiente de la División Territorial 2-- que efectuara el trabajo de campo, logrando con ello la detención de al menos nueve personas entre supuestos clientes de las menores y otros cercanos al núcleo familiar.
Trasladado desde un establecimiento rural de Gallinal, G.J.MA., de 36 años, expresó que había concurrido una vez a la casa de su excompañero de trabajo (el padre de una de las menores) a tomar cerveza, pero no había mantenido ningún contacto sexual con las jóvenes. Pero indicó que un sujeto de Cañada Milán le había contado que tanto él como otras personas llevaban surtidos, hacían recargas a celulares o pagaban por mantener relaciones sexuales con las hijas de la dueña de casa.
P.A.M.H., de 68 años, admitió haber tenido sexo con la mayor de las hermanas en, al menos, tres oportunidades. La primera vez fue cuando la adolescente tenía 16 años, ocasión en que iba pasando por delante de la finca a caballo cuando la menor lo llamó para pedirle 1.500 pesos. Ante su negativa, dijo que ella le ofreció “acostarse” a cambio del dinero. El sujeto retornó a la semana con el dinero y tras entregárselo a la madre de la menor, fue conducido hacia una pieza, con puerta de bolsa, en donde mantuvieron un encuentro sexual. Expresó que le preguntó a la niña por qué hacía eso, a lo que le respondió (entre lágrimas) que era porque su madre la obligaba y que cuando salía, si retornaba sin dinero, era golpeada salvajemente. P.A.M.H. retornó otras dos veces, pagando en esas oportunidades las sumas de 1.000 y 2.000 pesos, respectivamente.
Un viudo de 61 años, R.H.D.L.S., peón rural de la zona, también fue indagado y afirmó que conocía a las chicas de cruce, pero no había mantenido relaciones con ellas. Pero, ante el juez, terminó por admitir sus actos.
Otro de los supuestos clientes, J.E.R.G., de 38 años, domiciliado en Lorenzo Geyres, admitió que hacía dos años había tenido relaciones con la mayor a través del ofrecimiento de su madre, quien le envió un mensaje al celular en que le indicaba que tenía “un paquete” para él. Detalló que esa vez, levantó a la niña en la ruta 26 y luego fueron hacia un camino vecinal donde tuvieron relaciones; servicio por el que abonó 200 pesos. Y que en otras ocasiones pagó 400 y 500 pesos. Admitió también haber tenido sexo con la menor de las niñas, con el consentimiento de su madre, la que luego le cobró 500 pesos.
Proseguidas las actuaciones, fue detenida la progenitora de las chicas, M.C.M.G., de 37 años, quien expresó que tenía conocimiento que desde hacía unos cuatro años sus hijas mantenían relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero y, a veces, un surtido, para lo que utilizaban una piecita al costado de su casa. Pero que, cuando los encuentros eran fuera, ella no se enteraba. En cuanto al dinero, la mujer dijo que sí recibía dinero pero no de los clientes, sino de mano de sus propias hijas, como una ayuda.
Su pareja, padre de la menor de las hermanas, E.G.L.R., de 44 años, dijo a la Policía que estaba en conocimiento de lo ocurrido en su domicilio y nombró a seis asiduos concurrentes que visitaban a las chicas, las que sufrían castigos físicos.
Elevadas las actuaciones, el juez penal de Segundo Turno dispuso el procesamiento con prisión de: M.C.M.G., por un delito de contribución a la explotación sexual de personas menores de edad o incapaces; de E.G.L.R., por un delito de omisión a los deberes inherentes a la patria potestad; de J.E.R.G., G.J.M.A., R.H.D.L.S., y de P.A.M.H., por la comisión de reiterados delitos de retribución a personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo.

MEDIDA DE CONCIENTIZACIÓN
El juez Cidade indicó que, tras el procesamiento, se dispuso “de manera urgente un testimonio para remitir al Juzgado de Familia que, en coordinación con INAU, resolverá la situación de los demás hijos de la pareja que quedaron solos”, ya que el núcleo familiar está integrado además por niños de 17, 14, 9, 8 años y una beba de 17 meses, hijos de los --ahora-- encarcelados. “Es triste que estos chiquitos hoy quedan solitos, pero también se los debe preservar ante el peligro de que sean víctimas a futuro”.
De las víctimas, el doctor precisó que “una actualmente tiene 18 años y vive junto a su pareja. Está contenida. La que está en peor estado es la más chica, que tiene 16 años. Se encuentra bajo la órbita del INAU y se la había ubicado recientemente en el hogar de la abuela, pero bajo contención, porque está en condiciones emocionales bastante graves”.
El procesamiento “es una medida también de concientización porque acá hay un tema cultural”. Los procesados, en su mayoría, “son paisanos, de campaña, gente de trabajo, bien conceptuados en la zona, pero que a la hora sexual hay una conciencia distinta en cuanto a valores. 'Si la madre autoriza', capaz hasta ven normal que le tenga que pagar y ayudar. Muchos de ellos declararon que los ayudaban porque a veces no tenían para comer y la madre los presionaba. Además de la falta de conocimiento de que es un delito grave porque no es excarcelable y se castiga con penitenciaría. Estas personas van a estar un par de años en la cárcel. Yo creo que el verdadero monstruo o gestor de todo esto fue la madre que usó y se aprovechó de sus hijas, ya que había un ofrecimiento rotundo de su parte”, detalló el magistrado.


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