Policiales | 31 May La Justicia procesó ayer a Julio Martiban Ramos Benítez, brutal homicida del adolescente sordomundo Michael Campos De Los Santos, de 14 años, a quien atacó el miércoles por la tarde en la zona de Camino a Casa Blanca, a pocos kilómetros de Paysandú. El asesino confeso participó ayer por la mañana en la reconstrucción del homicidio, donde explicó cómo interceptó al adolescente, lo ultrajó y luego lo asfixió con la moña escolar.
Como adelantáramos en base a versiones extraoficiales, Michael Campos vivía junto a su madre y dos hermanos en una humilde vivienda ubicada en la zona del Vertedero Municipal. Por su condición de sordomudo, asistía a una clase especial en la Escuela 96 –ubicada en la zona de Lucas Píriz y Vizconde de Mauá-, desde donde regresaba en ómnibus hasta Benito Chaín e Independencia, para luego continuar a pie hasta su casa. El miércoles, luego de salir de clase, no regresó a su domicilio, razón por la que sus familiares radicaron la denuncia a la Policía, motivando la instalación de un operativo de búsqueda que concluyó el viernes por la mañana con el hallazgo de su cuerpo sin vida a un costado del Camino a Casa Blanca, a pocos kilómetros de Paysandú.
El forense determinó que lo habían estrangulado con la moña escolar y que además lo habían atacado sexualmente. Enseguida la Policía indagó a varias personas domiciliadas en la zona del Vertedero, entre ellas a Julio Martiban Ramos Benítez, de 49 años, poseedor de antecedentes penales (por atentado violento al pudor y por homicidio), en cuya precaria vivienda se practicó un allanamiento que permitió recuperar la mochila del adolescente asesinado, así como un cinturón, un estuche para anteojos, un gorro con visera, un cuchillo y el cargador de la computadora XO que portaba la víctima. Confrontado con la abrumadora evidencia, Benítez confesó la autoría del crimen y poco después fue conducido ante la jueza Blanca Rieiro.
Inusitada brutalidad
Ramos Benítez, oriundo de Paysandú, tenía antecedentes penales en Tacuarembó por atentado violento al pudor en 1986, y en jurisdicción de la Seccional 17ª de Montevideo por homicidio en 2006, aunque en esa oportunidad con un atenuante por defensa propia que le permitió recuperar recientemente la libertad. Hace pocos meses regresó a nuestra ciudad para establecerse en una vivienda precaria en la zona del Vertedero, donde se dedicaba fundamentalmente a talar montes. Todo indica que conocía a Michael y estaba al tanto de la diaria caminata que el menor efectuaba desde la parada de ómnibus hasta su casa; así que el miércoles por la tarde, dispuesto a atacarlo, fue a su encuentro y lo interceptó a pocos kilómetros de Paysandú. Lo amenazó con un cuchillo, lo ultrajó y luego lo ahorcó con la moña, para deshacerse luego del cadáver en unos pastizales adyacentes al camino. Tomó algunas pertenencias de la víctima y regresó a su casa, donde incineró varios útiles (cuadernos, lápices, una regla) y ocultó el resto de los efectos. Hizo algunas averiguaciones para escapar a Montevideo pero poco después fue retenido por la Policía.
Ayer, próximo a las 10.30, regresó al Camino a Casa Blanca para la reconstrucción del homicidio. Fuertemente custodiado, con chaleco antibalas y ante la jueza penal de Segundo Turno Blanca Rieiro, explicó cómo atacó al adolescente, lo violó y luego lo estranguló con la moña, para luego ocultar su cadáver en un pastizal. Una vez concluida la reconstrucción regresó a la sede judicial donde finalmente fue procesado con prisión por un delito de homicidio muy especialmente agravado, por impulso de brutal ferocidad. Fue alojado en la Cárcel Departamental.
A primeras horas de la tarde Michael fue sepultado en el Cementerio Central.