Paysandú, Lunes 05 de Junio de 2017
Locales | 23 Jul Un “muerto” y cuatro “heridos” fue el resultado del “accidente” sufrido ayer por una avioneta en el aeropuerto “Tydeo Larre Borges” de Paysandú, en el marco de un muy realista simulacro del que participaron varias instituciones del Comité Departamental de Emergencias.
La movilización de bomberos, policías, ambulancia de Salud Pública y servicios de emergencia médica llamó la atención de los sanduceros, muchos de los cuales fueron hasta el aeropuerto, alertados por las sirenas. Alrededor de las 15, una avioneta hizo un “aterrizaje forzoso” en el aeropuerto y al maniobrar en el taxi way se “rompió” uno de sus neumáticos. El piloto “perdió el control” y la avioneta “volcó”, prendiéndose fuego. Llevaba cinco personas a bordo. A las 15.08, el operador del aeropuerto informó del “siniestro” aeronáutico al 072 911, y se puso en marcha el Plan de Emergencia Departamental. Mientras el fuego “consumía” la avioneta, podían verse a cuatro personas “heridas” y “sangrantes” en la pista, y el “cuerpo” inerte de un quinto, caído bajo la aeronave.
En 10 minutos
A las 15 y 18, a 10 minutos exactos del accidente, llegaron las primeras ambulancias al aeropuerto. Las unidades de Ucem y Siet, una detrás de otra, fueron directamente a socorrer a los heridos, con el “fuego” y el humo (este sí verdaderamente molesto) amenazando a los socorristas. A las 15 y 21 llegaron los bomberos con la camioneta de apoyo y dos camiones cisterna, acompañados de la ambulancia de Salud Pública. Prestamente los bomberos se dedicaron a apagar el fuego auténtico (encendido en la pista), y a mojar la avioneta, para hacer más real el trabajo. Enseguida llegó la policía, con un patrullero y cuatro motos, para mantener la “seguridad” en el perímetro, reforzando a los efectivos de la Fuerza Aérea que revistan en el mismo aeropuerto. A esa altura, ya la terraza-mirador del aeropuerto estaba repleta de curiosos, siguiendo de cerca los acontecimientos.
SATISFACcIóN de los observadores
“Fue satisfactorio, se respondió muy bien en los tiempos para atender la supuesta emergencia”, dijo a EL TELEGRAFO uno de los observadores. Es que el simulacro de accidente aeronáutico demandó el trabajo real de servicios médicos y bomberos, para evaluar exactamente cómo funcionaría el plan de emergencia en caso de un accidente. Además de servir como práctica para la Fuerza Aérea, el simulacro también es útil para saber cómo se actuaría en caso de cualquier siniestro real en otra parte de la ciudad.
El proceso de activación del plan de emergencia se desarrolló en los tiempos esperados, y en general la evaluación fue buena, con solamente algunos detalles a ser ajustados, según se desprendió de la evaluación primaria realizada en la misma terminal aérea. El operador del aeropuerto, que vio el accidente a las 15.08, demoró tres minutos en comunicar a todos los implicados en la emergencia. En primer término llamó al 072 911, informando del “siniestro”, y después, de todas maneras, alertó a cada uno de los seis que debían saber del hecho: Bomberos, Salud Pública, Emergencia Médica, Policía, jefe del aeropuerto y Policía Caminera. Si bien casi todos fueron alertados por el propio operador del 911 local, el funcionario del aeropuerto llamó a cada uno de los seis números, comunicando el “siniestro”.
Solo detalles
El procedimiento general fue rápido y en general bien organizado, y en esta primera evaluación se encontraron solo detalles para mejorar y mantener aceitado este plan de emergencia. El “flujograma de comunicaciones”, pieza vital para la rápida respuesta, se mostró ágil, pero se encontraron algunos aspectos que pueden ser mejorados, aunque no hacen al resultado global. Por ejemplo, la escasa colaboración de algunos automovilistas cuando las ambulancias salieron de sus bases hacia el aeropuerto. Uno de los choferes comentó particularmente que los conductores seguían transitando como si nada, cuando la ambulancia se desplazaba con la sirena abierta, pidiendo paso. También los curiosos, al escuchar que venían vehículos con sirena, se agolpaban en las esquinas, promoviendo un potencial problema.
Dentro de la pista
Ya en la terminal aérea, el comentario crítico fue para la maniobra de uno de los vehículos que al ingresar rápidamente al aeropuerto puso en riesgo a otro vehículo y además estacionó en un lugar cercano al “accidente”, lo que potencialmente molestaba a los demás servicios para la “emergencia”. También estuvo en el comentario inicial la ubicación de vehículos y camiones con relación al viento y donde iba el humo verdadero. Sin embargo, esas primeras impresiones serán analizadas nuevamente en una semana, cuando todos los observadores presenten un segundo informe por escrito, y se reúnan para evaluarlo. En un mes, habrá una tercera y final evaluación sobre el procedimiento, y allí se conocerá exactamente la situación que se da en la respuesta a la emergencia. Cabe destacar que los evaluadores son en su mayoría integrantes de la Fuerza Aérea, jefes de aeropuerto y técnicos, quienes cuentan con el aporte de algunos civiles, como fue el caso del presidente del Aero Club de Guichón, piloto comercial Carlos Monzón.
Actores y UTU
La “veracidad” estaba dada también por los actores impecablemente imbuidos del papel que les tocó. Los “heridos” se quejaban, gritaban y se movían “doloridos”. Maquillados por los profesores y estudiantes del curso de UTU, daban la real impresión de haber perdido mucha sangre y de tener heridas profundas.
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