Paysandú, Lunes 05 de Junio de 2017
Locales | 07 Ene Fue hurtada del Museo Histórico Municipal una de las pistolas de chispa que utilizaba el brigadier general Juan Antonio Lavalleja y cuatro cajas conteniendo una cantidad no precisada de monedas antiguas acuñadas para Uruguay. La Policía no tiene pistas y se dio aviso a Interpol Internacional. El intendente Bertil Bentos interrumpió su licencia y cito a reunión de gabinete para mañana a las 9 en el Palacio Municipal. La coordinadora de Museos, María Julia Burgueño, se encuentra de vacaciones en Punta del Este y se espera que mañana ponga su cargo a disposición del Intendente. El Colegio Nuestra Señora del Rosario, donde funcionaba el Museo Salesiano, propietario de la pieza histórica robada, pediría a la Intendencia la restitución del resto de las piezas que otorgó en custodia.
SIN REYES MAGOS
El peor “regalo” de Reyes recibió Paysandú cuando ayer a las 7 de la mañana una empleada de limpieza del Museo Histórico se encontró con vidrios rotos y signos de que el museo había sido asaltado. De inmediato dio aviso a la Dirección de Cultura, donde solamente se encontraban trabajando también personal de limpieza por ser día feriado (el personal de limpieza tiene su día libre los domingos). De todas formas, los limpiadores trataron de comunicarse tanto con el director de Cultura, Heriberto Guibaudi, como con la coordinadora de Museos, María Julia Burgueño, sin poder lograrlo, pues ambos se encuentran en uso de sus licencias reglamentarias. Finalmente pudieron contactar a la coordinadora de Cultura, Laura Juan y esta a su vez avisó al director general de Promoción y Desarrollo, Ramiro Díaz, quien se encontraba en Tambores, y al subdirector del mismo departamento, Ruben Alvarez.
El siguiente paso fue dar aviso a la Policía y preservar la escena para permitir la labor de los uniformados. Arribaron efectivos de la Seccional Primera de Policía (que tiene su sede frente al Museo Histórico, en calle Zorrilla de San Martín) y de la Dirección de Investigaciones.
Hasta el cierre de la presente edición había hermetismo policial y no hubo comunicado oficial del robo, aunque fue confirmado a EL TELEGRAFO por el director de Seguridad, comisario inspector Néstor López, en tanto el comisario Sergio Coelho, de la oficina de Prensa, destacó que no estaba en condiciones de brindar un parte ni información sobre el hurto, debido a que se encontraba en etapa primaria de investigación.
No obstante, EL TELEGRAFO --consultando diversas fuentes-- pudo reconstruir el modus operandi de los ladrones (la forma en que quedó la escena permite indicar que fueron varias personas las que cometieron el ilícito).
INGRESARON POR LOS FONDOS
Los investigadores aún dudan de la hora en que ocurrió, pero no descartan que se hizo a plena luz del día, pues el museo permanece sin vigilancia desde las 14 en adelante. El ingreso fue por el inmueble de UTU, es decir al fondo del museo.
Usando un hierro --que las fuentes dicen no estaba en el museo, por lo que se presume lo obtuvieron en el local de UTU-- forzaron una puerta, ingresaron a una sala, rompieron el vidrio de otra puerta, pasaron a otra sala y así hasta llegar al lugar donde se encuentra el manojo de llaves de las vitrinas.
En todo momento, de acuerdo a lo que se ha podido reconstruir, los maleantes actuaron con conocimiento del lugar y, si bien revolvieron algunas áreas de depósito, fueron directamente a la pistola de chispa histórica del Brigadier, como se si tratara de un robo por demanda. La información obtenida sostiene que el arma se encontraba dentro de una caja de madera en una vitrina de exhibición, junto a otras armas, sin protección especial y que la vitrina fue abierta con la llave apropiada.
Había una colección de armas antiguas en otra sala, pero esta no fue considerada por los ladrones, que sí se llevaron cuatro cajas con monedas antiguas, del lote ya diezmado por otro robo ocurrido en 2004, cuando una persona que aparentemente estaba vinculada al museo robó unas 800 monedas y medallas conmemorativas. “La colección de monedas de Uruguay que tenía el museo era una de las más completas, casi única en el país”, comentó a EL TELEGRAFO la ex directora de Cultura, Nilda Belvisi.
La oficina de Burgueño --que no contestó las llamadas-- no fue desvalijada y su computadora se encontraba en perfectas condiciones. Tampoco fueron tocados ni dañados la colección de muebles antiguos y otras áreas del museo. Aparentemente falta un proyector de diapositivas, pero la fuente consultada dudó en agregarla al botín llevado por los ladrones porque “pudo ser trasladado a alguna otra repartición”.
Los ladrones apenas si dejaron la tarjeta descriptiva, que en forma manuscrita consigna: “Arma que perteneció a don Juan Antonio Lavalleja, jefe de los Treinta y Tres Orientales. La tenía Fabricio Lemes que la donó a Loreto Daniel Vidart y sus hijos la donaron al Museo Salesiano de Paysandú el 13 de setiembre de 1973. Juntamente con el arma va un escrito de Fabricio Lemes que hace la historia de la misma. La presente constancia es firmada por una de las hijas de Loreto Vidart, Nimia A. Vidart”.
ALERTA A INTERPOL
Llamó la atención la precisión con que actuaron los ladrones, y no se descarta que el robo tenga las características de un “robo marcado”, aunque las líneas de investigación son varias. La Policía Técnica estuvo trabajando en busca de huellas dactilares, elementos capilares o de otro tipo que pudieran arrojar alguna luz.
Al mismo tiempo, se dio alerta a Interpol Internacional, para minimizar el riesgo de que el arma pueda ser colocada en el ámbito de los coleccionistas de armas. En estos casos Interpol actúa rápidamente y da aviso a varios organismos, entre ellos la Dirección Nacional de Aduanas, para que extreme los controles en los puestos fronterizos, aunque en este caso el tamaño del arma y de las monedas dificulta los mismos.
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