Paysandú, Lunes 05 de Junio de 2017
Locales | 19 Ago Hace veinte años unas 80 especies de aves anidaban y visitaban la costa sanducera del río Uruguay en las inmediaciones del arroyo La Curtiembre pero poco a poco fueron desapareciendo a medida que comenzó a ser destruida la flora nativa del lugar.
Actualmente el grupo Aves Sanduceras (Avesand) impulsa la reforestación con árboles nativos de un predio municipal de aproximadamente 15 hectáreas, ubicado entre el referido curso de agua y las inmediaciones de la sede de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), con la finalidad de construir un sendero interpretativo de flora y avistamiento de aves que reciba a niños y jóvenes en visitas guiadas.
Gustavo Capuccio, ornitólogo de campo y cofundador del grupo Aves Sanduceras junto con Roberto Laenen, dijo a EL TELEGRAFO que el interés del grupo consiste en dar a conocer los recursos naturales como estrategia de conservación, involucrando a las personas para que aprendan a valorarlos y observarlos desde otro punto de vista.
“Desde 1990 vengo haciendo el monitoreo de la zona que, hasta el año 2000 contaba con 70 a 80 especies de aves. Sin embargo, esa cifra ha bajado notablemente debido a la ausencia de vegetación nativa. Ha desaparecido un ecosistema importante de árboles, arbustos y pasto. Actualmente lo más que hay son sauces; falta mucha flora nativa, la cual es muy escasa en el lugar que, según me han contado, hace mucho tiempo era una zona de ceibos. Hoy prácticamente no queda ninguno”, dijo Capuccio.
El grupo ha iniciado contactos con la Intendencia para impulsar este proyecto, que ya cuenta con el antecedente de haber reforestado con flora nativa un predio particular existente entre la propiedad municipal y la sede de CARU.
Actualmente el proyecto es analizado por la Dirección de Turismo, cuyo titular, Marcelo Tortorella, dijo a EL TELEGRAFO que existe interés en desarrollarlo por sus aportes a la protección del ambiente y sus implicancias turísticas.
EL PROYECTO
“La zona de la costanera Norte estaba cubierta por vegetación nativa que luego, por distintas causas fue desapareciendo. Hace un tiempo, viendo que la costa estaba despoblada de árboles nativos, comenzamos a reforestar y a hacer algunas pequeñas lagunas en un predio particular, existente entre el terreno de la Intendencia y la sede de Caru, con la idea de volver a tener allí un sitio donde las aves puedan venir a pernoctar, anidar y alimentarse. Falta mucho aún ya que si bien hemos plantado árboles, la plantación fue interrumpida por la creciente”, dijo Capuccio. “Ahora estamos gestionando el apoyo de la Intendencia a un proyecto para extender esa tarea hasta la costa del arroyo La Curtiembre en un predio municipal que abarca unas 15 hectáreas y ha estado destinado siempre para ser parquizado”, explicó.
El integrante de Avesand sostiene que la concreción de este proyecto tiene otras ventajas ambientales ya que la zona es utilizada a menudo por personas que arrojan basura o perros muertos. “La idea es que escolares y liceales puedan ir directamente al lugar para hacer un recorrido guiado. Sería un proyecto similar al que se desarrolla en Colón, con la diferencia que no vamos a ir a las escuelas a dar las charlas sino invitar a las escuelas a que hagan el recorrido y trabajar con los niños allí mismo”, dijo en referencia a un programa dirigido a instituciones escolares que desarrollan la Municipalidad de Colón y personal técnico del Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos), el cual también enfatiza en la necesidad de informar y dar a conocer la complejidad del ecosistema del río Uruguay y sus islas para propiciar la conciencia ambiental en pos de la conservación y el aprovechamiento comunitario.
Entre las especies de árboles características del monte ribereño están el laurel, el ingá, el timbó, el mataojo y el blanquillo, entre otros. Los principales problemas de conservación de este tipo de monte son la erosión de las aguas por crecidas del río, la invasión de leñosas exóticas y la depredación.
CORREDOR VERDE
El río Uruguay es un corredor verde que se enclava como un recorte de gran biodiversidad en el sur del continente americano, contando con casi 400 especies de aves en su región más austral. No en vano la etimología del vocablo “Uruguay” proviene del guaraní y una de sus acepciones más aceptadas es la de “río de los pájaros pintados”.
“La amplitud de especies tiene como origen la diversidad de ecosistemas que posee la región y que, precisamente, son el punto más significativo en cuanto a la preservación de estos ambientes necesarios para la supervivencia de esta variedad de aves. Así es que, a modo comparativo, teniendo en cuenta que en el continente europeo se registran unas 550 especies y haciendo un balance, surge claramente que tenemos el privilegio y la responsabilidad de recibir esta herencia natural”, sostiene la introducción del libro “Aves del río Uruguay”, publicada en 2008 por la Comisión Administradora del Río Uruguay cuyos autores son los argentinos Fernando Carlos Raffo, Martín Rodolfo de la Peña, Liliana Bonín y los uruguayos Roberto Laenen y Gustavo Capuccio, siendo este último responsable de las ilustraciones de aves del mismo.
“El litoral uruguayo tiene un potencial importantísimo para el turismo ecológico y de naturaleza. Eso perfectamente se puede hacer en Paysandú y el primer paso es plantar arbolito por arbolito para reforestar la costa de flora nativa. Si están los árboles, volverán los pájaros”, sostuvo Capuccio.
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