Locales | 14 Sep La planta municipal de biodiesel de pueblo Esperanza, que permaneciera cerrada por cinco años durante la Administración Pintos, fue desarmada y reacondicionada y ya ha sido ensamblada nuevamente en prácticamente un 90 por ciento, destacó a EL TELEGRAFO el encargado de la Unidad de Biocombustibles, Manuel Bercianos, quien añadió que es posible que quede pronta para fin de año, pero que ello dependerá de la fluidez del suministro de los materiales que resta utilizar para culminar el trabajo.
“El Ing. Ricardo Carlstein tiene previsto hacernos cuatro visitas para poner en marcha la planta”, dijo Bercianos, quien aclaró que “la planta estaba muy descuidada tras cinco años de abandono y se echó a perder mucha cosa, al punto que hubo que hacer toda la instalación eléctrica de nuevo, desarmar y revisar la planta en su totalidad, bombas, cañerías, etcétera, arrancando prácticamente de cero, porque una vez que se desarma aparecen cosas que no estaban previstas”, explicó.
“Eso nos ha atrasado el trabajo, realmente, porque se ha querido hacer las cosas bien y ya estamos felizmente con más del 90 por ciento de la planta armada”, dijo, en tanto recordó que la usina funcionará en principio mediante el reciclado de aceite comestible usado, para lo cual se contará con el apoyo de organizaciones sociales y escuelas que se encargarán de la recolección y se les pagará a razón de siete pesos el litro. “Pero no vamos a encarar esta tarea hasta no tener fijada la fecha de reinicio del funcionamiento de la planta”, aclaró, y se manifestó optimista de que esta tarea se podrá encarar desde el próximo año lectivo, con la planta ya pronta para producir tras un período de prueba en el que se utilizará aceite almacenado. Estimó el costo del biodiesel en unos 22 pesos por litro, a partir del aceite usado, en tanto por ahora se ha descartado elaborarlo en base al prensado de granos, ante el elevado precio de las oleaginosas, que distorsiona la ecuación económica. “Pienso que este año la planta va a quedar pronta”, evaluó Bercianos, porque “ya nos queda poco”, y es así que “el reactor, que es una parte fundamental, con esta visita de Carlstein va a quedar casi armado y en la próxima él vendrá con un electricista para la instalación del tablero, que es el verdadero comando del proceso”.