Deportes | 30 Jun Tiempo de definiciones y despedidas. La presente jornada será sin dudas especial para la selección uruguaya de fútbol en Sudáfrica, ya que el técnico Oscar Tabárez definirá el equipo que enfrentará mañana a Ghana por los cuartos de final, y luego deberá despedirse de una ciudad que ha hecho sentir a los celestes como en casa: Kimberley.
El dato no es menor, porque Uruguay ha sido local en esta ciudad que no tiene historia futbolística alguna, y cuyos habitantes acunaron el corazón de los uruguayos y festejaron como propios los triunfos celestes. Y la promesa será, ante la cantidad enorme de simpatizantes que se ha ganado la delegación en estas semanas, dar otro paso más en el Mundial.
Ayer, por lo pronto, se inició la despedida. Es que el entrenamiento realizado en el GWK Park Stadium las autoridades locales brindaron un último reconocimiento al plantel, y habilitaron las tribunas para que los hinchas de la ciudad pudieran estar cerca de quienes son, desde hace casi un mes, sus ídolos.
Los fanáticos de todas las edades se reunieron en el escenario para estar algunos minutos con los futbolistas, solicitar autógrafos y sacarse fotos en medio de repetitivos deseos de suerte pensando en los cuartos de final.
Incluso las autoridades de la ciudad se hicieron presentes y se llevaron como trofeo camisetas celestes autografiadas por los integrantes del plantel uruguayo.
Pero también fue tiempo de entrenar pensando en Ghana, el escollo celeste de cara a las semifinales. Tabárez trabajó con el equipo y, la gran interrogante, pasa por conocer quién será el sustituto de Godín, quien no estará a disposición más allá de que se lo quiere esperar hasta último momento.
Y cuando todas las baterías apuntaban a Victorino, sustituto natural en lo que va del Mundial, el entrenador llamó también a Andrés Scotti, por lo que podría decirse que entre ambos está el compañero de zaga de Diego Lugano. En el resto, Alvaro Fernández podría entrar por Alvaro Pereira. Hoy será tiempo de realizar a la mañana el último movimiento, que servirá para despejar dudas y dejar definido no solo el equipo sino la idea táctica a emplear ante los africanos, que intentarán hacer valer su poderío físico, lo que llevará a que Uruguay deberá reponerse definitivamente del esfuerzo ante Corea. Luego será tiempo de viajar a Johannesburgo, donde se instalará la base de operaciones celeste para el partido de mañana y, si gana y clasifica, de cara a lo que se viene.
“En Johannesburgo solo vamos a hacer el reconocimiento del campo de juego”, reconoció el técnico celeste, dejando en claro que hoy será tiempo de despejar todas las dudas.